La temeraria búsqueda del dorado vendiendo oro por la red

La temeraria búsqueda del dorado vendiendo oro por la red
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Basta con percibir las señales que provienen de nuestro entorno para saber que la compra venta de oro es un negocio en boga, burbujista nuncabajista, al estilo de esa frase tan repetida en el pasado como que el ladrillo nunca baja de precio. Me quedo sorprendido cómo proliferan los negocios privados de compra venta de joyas y metales preciosos, negocios típicos de cualquier época de crisis.

Las nuevas formas de telecomunicación hacen que el ingenio se dispare y la picaresca se encuentre a la vuelta de la esquina. Supongamos que yo monto una web para comprar las joyas que me envíen mis clientes. Sólo necesito un sistema de precintos por parte de los mensajeros, contar con un tasador medianamente cualificado (para evitar que me engañen no para ofrecer garantías) y dedicarme a comprar oro. La duda que asalta es cómo se puede rentabilizar mucho el mercado del oro, porque toda la vida no va a estar por encima de los 1.100 $. Veamos algunos ejemplos: Materializa una compra venta de oro, de tal forma que no exista contrato de préstamo entre particulares ni ningún tipo de garantía pignoraticia en la operación. Si eres un tipo hábil, renegociar el precio de las joyas vendidas es pan comido, puesto que la necesidad puede hacer tomar decisiones erróneas a muchos necesitados. Ejemplo, si una joya tiene un peso equivalente con un valor de 1.000 euros, tú ofrece 500 euros que alguno picará.

Lee a los clásicos, Arquimedes y cómo se altera la composición en joyas o se altera la densidad de las mezclas para suponer una pureza inferior a la que el cliente cree que tiene. Si la joya merece la pena, es muy probable que se pierda oro en el proceso de tasación, envío y devolución si existen discrepancias en los precios.

Al realizar una compraventa, no vincules precio pagado con las condiciones verbales que se estipulen. Las propiedades del oro sólo se utilizan para tomar un precio de referencia no contractual con lo cual, tu fija un precio y aprieta al incauto que se desprende de sus joyas.

Nunca va a existir reclamación sobre el precio pagado ni se podrá relacionar con la cantidad de oro, pureza o similares. Este es el truco más viejo del mundo para evitar problemas en las compraventas. Se utilizan unos valores de referencia propios al bien vendido pero no se mencionan en contrato al no existir condiciones claras. Y por supuesto, nunca digas qué precio utilizas como base de negociación.

Destruye las pruebas. Supongamos que yo, propietario de una joya (legítimo o ilegítimo) mando a cualquier empresa de compraventa dicha joya, me ofrecen una determinada cantidad de dinero que yo acepto y a los 15 días la joya es fundida. Supongamos que hubiera existido alteración en la joya, fuera robada, me hubieran engañado en el precio o en la pureza del oro. Lógicamente, no existe reclamación judicial de ningún tipo porque sólo hemos materializado una compra y sólo tenemos 15 días para reclamar en este sentido. Sin perder de vista que se diluye la responsabilidad de receptación con suma facilidad.

Y una vez tengas todo esto, móntate una web y dedícate a comprarle joyas a kamikazes financieros, desperados varios y oprimidos de distinta calaña por el perverso sistema capitalista. Quizá muchos pique y puedas hacer un buen negocio.

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