Las empresas de rating, siguientes en la cola de subvenciones

Las empresas de rating, siguientes en la cola de subvenciones
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En estas páginas he dejado claro mi opinión sobre las empresas de rating y sobre su fracaso en los mercados financieros, y no sólo hablo de su papel como socio en el camino a la crisis que nos cayó encima, manteniendo sus ratings altos a empresas y a productos financieros que resultaron ser activos podridos.

En mi anterior artículo dije:

En un entorno tan complicado pensar que las entidades y los países no han deteriorados ignora la realidad.

Incluso en este entorno, siguen reduciendo sus ratings tarde y mal.

Hasta ahora, el coste de los ratings normalmente lo pagaban las empresas que estaban emitiendo, es decir, las que buscaban ratings lo más altos posibles. Con ratings altos, su coste de financiación baja y, como consecuencia, los clientes presionaban para que sus ratings se fijen lo más altos posible y las empresas de rating dejaban sus brazos a torcer

Ahora, en Estados Unidos hay algunos que piensan que los ratings son un labor social y que, como tal, debemos pagarlo entre todos. Otro grupo más en la cola de subvenciones.

Está claro que las viejas formas de financiar los ratings no funciona, ya que introduce presiones económicas y conflictos que no conducen a evaluaciones independientes. No obstante, no tenemos que ser todos nosotros los que pagamos por estos servicios, si no los que se benefician de ellos.

Los que se benefician de estos servicios son los inversores alrededor del mundo y, si alguien debe pagar, deberían ser ellos. Si su producto es tan bueno, y tan influyente, no debería costarles mucho a las empresas de rating cobrarlo a los que se benefician de su trabajo.

Nosotros los contribuyentes no tenemos por qué pagarlo.

Vía | New York Times (en inglés)
En El Blog Salmón | Las razones de Standard and Poor’s por bajar el rating de España

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