Retomo en septiembre la serie de posts que, a propósito de los mecanismos habituales en materia de fraude fiscal, evasión de capitales, blanqueo, etc. En definitiva, una serie de posts que no podrían ser calificados como Vidas Ejemplares, pero en cambio, están cargados de absoluto realismo. Tras ver el papel del ladrillo en estas tramas, la hawala o recordar el efecto distorsionador del sistema de módulos en nuestro esquema fiscal, va siendo hora de hablar de otro clásico: la operativa de import/export.
Quien más quien menos se lo barruntara: los negocios de importación y exportación ofrecen múltiples alternativas para aquellos que quieran explorarlas. Las fronteras, el juego de distintas jurisdicciones, los grandes volúmenes, etc, son una selva donde la guerrilla antiimpositiva se mueve como pez en el agua, desde tiempo inmemorial. Veamos algunos casos bien conocidos.
El arquetipo del fraude fiscal/evasión/etc en materia de import/export explota la variable precio. Si queremos sacar dinero del país, imputárnoslo como un coste y seguir controlándolo, se monta una operación de importación. Adquirimos mercancías, o servicios, o…y pagamos a una sociedad en el extranjero un precio muy superior al real. La sociedad extranjera vendedora está controlada por nosotros, aunque dicha titularidad no se manifieste oficialmente (otra alternativa es que no sea nuestra, pero nos haga ese favor a cambio de una comisión). Finalmente, ese sobreprecio es desviado a una cuenta X en un lugar conveniente.
Evidentemente, esto lo conocen hasta los niños de primaria. Y Hacienda lleva años luchando contra estas fórmulas, especialmente usadas por grupos multinacionales, que acababan posicionado sus beneficios allí donde les interesaba más fiscalmente. Por ello, se han desarrollado una serie de filtros por las autoridades. Se miran con lupa los precios de transferencia entre sociedades vinculadas, se establecen presunciones fiscales en caso de operativas con países catalogados oficialmente como paraísos fiscales, etc. Y, sin embargo, estos intentos están condenados a no obtener una alta eficacia si se esta decidido a hacerlo, a asumir los riesgos y a ser consciente de que la operativa debe ser limitada, cuidadosa, etc….
Otra variante habitual es la relacionada con las llamadas tramas del IVA, donde la inventiva es de lo más jugoso: desde aquellos que simulan una falsa operativa de import/export, a los que usan sociedades interpuestas, de corta vida y altos volúmenes de facturación, con los que adquirir bienes en otros países de la UE, y luego dejarlas morir y desaparecer sin ingresar el IVA generado.
El import/export es un gran invento.
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En El Blog Salmón |Fraude fiscal, blanqueo de dinero y evasión de capitales
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