Mensaje de navidad del rey 2013: sin novedad en el frente

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El mensaje del rey: el camello está malito fue el post en el que comentábamos la tradicional alocución de Juan Carlos I en una noche como la de hoy el año pasado. Pues bien, este año, y ante el fuerte contenido económico de la del año pasado, estaba expectante ante su intervención. ¿Valoración de la misma? El mensaje de navidad del rey del 2013 es un sin novedad en el frente en toda regla.

Antes de entrar en el fondo del asunto veo que han aprendido de los errores del año pasado y nos han evitado el sonrojante y franquista plano de la lucecita del despacho y del me habéis pillado currando, so vagos. Plano general nocturno y palaciego y directamente a saco. Como nosotros.

La sensación que a uno le queda tras escuchar y releer el mensaje del Rey es que, a pesar de las alusiones a los brotes verdes (esa referencia a los indicios de recuperación, la cosa está francamente complicada. Y es que si en el mensaje del año anterior parecía que había un recetario sobre medidas para salir de la crisis (referencia a una austeridad que no menciona para nada ahora, compatible según él con determinadas políticas de estímulo, la pueril alusión a la confianza, o al puente con Iberoamérica, etc..)en éste parece que brilla por su ausencia.

Primero, como si fuese una entrega de premios, y para calmar al personal, las solidaridades y agradecimientos: a los parados, a los jóvenes, a los que han perdido su hogar, a los emprendedores, a los inmigrantes y a nuestros emigrantes, a los funcionarios, a los múltiples recortados, con especial mención a los pensionistas, etc...

Tras ese momento venga chicos, que me acuerdo de vosotros, viene un tríptico de realismo, esfuerzo (venga, que podéis) y Estado de Derecho que figurará en los análisis de los discursos vacios, para acabar con un todos juntos, en clara alusión al revuelto panorama catalán. Y ya está.

Por supuesto, eso sí, no podía faltar la permanente alusión a su gran experiencia personal en situaciones de crisis (ejem), con un pequeño engarce a la figura de su sucesor.

Pobre no, lo siguiente. Falto de energía, y escurriendo el bulto con una referencia a una crisis europea, sin reconocer que aquí tenemos una crisis propia que hunde sus raíces en ese régimen del 78 que tanto defiende. Si, es posible que hayamos disfrutado de muchas de sus virtudes, pero también que buena parte de la crisis económica (y no económica) que vive España tiene causa directa en los fallos de diseño (o quizás no tan fallos) de dicho modelo institucional.

Curiosamente el mensaje adolece de dos de las tres soluciones que propugna para salir de la crisis: no es realista y denota un cansancio brutal.

Respecto a la cuestión del Estado de Derecho, cabría preguntarse hasta que punto el enemigo está tanto dentro como fuera de las instituciones, gobernándolas, pero ésa es otra historia.

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