Bruselas ya pone tarea al próximo gobierno: ajustar los presupuestos del año que viene

Bruselas ya pone tarea al próximo gobierno: ajustar los presupuestos del año que viene
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Había mucha urgencia en aprobar los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene. Unas elecciones a la vista y una acuciante e inentendible obsesión con dejar encarrilladas las cuentas de 2016, a pesar de que puede que ya no estén en el gobierno, hicieron que el Ejecutivo de Mariano Rajoy presentase en pleno mes de agosto unas cuentas que, tras haberse aprobado, van a tener que volver a elaborarse.

No del todo, pero sí en algunas partes, tal y como ha confirmado Bruselas tras un tira y afloja entre el comisario económico, Pierre Moscovici, y Alemania, que tuvo que dar un toque a la Comisión Europea para que no se saliese mucho del tiesto. Al final, Moscovici se ha llevado la partida y el dictamen es claro: España ha presentado unos presupuestos que contienen** elementos de riesgo** para alcanzar las metas de déficit marcadas.

No obstante, Bruselas opta por esperar a que se celebren las elecciones generales para que se vuelvan a rehacer las cuentas, de modo que no se incumplan las metas de déficit ni este año ni el que viene. Esto se traduce en recortes de gasto de 10.000 millones de euros nada menos. El que salga vencedor de las urnas va a tener que enfrentarse a un reto complicado desde el inicio. Y es que ya lo comentaba Alejandro en agosto, era poco creíble la previsión de ingresos que había hecho el Gobierno.

Aunque el rapapolvo a Rajoy y su gobierno se ha rebajado tras la intervención de Alemania, el mensaje es claro y cristalino: estas cuentas no tienen el visto bueno de Bruselas. Y donde manda patrón… No obstante, hay otro problema que se empieza a dibujar en el horizonte…, ¿estará dispuesto el nuevo gobierno a recortar más el gasto?

El 20D, todavía más decisivo

La decisión de Bruselas convierte a los próximos comicios en más decisivos todavía. Si España se juega el cambio en apenas dos meses, también se juega que siga reinando la armonía con la UE, a cambio de seguir al dedillo sus dictados. ¿Estarán Pedro Sánchez, Pablo Iglesias o Albert Rivera por la labor?

De los tres está claro quién puede dar más problemas. El líder de Podemos es el más contrario a las fórmulas de Bruselas y es muy probable que se oponga a recortar el gasto en esa cantidad. Por su parte, PSOE y Ciudadanos, más en línea con la política europea, tampoco deberían ponérselo fácil sí de verdad quieren protagonizar un cambio en este país.

España ha vivido los últimos cuatro años siguiendo coma a coma las recetas económicas de Bruselas. Un Rajoy cegado por el influjo de Merkel no ha puesto reparos a nada, pero puede que alguno de sus contrincantes sí se atreva a levantar la voz. La pregunta es cuánto. El ejemplo claro de lo caro que cuesta un grito disonante en en seno de la UE es el de Grecia y Alexis Tsipras.

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