Jackson Hole ese lugar que ni te suena, pero en el que se juega tú futuro económico

Jackson Hole ese lugar que ni te suena, pero en el que se juega tú futuro económico
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HOY SE HABLA DE

Gran parte de la población española sigue disfrutando de playa, montaña y vacaciones diversas. Incluso algunos hasta aprovechando las ventajas de la incipiente recuperación. Apenas ninguno de ellos tendrá hoy los ojos puestos un remoto lugar de la América profunda, Jackson Hole, en el seno de las montañas de Wyoming. Pero por muy lejano y extraño que les suene allí, en Jackson Hole, se cuecen estos días algunas de las claves que marcarán el devenir de asuntos tan cotidianos cómo cuánto pagaremos por la hipoteca, si nos costará más o menos pedir un préstamo o si irnos de vacaciones fuera de la zona euro será o no un chollo el próximo año.

Por supuesto, los discursos entre las montañas de Wyoming no serán tan comprensibles como la frase anterior, pero el resultado de las rimbombantes palabras que allí se están escuchando este fin de semana sí lo será.

Como cada final de agosto, desde 1982, este resort de montaña se convierte en el punto de encuentro de economistas, banqueros y un selecto grupo de expertos financieros invitados por la Reserva Federan de Kansas que se citan para coordinar los derroteros de las políticas económicas y financieras. Es cierto que las últimas ediciones carecen del glamour de los primeros años pero la expectación continúa. Como recuerdan los analistas de Bankinter, en su blog, "desde 1982 hasta hoy la representación de los banqueros de Wall Street ha bajado desde el 27% hasta el 3%, mientras que la de los banqueros centrales ha subido del 3% al 31% y la de los periodistas desde 6% hasta 12%".

Dada esta evolución, no es de extrañar que el foco financiero esté puesto en la "actuación de los banqueros centrales" que habitualmente utilizan este marco para desvelar sus intenciones más secretas. Este año se espera que toda la atención la acapare Mario Drahgi, el presidente del Banco Central Europeo, que llevaba dos años sin asistir a la cita.

En su anterior comparecencia dio las claves de lo que sería la política de compra de bonos del BCE. Tal vez por ello ahora, le correspondería anunciar si tiene o no intención de retirar esos estímulos, el famoso QE europeo. Pero el italiano no tiene fácil la jugada ya que debe hacer un complicado juego de malabares entre el exceso de dinero en circulación que está inyectando, la evolución de la inflación y la escalada de cotización que está mostrando el euro.

Eurodolar

Mientras que las condiciones macroeconómicas, los datos de recuperación y la contenida inflación europea justificarían un anuncio de retirada del QE, la evolución del euro lo desaconseja. Son conocidas las preocupaciones de las autoridades del Banco Central Europeo por este motivo. La moneda única europea acumula una revalorización del 13,5% desde principios de año y eso está incidiendo de forma negativa en las exportaciones de los países de la eurozona, por ejemplo.

Ante esta situación, los analistas están rebajando sus expectativas a medida que se acerca la hora de su comparecencia. Según han publicado desde Deustche Bank, este año más que anuncios espectaculares habrá "análisis". O como lo califica Thomas Mayer, analista y fundador del Instituto de Investigación de la firma luxemburguesa Flossbach von Storch, en Invertia, asistiremos al "diseño de una nueva hoja de ruta".

Tipos de interés

La evolución del precio del dinero en Europa y lo que el BCE paga a los bancos por sus depósitos podría ser otro de los puntos sobre los que pivote el discurso de Draghi, aunque todo apunta a que ese tema será más el punto de fuerte de Janet Yellen.

La presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos también tendrá sus minutos de gloria incluso hasta puede restarle protagonismo al italiano. En el que será su último discurso en el cargo, y dada su pésima relación con el actual presidente Donald Trump, no se descarta que Yellen apueste por un mensaje duro. La fortaleza de la economía estadounidense, con crecimientos del 2,6% y una fuerte creación de empleo se está viendo ligeramente ralentizada por el efecto de las decisiones de Donald Trump. Eso no gusta a los economistas ni a Yellen quien, en un último alarde de independencia, podría apostar por frenar su política de subida de tipos y darle así algo de oxígeno al dólar.

Apenas quedan unas horas para conocer el resultado. Pero entre olas y tintos de verano es posible que a los españoles les pase desapercibida si la hipoteca del año que viene dará para más o menos alegrías veraniegas.

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