Que la CEOE ha perdido el norte no es nada nuevo. Ahora bien, que estando las cuentas públicas como están y que le pidan una subvención directa a las reformas que hagan los ciudadanos es una aberración económica de dimensiones importantes.
La cuantía subvencionable que solicita la CEOE es el 20% del importe total de la reforma dentro de las medidas que ha aprobado el ejecutivo para la rehabilitación de vivienda, sin concretar límites ni plazos de ejecución ni causas de ser beneficiarios o quedar excluidos. La bondad de la subvención, aligerar las listas del paro y seguir invirtiendo y potenciando el ladrillo.
Estoy de acuerdo que cuando existe una subvención se modula al alza el consumo del sector, basta con que miremos el Plan 2000E y las ventas de coches. Ahora bien, articular subvenciones puntuales para un sector que está sobredimensionado es una barabaridad como otra cualquiera por más ROI positivo que pudiera originar para las arcas públicas.
El problema del ladrillo no es un problema puntual y una vez que se logre reabsorber el stock de viviendas, la construcción no va a demandar la mano de obra que se encuentra actualmente en las listas del INEM. Construir pisos a ritmo de millón de unidades por año, pasó a la historia y muchos cambios en simultáneo se tienen que dar para recuperar esos niveles de construcción.
Basándonos en este supuesto, sólo nos queda admitir que la mano de obra del ladrillo tiene que ser recolocada en otros sectores y ahí está la piedra angular para aliviar el paro, no en subvenciones puntuales al ladrillo que sólo postpondrían la solución del problema uno o dos años.
Vía | Diario Sur
En El Blog Salmón | Comprad ladrillos, comprad, España es el país donde más creció la construcción en 2009
Imagen | CesarAstudillo