Wirecard es el primer gran escándalo financiero de una fintech, esta vez en Alemania

Wirecard es el primer gran escándalo financiero de una fintech, esta vez en Alemania
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Los casos de fraudes en las cifras financieras de las empresas no nos son desconocidos. Quizá el más famoso es el de Enron, aunque la lista es larga. También tenemos los casos españoles de Pescanova y Gowex. Y en esta ocasión tenemos a Wirecard, una fintech alemana que ha sufrido un gran escándalo por hinchas sus cifras financieras.

Lo cierto es que la contabilidad creativa siempre es fácil para las grandes empresas. Dinero que fluye de un país a otros, sociedades fantasma y otros trucos que permiten engañar durante un tiempo a todo el mundo. Pero al final la caja se resiente y el escándalo salta. El de Wirecard es digno de mención.

Los orígenes de Wirecard

En todas las noticias se menciona que Wirecard es una fintech alemana, lo cual deja entrever que era una startup. Sin embargo su creación se remonta a hace veinte años, en 1999. La empresa surge para dar servicios financieros (principalmente métodos de pago) a páginas web de dudoso prestigio (azar y porno), pero la crisis de las punto com la dejó noqueada.

En 2005 salió a bolsa a través de la adquisición de una compañía cotizada

En 2002 aparece un joven austríaco, Markus Braun, doctor en ciencias sociales y económicas, procedente de la consultora KPMG, y se convierte en el CEO y CTO de la compañía. Para ello, además, invirtió un importante patrimonio para capitalizar la compañía.

Braun empezó a dirigir de forma exitosa la compañía, ya que Internet seguía necesitando soluciones tecnológicas para procesar pagos. En 2005 logró su salida a bolsa, pero no de la forma habitual sino por la adquisición de una compañía (InfoGenie AG) que ya cotizaba en un mercado para startups pero que estaba de capa caída y con perspectiva de ser expulsada del mercado.

La expansión internacional

A partir de 2007 comienza la expansión internacional, que a la postre sería clave en el fraude que han comentido. En dicho año abrieron la filial de Singapur. Al año siguiente introdujeron las tarjetas prepago para su uso online, y ya en 2009 su herramienta de detección de fraude usando (según decían ellos) inteligencia artificial.

En 2014 se expandieron a Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica y Turquía. En 201t6 llegan a un acuerdo con Citigroup para comprar su negocio de tarjetas prepago en EEUU. Y ese mismo año llegan a Brasil a través de una adquisición.

La meteórica subida bursátil

Como hemos comentado, desde 2005 Wirecard cotiza en la bolsa alemana. Las buenas cifras y el crecimiento que iban presentando ayudaba a que no parara de subir en bolsa. Y con ello el prestigio de Markus Braun.

En 2018 entró en el índice DAX

En 2013 tuvieron unos ingresos de 482 millones de euros y unos beneficios de 83 millones. En 2016 ya superaron los 1.000 millones de ingresos con unos beneficios de 267 millones. Solo dos años más tarde, en 2018, los ingresos se habían duplicado, 2.000 millones, y los beneficios ascendieron a 347 millones.

En 2018 la acción de Wirecard reemplazó al banco alemán Commerzbank en el índice DAX, que aglutina a las 30 empresas más grandes cotinzando en la bolsa de Frankfurt. Fue todo un hito para la compañía y el mundo financiero en general que una fintech sustituyera a un tradicional banco en el índice.

La investigación de Financial Times y la inversión de Softbank

En 2019 empezaron las dudas sobre las cuentas de Wirecard. El Financial Times había iniciado una investigación sobre la compañía y en febrero de 2019 publicó un artículo señalando irregularidades. Pero no era la primera duda sobre las cuentas, ya que en 2008, 2015 y 2016 también saltaron rumores sobre prácticas ilegales para hinchar sus cifras que quedaron en nada y que Braun siempre dijo que eran "manipulaciones de mercado".

Últimamente parece que todo lo que toca Softbank se desmorona

Sin embargo esta investigación del Financial Times tenía datos. Explicaba el entramado de mover dinero entre países para hinchar artificialmente la cifra de negocio y apuntaba a directivos implicados. El escándalo no iba a desaparecer rápidamente.

Y he aquí que en medio del escándalo Softbank decide invertir en Wirecard, a través de un bono convertible de 900 millones de euros. En realidad no fue directamente Softbank ni su polémico fondo Vision Fund, sino que los inversores fueron ejecutivos de alto nivel de Softbank y el fondo soberano de Abu Dhabi (también invesor de Vision Fund), pero todo auspiciado por el fondo japonés. En el pasado ya hemos hablando de Softbank y Vision Fund y de cómo están hinchando la burbuja tecnológica. Últimamente parece que todo lo que tocan se desmorona, como WeWork.

Recientemente se ha sabido que en mitad de todo el escándalo de 2019 en Wirecard consideraron una fusión con el banco alemán Deutsche Bank (DB). Aunque las conversaciones fueron rápidamente cortadas por parte del banco.

La auditoría

En 2020 la caída de Braun como CEO se precipitó. En abril de este año la auditoría especial contratada por Wirecard para frenar el acoso de la prensa (y encargada a KPMG) indicó problemas para acceder a todos los datos que pedían e irregularidades varias. Sin embargo se vendió como no encontraron problemas graves como los indicados en el artículo del FT.

Markus Braun ha sido detenido por la policía acusado de fraude contable y manipulación de mercado

Sin embargo la auditoría habitual de las cuentas, hecha por EY, no iba tan bien. Después de tres ocasiones en las que se posponía la publicación de las cuentas de 2019, el 18 de junio se pospuso por cuarta vez y EY declaró que no encontraban 1.900 millones de euros en su balance. Braun tuvo que dimitir. Desde entonces Wirecard ha perdido en bolsa un 50%, y Softbank ha anunciado que la inversión auspiciada por ellos se asumirá como pérdidas.

El culebrón no acaba aquí, ya que solo hace unos días, el día 23 de junio, Markus Braun fue detenido por la policía acusado de fraude contable y manipulación de mercado.

Y más recientemente Wirecard ha perdido el control de su filial bancaria, Wirecard Bank AG, debido a que el regulador alemán lo ha intervenido para impedir que use sus fondos para tapar agujeros del grupo. El banco de Wirecard es el que han usado muchos neobancos para tener las cuentas de sus clientes (por ejemplo N26 antes de lograr tener licencia bancaria propia hace casi cuatro años).

Estamos ante un nuevo fraude contable empresarial que en esta ocasión había llegado a lo más alto (el índice DAX de Alemania). Esta vez no ha sido destapado por un grupo de inversores bajistas (como en el caso de Gowex) ni por quedarse sin caja para seguir mintiendo, sino por una investigación periodística que hizo que los auditores fueran, por fin, diligentes.

Imagen | wuestenigel

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