El Secretario de Economía ha anunciado una medida a incluir en la reforma del IRPF con demasiada letra pequeña. La medida consistirá en que los mayores de 65 años no tendrán que tributar por las plusvalías que obtengan con la venta de cualquier activo siempre y cuando el líquido obtenido se destine a un complemento de la pensión de jubilación.
Es decir, al recorte de las pensiones públicas, se le suma el plus de pérdida del coste de oportunidad propio de los flujos financieros, para bloquear este dinero en una entidad financiera que te haga un plan de pensión vitalicia retornable mensual. La medida tiene tarea se mire por donde se mire.
- El primero, la capacidad que tiene el Ejecutivo para derivar siempre las decisiones de inversión bien hacia sus intereses, o bien hacia el refuerzo de balance de las entidades financieras.
- El segundo, que la venta de activos inmobiliarios de manera previa a la reforma, cuando se aplicaban los coeficientes reductores no era tan lesivo como lo será con esta reforma. Es decir, es infinitamente mejor aplicar el efecto de la inflación a la transmisión de un activo inmobiliario que obligar a mantener los activos en cartera para venderlos a los 65 años y entregarle tu dinero a una aseguradora para que Hacienda no te cruja.
- La tercera, la asimetría fiscal que introduce esta medida puesto que si no se limitan las rentas vitalicias ni el tope exento de tributación, mañana nos podemos encontrar con que una persona venda 5.000 millones de euros en acciones con una plusvalías importantes y al tener 65 años o más, no tenga que tributar por un solo euro.
- La cuarta, es que realmente nos podemos montar un "plan de pensiones privado" exento de tributación al rescate si se mantiene la exención por tributación en el traspaso de cartera entre fondos que no se materializa. Al cumplir los 65, se liquida y a la renta vitalicia.
Por último, planificar fiscalmente a medio/largo plazo en este país es imposible. Una medida como la descrita, requiere un consenso político tal que con el siguiente gobierno que entre, no se altere la norma del IRPF, puesto que si se cambian las reglas de juego a mitad de nuestra planificación fiscal, realmente esto no ha servido para nada.
¿Opiniones al respecto a falta de ver el articulado del próximo viernes?
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