Los vecinos que odiaban Silicon Valley

Los vecinos que odiaban Silicon Valley
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No todos los habitantes de la bahía de San Francisco están contentos con tener al lado el Silicon Valley. En principio nos puede parecer contraproducente, supongamos que en cualquiera de nuestras ciudades llegan Apple, Google, Facebook, Intel, Microsoft, PayPal y otras muchas empresas y empiezan a abrir oficinas, centros de I+D llenos de trabajadores de todo el mundo excelentemente pagados.

Estos trabajadores bien pagados viven en la zona y gastan su dinero en los restaurantes en los que comen, en los bares en los que beben al finalizar su jornada laboral, en los centros comerciales (aunque esto menos porque compran mucho online) y también en su alojamiento. Tienen buenos sueldos que les permiten quedarse con buenas viviendas, ya sean alquiladas o compradas. Aquí es donde está el problema.

Se supone que si trabajas en una de estas empresas eres envidiado y admirado. Por las mañanas te levantas y vas al trabajo, dónde tienes comida gratis, en un autobús con wifi. En cambio sucede algo, tus vecinos esperan el autobús y se dedican a boicotearlo. Intentan detenerlo o incluso rompen una de las ventanas. ¿Qué está pasando?

El efecto de los autobuses con wifi

Los precios de los alquileres crecen mucho alrededor de las rutas de estos autobuses (se calcula que un 30-40%). Además los altos salarios hacen que haya quién se sienta expulsado de su barrio o incluso de su ciudad por el incremento en los alquileres. Este proceso de toda la vida ha sucedido en muchos barrios y es conocido como “gentrificación”. Los negocios antiguos de toda la vida van desapareciendo en favor de los nuevos que sirven a un público más adinerado.

También se les critica el uso de las infraestructuras (paradas de autobús) gratuito. Esto ya no es tan importante porque se han llegado a acuerdos entre las empresas y algunos ayuntamientos pagando un dóllar por parada y día utilizada.

Pero quizás en el valle el impacto se nota más dado que el fenómeno no sucede en un barrio concreto, sino en ciudades o incluso en toda una región metropolitana habitada por millones de personas. Además no sucede sólo en San Francisco, sino en ciudades de los alrededores tradicionalmente menos pudientes como Oakland.

De momento la solución que están tomando en algunos casos es sustituir los autobuses por un ferry, por ejemplo de Oakland a Mountain View que es dónde tiene su campus Google. Pero no parece que sea una solución definitiva a todos los problemas sea arriar las velas.

Población y números

Por otro lado a San Francisco se le puede acusar de ser una ciudad poco interesada en proporcionar una vivienda asequible a sus ciudadanos. Entre 2000 y 2012 incrementó su población en 50.000 habitantes, 25.000 de ellos entre 2010 y 2012, mientras que en 2012 sólo aumentó el número de viviendas en 269, cuando la media anual de la década había sido de 2.350 viviendas de un total de 372.831. Si se incrementa la demanda (tanto por salarios y por población) y no la oferta es normal que los precios suban. Quizás algo deberían de replantearse en la ciudad sobre su política de vivienda.

¿Es la gentrificación mala? En principio no, si la población de un lugar incrementa su poder adquisitivo no debería de ser malo, en otros lugares (como Detroit) ha perdido poder adquisitivo y el resultado lo conocemos todos. Pero por otro lado es normal que cause rechazo entre los residentes de toda la vida.

No obstante, me ha parecido interesante comentarlo. Muchos piensan que si les ponen un Silicon Valley (o una City de Londres) al lado de su casa se van a encontrar con buenos empleos y que todo será de color de rosa, pero en la realidad, una situación así puede tener consecuencias negativas, al menos a nivel individual

En El Blog Salmón | La historia del Silicon Valley Más información | The Guardian (I y II) y Quartz Imagen | Chris Martin

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