Ingeniería fiscal en sentido estricto: el sistema Start & Stop

Ingeniería fiscal en sentido estricto: el sistema Start & Stop
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Como estamos en el mes de las matriculaciones de coches, un post ligero sobre lo que considero un auténtico ejercicio de ingeniería fiscal en sentido estricto, el sistema Start & Stop.

Se trata de un sistema ideado inicialmente por Bosch que, si en sus orígenes se centraba en los vehículos de alta gama, hoy se ha extendido por todos los segmentos, y es relativamente fácil encontrar en España vehículos nuevos que lo lleven instalado. ¿Por qué? Pues fundamentalmente por cuestiones fiscales, ergo comerciales. En esencia el sistema lo que hace es apagar automáticamente el vehículo cuando nos detenemos y lo ponemos en punto muerte. La idea es ahorrar combustible en esos momentos que estamos parados en un atasco, un semáforo, etc. Lógicamente esto conlleva un ahorro en combustible, pero como digo su éxito va más allá.

El Impuesto especial sobre determinados medios de transporte, más conocido como Impuesto de Matriculación, es desde el 2012 un impuesto fundamentalmente pigouviano: el tipo aplicable a la matriculación depende las emisiones de CO2.

Así, con emisiones inferiores a los 120 g/km el impuesto es 0, entre 120 y 160 el 4,75%, entre 160 y 200 el 9,75%, y más allá el 14,75%. Todo ello en la península y sin perjuicio de ajustes por Comunidades.

Teniendo en cuenta que en el precio final que nos dan en el concesionario va incluido el mencionado impuesto se entiende el interés de las marcas por incluir estos dispositivos, ya que consumos y emisiones van ligados.

En Nada es gratis se cuestionan la validez de este sistema en función de la finalidad perseguida, habida cuenta de la caída de la recaudación, pero sobre todo fundamentado en que es posible que las emisiones reales aumenten incluso con el mismo, al hacer más kms con esos vehículos que con otros, y proponen para ello una vuelta de tuerca (otra) a los impuestos sobre combustibles.

Lo cierto es que criticar este impuesto es mucho más sencillo que todo eso: buena parte de los vehículos con este modelo permiten su desconexión, con lo que la reducción de consumos gracias a él ya no es tal.

Y alguno se preguntará los motivos de dicha desconexión por muchos conductores. Pues además de cuestiones de seguridad hay quien no acaba de confiar en que el sistema, por mucho que digan que lo hayan diseñado específicamente para tal fin, consiga evitar que el continuo para-arranca no castigue la vida útil de las piezas del motor (y no me diréis que amabas cosas, el cuerpo propio y ajeno y los bienes materiales, no merecen también una consideración de conservación "ecológica")

PD: Si, en los impuesto municipales de tracción también hay (o puede haber) bonificaciones por bajas emisiones, pero el impuesto no se calcula de partida en relación con las mismas, ni hay un tipo 0. Por curiosidad, ¿cómo de verde es vuestro ayuntamiento? No vaya a ser que digan una cosa y a la hora de recaudar actúen de otro modo.

El Blog Salmón | Las variaciones impositivas distorsionan las decisiones Imagen | jeffwilcox

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