Diez medidas del P-LIB contra la crisis

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Hace años ya comentábamos que el PP no tiene nada de liberal, ni siquiera ninguna corriente interna (Mariano, estáte tranquilo). Por ello, cuando hablamos de soluciones liberales en España para los tiempos que vivimos es un error mirar hacia el partido de la gaviota. Nos tenemos que mover en ámbitos extraparlamentarios, y, teniendo en cuenta que considerar al CDL como liberal es un broma de mal gusto (es un CDS zombie), la única alternativa que contemplo es la del P-LIB, Partido de la Libertad Individual. Recientemente el P-LIB ha publicado un decálogo de medidas económicas, y, entre nosotros, me ha producido una cierta desazón.

¿Por qué esa sensación? Pues fundamentalmente debido a que me ha parecido una nota de prensa para consumo de los medios, con tintes “políticos” en el peor sentido de la palabra en algunos de los puntos que propugnan. Así como su programa del 2010, con todas las imperfecciones y generalizaciones propias de estos documentos, era bastante más radical y claro, aquí tengo la sensación de que pretenden nadar y guardar la ropa. ¿Cuáles son esas 10 medidas?

Aplicar los recortes al Estado, no a los ciudadanos

Están a favor de recortar las administraciones, departamentos y plantillas, incluyendo personal con categoría de funcionarios, así como las subvenciones a partidos, sindicatos y terceros. Creen que hay que profundizar por ahí, antes de aplicar recortes en materia asistencial, sanitaria o educativa.

No les quito la razón en lo primero, pero siendo claros, el Estado Social que nos hemos montado no es capaz de soportar precisamente ese gasto asistencial, sanitario y educativo. Un análisis rápido de las principales partidas de gasto nos lleva, si o si, a que los recortes deben tocar esos puntos por su volumen presupuestario. Lo que me sorprende es que una formación liberal-libertaria, en el primer punto de su decálogo haga un defensa de la esencia del Estado del Bienestar.

¿Quién cree el P-LIB que sufraga el elefantiásico sistema asistencial, sanitario y educativo? Los impuestos que lo sostienen si que son un buen recorte para los ciudadanos. ¿Por qué no empezar a discutir que es lo que debemos pagar entre todos y qué no, dada nuestra situación financiera? Si, ya sé que eso no da votos, pero creía que al menos un partido extraparlamentario no tenía esas cargas ideológicas.

Por otro lado, la reforma retroactiva de las condiciones de los funcionarios, posibilitando sus despidos, no me suena para nada respetuoso con las obligaciones legales contraídas por el Estado cuando les nombro como tales. ¿Donde está la responsabilidad, la obligación de cumplir lo ofrecido, etc?

Reducir los impuestos directos

Nada que objetar al respecto. Tan sólo señalar que la huida de capitales extranjeros que sostienen que se produce por la reforma fiscal del Gobierno se debe más bien a otros problemas, bien conocidos.

Quizás, y digo quizás, hubiese sido conveniente señalar además que es necesario un marco fiscal estable en este país, con independencia del iluminado de turno que nos gobierne. Más alto o más bajo, pero estable ( y sostenible), más allá de los aprendices de brujo de la política fiscal.

Mantener el IVA ahora, reducirlo después

Entre nosotros, las directrices de la UE están claras. El IVA ha de armonizarse por arriba. Pensar en que desde Bruselas se va a consentir desandar el camino en este sentido es no saber con quien nos editamos jugando los cuartos. Por tanto, como las oscuras golondrinas, no habrá rebaja del IVA.

Poner fin a la caza de brujas contra los contribuyentes

Si he entendido bien, se manifiestan en contra de la amnistia fiscal, pero ojo, por insuficiente. Están a favor de un gratis total para todo el mundo, que un 10% es mucho para pequeño evasor fiscal.

En serio, quien decidió en su momento no declarar, lo hizo libremente, sabiendo a lo que se exponía. Quiero saber cómo le explican al ciudadano que ha pagado sus impuestos que a estos otros les ha salido por la cara. Mientras áquel financiaba ese Estado Social, irrenunciable para el P-LIB según el primer punto de éste decálogo, éstos se escaqueaban. ¿De verdad que no es una broma, qué no se trata de epatar?

