De financiaciones y fracasos [por IC]

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Cuando era un chaval solía estudiar mientras mi madre cosía. Ella, aficionada a la radio, escuchaba un programa en el que, sobre un tema de actualidad, debatían dos mujeres, representando las dos opiniones en liza. Si la memoria no me falla se llamaba Apueste por una, y juraría que las susodichas eran Mª Teresa Campos y Cuca Gª Vinuesa. Entre nosotros no tragaba ese teatrillo de las dos Españas, y a mi lo me que entraban eran ganas de reclamar el estatuto de apátrida ante las Naciones Unidas, me sentía muy lejano de esa larvada España guerracivilista. Y, sin embargo, hoy por hoy , podría pasar por un programa de culto dado el nivel al que han descendido los medios.

El caso es que reconozco que uno de los grandes logros de Weblogs SL es la pluralidad de opiniones entre los redactores (me consta que a algunos les sorprende, incluso diría que les molesta). Enriquecedora, dinámica, etc. Ojala algún día se publicasen las listas de correo que son casi mejor que los propios blogs. Debate de buen rollo. Y ello es lo que propongo en esta columna de hoy, un debate acerca de dos posts, de dos ideas fuerzas recogidas en los mismos por mi compañero Míster Empresa de Pymes y autónomos: las empresas no están sobreendeudadas y en España se castiga con virulencia el fracaso empresarial. Pues discrepo, que le vamos a hacer.

Según Míster Empresa los excesos de financiación en el sector empresarial, la sobrefinanciación, se da fundamentalmente en el sector inmobiliario. Las empresas no vinculadas a dicho sector habrían experimentado un crecimiento del crédito bancario muy inferior, y ahora serían las paganas de la crisis del ladrillo. Para ello hace referencia a un informe de Funcas y del Banco de España (entiendo que de la Central de Balances).

Por mi parte, estoy mucho más cerca de las opiniones expuestas por Remo en el mismo Pymes y autónomos o por las de JotaC en el Blog Sage Experience. De mi experiencia analizando las cuentas de muchas muchas pymes ( de esas que componen la mayoria del tejido empresarial español y que no se reflejan adecuadamente en dichos estudios) las empresas están sobrefinanciadas. Y lo están de dos maneras distintas.

  • En primer lugar, en relación con sus fondos propios. Buena parte de las empresas españolas estan infracapitalizadas, las aportaciones de fondos propios son claramente insuficientes. Y, antes de quejarse de que el Banco de la esquina no me financia, habría que empezar a a hablar de las responsabilidades (legales) de aquellos que comienzan un negocio sin aportar el capital necesario, generando una situación de inestabilidad que afecta peligrosamente a terceros. Por tanto, y ante la escasez de fondos propios con los que se mojan muchos autodenominados empresarios, creo de toda justicia hablar de sobrefinanciación.

  • En segunda instancia, estan sobrefinanciadas cualitativamente, o lo que es lo mismo se financian de un modo inadecuado, tirando excesivamente de corto plazo y de la cuenta de crédito, confundiendo dichos recursos financieros con capital permanente. Craso error. Pero me temo que no se pude pedir mucho más de bastantes empresarios a los que se pone en apuros cuando se les pregunta qué quieren exactamente financiar. La mayoría hablaran de gasto corriente, de aguantar el tirón, de...y lo triste es que durante muchos años han sido financiados. O mejor dicho, sobrefinanciadas estas partidas.

He hablado de la infracapitalización. Es todo un síntoma de la calidad empresarial española, no me duelen prendas el reconocerlo. Y eso que desde esta web, y desde Pymes y autónomos, he reconocido lo duro, lo difícil que es ser empresario en un país como España. Culturalmente no pita. Creo haber comentado en alguna ocasión que muchos apoyaran y reconfortarán al hijo que ha abandonado unas oposiciones, pero les costará más el comprender que ha llevado a su vástago brillante a estrellarse en una aventura empresarial. De algo de ello es de lo que habla Míster Empresa en su post La cultura del fracaso.

Claro que yo diría que tendríamos que matizar, que muchas veces esta incomprensión me resulta más frecuente en los círculos más cercanos, en lo más íntimo. Y es que no hay más que escuchar a alguien como Diaz Ferrán decir que el va a seguir creando empresas y llevarse uno las manos a la cabeza (por Dios, que alguien lo esterilice empresarialmente hablando). Y me pregunto, ¿le comprarías un coche usado a Diaz Ferrán? Por tanto, ¿como es posible que pueda mantener relaciones con proveedores, clientes, Bancos, etc...?, ¿cómo es posible que gente medianamente formada pueda depositar confianza en este "gestor"?

Alguno pensará que esto son cosas de cuatro tycoons, de magnates bien relacionados. Pues no. A otro nivel, pero un tiene anécdotas variadas sobre empresarios que han resucitado cual ve fénix (si lo deseáis concreto alguna graciosa), empresarios que han vuelto a cometer exactamente los mismos exceso que les condujeron al precipicio (por ejemplo, la infracapitalización), empresarios que han arruina a clientes y proveedores repetidas veces, por no hablar de algún que otro pellizco generoso a la Banca. Siempre me he preguntado cómo se entiende que la gente estuviese dispuesta relacionarse con ellos, con auténticos piratas de los negocios, si no les bastaba con conocer el pasado para haber aprendido la lección. Pues no. Curiosamente esta cultura de borrón y cuenta nueva convive con la anterior. Entre notros, uno es partidario de no criminalizar el fracaso, pero también de que la gente asuma las responsabilidades por sus errores. Y eso pasa, necesariamente, por no mojarse, dejar pelos en la gatera y no repetirlos. ¿A qué parece que a veces no se quiere asumir eso?

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IC ha sido colaborador habitual en El Blog Salmón y ahora escribe una columna semanal donde muestra su punto de vista de los asuntos económicos más relevantes.

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