La competitivad y la productividad los problemas de España

La competitivad y la productividad los problemas de España
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Es inevitable en los momentos que corren que muchas empresas estén llegando a tener malas situaciones económicas y sobre todo creando una situación en España de gran cantidad de paro; por que no se crea empleo y por que cada vez se cierran más empresas.

Un mercado además de empleo como el Español que es sumamente complejo y cerrado hace que no se fomente mucho más la contratación y de ese modo tener unas tasas de paro normal y natural más bajas. El paro natural el España es del 5% aproximadamente, mientras que en países como Estados Unidos con una capacidad mucho más ágil en el mercado de empleo, no sólo se fomenta que en situaciones como la actual no se haya disparado el paro, sino que además hay un paro natural aproximadamente del 2% (3 puntos menor al nuestro).

El gran problema del mercado Español se podría basar por tanto en el empleo, aunque en realidad no es éste su peor problema. El peor realmente es una conjunción de dos sustantivos frecuentes en el ámbito de las fábricas sobre todo: competitividad y productividad.

Quizá por nuestra forma de ser y/o carácter mucho menos Europea y más latina somos muy diferentes en comportamiento al resto de los países europeos en la forma de trabajar. Un Finlandés por ejemplo siempre será productivo para la empresa y competitivo para con sus compañeros de mismo nivel, por que sabe que si trabaja bien su empresa no sólo no le despedirá sino que además le beneficiará por su esfuerzo. En España esto nos guste o no, no sucede. Intentamos hacer lo menos posible y lo más cómodo posible para que se pase rápido el tiempo e intentar ganar la mayor cantidad de dinero.

La competitividad y la productividad, o mejor dicho su falta en la sociedad trabajadora Española genera que un empresario se tome más a la ligera el despedir a alguno de sus empleados, por que sabe que seguramente tendrá en el mercado laboral a alguna otra persona con más ánimo de realizar ese trabajo y que seguramente esté dispuesto a trabajar por menos dinero.

El ejemplo casi ecuánime a ojos de todo el mundo de un mercado laboral y empleados ejemplares es el Japonés. Demuestran sus trabajadores cada día que no trabajan para vivir, sino viven para trabajar, ya que les reconforta mucho que sus empresas les den cada vez más responsabilidades; les hace sentirse importantes para la empresa y que ésta les ha dado una cierta importancia en ella. Su competitividad y productividad son increíbles.

En España quizá habría que culpar en cierta medida también a los empresarios por no siempre recompensar adecuadamente a aquellas personas que si se esfuercen y realicen un buen trabajo; esas son las que le dan valor y sinergias a las empresas y sobre todo y más importantes las que consiguen que la empresa se vea identificada desde fuera con un correcta imagen corporativa.

La culpa como siempre, no la tendrá nadie, pero mientras que en otros países europeos trabajan menos horas que nosotros, somos menos productivos que ellos; es decir hacemos muchas menos cosas por hora, demostrando de nuestra escasa competitividad y productividad.

Imagen | tuey

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