El mundial de fútbol terminó con la victoria de la selección nacional, hecho que ha conmovido al país entero, que ha resucitado el sentimiento nacional, y que se ha tornado como un auténtico revulsivo para el cambio de situación socioeconómica por parte de multitud de colectivos.
Pero aunque sómos líderes en multitud de competiciones deportivas (fútbol, tenis, ciclismo, etcétera), también destacamos a nivel internacional por el número de empleados públicos (funcionarios), y por el ingente número de parados que tenemos en nuestro haber.
Es cierto que todos nosotros nos hemos desinhibido, en mayor o menor medida, cuando nuestra selección nacional ha ido culminado etapas en su camino para la consecución de la copa del mundo. Obreros, directivos, estudiantes y parados, entre otros coletivos, han olvidado sus problemas personales y profesionales durante lo que dura un efímero sueño de una noche de verano.
Aunque esos días hayan servido para distraer la atención de un país, ahora una vez logrado el triunfo deportivo volvemos a la cruda realidad, la realidad de un país que ha superado la barrera psicológica del 20% de tasa de desempleo, y que sin vislumbrar un futuro claro ni lograr despejar en un ápice sus desequilibrios e incertidumbres, corre el riesgo de ir hacia una situación caótica que nos haga aterrizar sin paracaídas, desde la nube de la burbuja de precios que nos ha hecho flotar todos estos años atrás.
Por otro lado, sorprende que en una época de crisis como la actual, y en la que se debería haber producido un verdadero ajuste del sector público, existan casi 88.000 empleados públicos más que hace un año, con lo que más del 20% de la población activa son ya funcionarios.
En mi opinión, este país vive en una realidad paralela a su situación verdadera, en el que parecemos estar agazapados a la espera del cambio económico que cada vez se atisba desde más lejos.
Vía | Expansión
En El Blog Salmón | ¿Quienes serán realmente los vencedores del mundial de fútbol?
Imagen | jansolo09