Fondos de Ayuda al Desarrollo: hagamos como que nos lo creemos

Fondos de Ayuda al Desarrollo: hagamos como que nos lo creemos
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Desde la semana pasada venía dándole vueltas a escribir un artículo sobre los FAD, o Fondos de Ayuda al Desarrollo, al hilo de la polémica desatada alrededor de la financiación de la obra de Barceló en la Sede de la ONU en Ginebra, la Cúpula de la Alianza de Civilizaciones. He preferido esperar, a ver donde llegaba el asunto, y debido a que, en última instancia era sólo un pretexto para demostrar la hipocresía de muchos que hacenposturitas ideológicas, especialmente estos tiempos de crisis económicas y de reivindicación del papel de lo público.

Pero que sea un pretexto no me exime de centrar el tema. Y para ello conviene resumir el origen del escándalo. El Gobierno Español habría financiado la obra del mencionado artista parcialmente con Fondos de Ayuda al Desarrollo. Si bien inicialmente algunos negaron el tema, finalmente se admitió, defendiendo que este tipo de iniciativas, al estar desarrollada al albur de la llama Alianza de Civilizaciones y de la defensa de los Derechos Humanos (me lo expliquen), suponían una contribución al mencionado desarrollo (no acaban de identificar al de quien). Sostenerla y no enmendarla.

Pero, ¿qué son los FAD? Los FAD, genéricamente hablando vienen a ser los Fondos con los que los Gobiernos contribuyen a ayudar a los países en desarrollo. A través de los FAD se desarrolla la Ayuda Oficial al Desarrollo, con visto bueno de la OCDE, aunque como denuncian muchos, y reconocen los directamente implicados en este último dislate, no todo lo que es FAD es AOD. Y si me apuran, prácticamente nada lo es.

Y es que los FAD, que generalmente suelen revertir la forma de Créditos, no dejan de ser parte del brazo comercial de los Gobiernos desarrollados. Por poner un ejemplo, gran parte de esas operaciones por las que el Gobierno español financiar la adquisición de bienes de equipo, la construcción de infraestructuras, etc allende nuestros mares, lo son con la condición de que sean empresas españolas las beneficiarias de los contratos que generen dichas actuaciones. Nada que no conozcamos, los alemanes que tanto se quejan de las subvenciones que hemos recibido bien que nos colocaron AVE y miles de productos. Bajo la excusa de la Ayuda al Desarrollo estos Gobiernos se han dedicado a sostener financieramente la exportación de algunas empresas españolas, con el dinero de todos.

Así que yo, que estoy ideológicamente en las antípodas de los que suscriben documentos como el citado anteriormente , también comparto la necesidad de abolir los FAD. No dejan de ser una herramienta comercial, financiada con nuestros impuestos y que mezcla hasta lo indecente lo público con lo privado (pero buen, eso parece estar de moda ahora, es de lo más keynesiano).

La mejor Ayuda al Desarrollo es permitir que esos países puedan exportar sus productos, venderlos al ciudadano español, europeo, sin las trabas proteccionistas que defienden los mismos que alientan esas ayudas. Claro que entonces, a las quejas de los exportadores favorecidos se unirían las de los fabricantes con mercado domestico que verían eliminadas sus barreras protectoras. Estos empresarios, los trabajadores de estas empresas, residentes españoles todos ellos, son los auténticos beneficiarios de los FAD. Eso sin olvidar a los políticos, que se quedarían sin el juguete de compra de voluntades que suponen estos fondos. Y claro, no pueden permitir estos efectos del liberalismo salvaje (aquí, si no se nota, estoy esbozando una sonrisa-mueca). Por tanto, entre todos hemos de pagar que todos estos se desarrollen. Tiene tela.

Esto es sabido desde hace décadas, así como que este tipo de prácticas se han incrementado con el paso del tiempo, tanto con populares como con socialistas. El uso indebido de la expresión Ayuda al Desarrollo para financiar lo que a uno le da la gana es ya muy antiguo. Por ello me sorprende el follón montado alrededor de Barceló, aunque estoy seguro que luego nadie hará nada.

Y es que, como dijo Moratinos, el no habla del coste ya que el arte no tiene precio. Y los FAD son puro arte.

Más información|ICO
En El Blog Salmón|Ayuda humanitaria no debe destruir el mercado local
Vía|mpd01605

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