Dejar de obstaculizar el emprendimiento

No resulta muy novedoso, pues ya lo he visto en otros programas. Exenciones de cuotas de autónomos, de impuestos varios, simplificación burocrática, etc….

¿Positivo? Pues depende. Así, para empezar, supongo que cuando se habla de no pagar cuotas de autónomos tampoco se van a generar derechos por las mismas (quiero creer que no pretenden que otros financien sus coberturas), y si hablamos de exenciones fiscales transitorias, yo diría que las carga el diablo, y dan lugar a competencia desleal y fraudes múltiples.

Esta suerte de beneficios fiscales o sociales para determinados colectivos, no dejan de ser el reverso de la política de subsidios socaildemocráta de toda la vida. Con la excusa de un interés social o económico, se privilegia a una casta o colectivo determinado.

Reducir las cargas sociales

Proponen la reducción de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social. Aquí creo que no son justos cuando se presenta como una pesada losa para el empresario. ¿hasta que punto dichas cotizaciones no son una carga para el trabajador, una reducción del salario que podría obtener? ¿Quién sufre las cotizaciones sociales realmente?

Reformar de verdad el mercado de trabajo

Apuestan por la eliminación de la negociación colectiva, la implantación del sistema austriaco (inviable financieramente hoy por hoy en España. Nos preguntaríamos dónde está la pasta, en términos cinematográficos) y la transición hacía un sistema de pensiones de capitalización (la intención les honra, aunque vuelvo a plantear que después de la que tenemos montada esto va ser doloroso, veáse el punto 1).

Sanear el sistema financiero por medios privados

Apuestan por un debt to equity, por la conversión de los acreedores en accionistas de las entidades en apuros. Supongo que cuando hablan de acreedores se refieren a también a depositantes, acreedores en el sentido estricto de la palabra. Si sólo es para los titulares de bonos, como entiendo que propone Rallo, me parece otro caso claro de discriminación “poco liberal”. Una vez más unos se impone el sacrificio de unos para la salvación de otros.

Me irrita especialmente la afirmación de que Gobierno español está protegiendo a la banca española de la competencia extranjera. Se refiere a la misma competencia que hay sido dopada con miles de millones de euros públicos, la misma competencia que recibía dinero y avales a espuertas mientras el Gobierno y el actual miraban hacia otro lado, y no señalaban claramente que esas prácticas ponían en solfa el libre mercado de la UE. Las ayudas españolas hasta la fecha palidecen frente a las holandesas, británicas, etc…me parece pura demagogia.

Reducir drásticamente la deuda

Apuestan por enajenar patrimonio con tal fin, lo que me parece correcto. Pero volvemos a toparnos con un viejo conocido cuando apuestan por arbitrar quitas con la excusa de que “el resto de la sociedad no tiene que pagar por ello.”

El resto de la sociedad ha elegido a estos políticos, el resto de la sociedad se ha beneficiado de ese maravilloso Estado, y ahora se sostiene que los acreedores se coman el marrón. O lo que es lo mismo, que Juan, que tiene un fondo de pensiones con activos de renta fija pública se coma la quita, que el contratista Pepe se chupe el impago, etc. Si Juan o Pepe son culpables de haber confiado en estas Administraciones, ¿ese resto de la sociedad está libre de culpa?

Impulsar la reforma del sistema financiero europeo

Nada que objetar a su propuesta de vuelta al patrón oro y al eliminación de la reserva fraccionaria. De hecho es de las pocas cosas reconocibles que observo en este decálogo.

¿Conclusión? Mucho me temo que los partidos políticos, incluso los extraparlamentarios, sufren una suerte de proceso de institucionalización. A través de dicho proceso, acaban siendo absorbidos por el sistema, defendido aquello contra lo que luchaban, pues lo llevan en sus propios genes al aceptar las reglas del juego político (configurándose como partidos), que no es otra cosa que establecer una surte de simbiosis entre el aparato del partido y las instituciones del Estado. Esa es la meta de todo partido, que difícilmente apostará por una voludara, controlada o no, de lo que pretende conquistar.

Llegado este punto, y en tanto en cuanto no exista una alternativa mejor que la de los partidos, creo que los liberales deberían apostar por vía más transversales, más líquidas, si no quieren ser asimilados.

Más información | P-LIB

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