¿Por qué no hay un gran fabricante de coches británico?

¿Por qué no hay un gran fabricante de coches británico?
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¿Nunca te has preguntado por qué no hay ningún gran grupo del motor británico? Alemania tiene a Volkswagen, BMW y Daimler, Francia a Renault y PSA (Peugeot-Citroën) e Italia a Fiat. Además el desarrollo industrial de estas cuatro naciones durante las primeras seis décadas del siglo XX (que es cuando los grandes grupos del motor establecen sus raíces) se puede llamar equivalente.

Y no es por falta de legado, la industria británica del motor tiene tantas o más marcas míticas como cualquier otra nación: Rolls-Royce, Bentley, Aston Martin, Morgan, Jaguar, Lotus, Land Rover, MG, Mini… Y también otras menos legendarias como Morris, Austin, Vauxhall o Rover. En cambio hoy en día todas estas marcas están repartidas en propiedad de múltiples fabricantes.

No se puede decir que el Reino Unido sea un mal lugar para fabricar coches. La permanencia de fabricantes extranjeros a pesar del Mercado Común Europeo como Toyota o Nissan, hacen que a pesar de que sea más barato fabricar en Europa del Este, no parece haber motivo alguno por el que fabricar en Reino Unido sea una desventaja.

Además, actualmente en el Reino Unido se producen alrededor de millón y medio de coches anuales, con alrededor del 80% destinados a la exportación. Así que la pregunta es ¿por qué no hay un gran grupo (o dos del motor británico?

Y si estamos pensando en Jaguar Land Rover, no es un ejemplo válido. El primero porque como ya he comentado, este fue un matrimonio forzoso por parte de Ford, que acabó en manos de Tata. Así que habrá que pensar en otro posible motivo.

La mala gestión de la industria del motor británica

Después de la segunda Guerra Mundial se consideraba que la industria del motor británica sería un gran modelo de crecimiento, así como había sido una ventaja competitiva. Además estaba abierta a la competencia exterior, de los seis grandes fabricantes (Austin, Ford, Nuffield, Rootes, Standard-Triumph y Vauxhall, dos estaban en manos de multinacionales norteamericanas. En 1952 Austin y Nuffield se fusionaron en la British Motor Corporation (BMC), y en 1959 se decía que la industria automovilísitca británica estaba en una situación de competir internacionalmente. En cambio, la decadencia industrial de los años 60 y 70 que se conoció como la “Enfermedad Británica” atacó no sólo a la industria pesada, sino también a los fabricantes de vehículos.

Un motivo detrás de esto era la mala gestión que hubo con los fabricantes. BMC no llegó a integrar sus procesos, sino que fabricaba coches que competían entre sí. Los fabricantes además tenían un uso intensivo del trabajo, por lo que sus coches eran más caros que los japoneses, franceses o alemanes. No obstante, es cierto que algunos grandes coches británicos se presentaron en esta época, como el Jaguar E-Type o el Mini original.

No obstante los coches británicos empezaron a ganar mala fama entre los propios ingleses. El Austin Allegro o el Morris Marina no ayudaron. Tampoco los Lotus, que a pesar de ser conducidos por James Bond se ganaron el apelativo de “Lots Of Troubles, Usually Serious”.

Es muy posible que detrás también estuviera que muchas fábricas se instalaron en zonas sin industria, que aunque puede ser bueno para ayudar a una zona deprimida, es un grave problema por la falta de recursos humanos con experiencia y cualificados, ya que acabamos teniendo trabajadores sin experiencia que muchas veces no saben que están haciendo. Una explicación a aquellos que se preguntan por qué la actividad económica tiende a concentrarse.

En 1974 el Reino Unido había pasado de ser el segundo mayor fabricante mundial en la postguerra a ser el sexto. Un año después el único gran fabricante se nacionalizó como British Leyland tras quebrar. Tenía buenas marcas como Rover, Land Rover, Mini y Jaguar, esta fue privatizada por Thatcher en 1984 y cinco años después pasaría a manos de Ford.

British Leyland tuvo aciertos como el Austin Metro, pero buena parte de sus coches acabaron siendo un desastre. En 1986 acabó siendo remarcada como Rover, dado que era la marca menos afectada por su mala política en años anteriores y en 1988 la marca fue vendida a British Aerospace por el gobierno británico. Tengamos en cuenta que el gobierno británico a pesar de haber ganado Margaret Thatcher que defendía la libre empresa, siguió financiando al fabricante estatal.

BAE a su vez vendería Rover a BMW en 1994. BMW no consiguió reflotar el grupo MG Rover, que acabó quebrando en 2005. Ford compró la marca Rover a BMW, dado que que quería proteger su inversión en Land Rover y esta marca actualmente en desuso está en manos de Jaguar Land Rover.

Por su parte BMW si tuvo un éxito muy notable con una marca británica que compró: MINI.

La situación actual de la industria del automóvil británica

Así que si queremos, podemos echar un vistazo a cómo han quedado las diversas empresas de coches que en su tiempo fueron el orgullo del Imperio Británico:

  • Jaguar Land Rover, aunque con gestión independiente son propiedad de Tata Motors y hay que decir que les va bastante bien. También propietarios, pero sin usar, de la marca Rover.
  • Mini y Rolls-Royce: ambas propiedad de BMW, y una parte fundamental en su estrategia para complementar su oferta por arriba y por debajo de la gama de BMW.
  • Bentley: integrada en el grupo Volkswagen como marca de lujo.
  • MG: propiedad de SAIC (uno de los cuatro grandes fabricantes chinos), que la utiliza para su venta en China. No me extrañaría que en los próximos años MG vuelva a desembarcar en Europa.
  • Vauxhall: actualmente vende lo que en el resto de Europa conocemos como Opel en Reino Unido, es la marca regional de General Motors.
  • Lotus: propiedad del fabricante malayo Proton.
  • LTI: el fabricante de los icónicos taxis londinenses, actualmente propiedad de Geely
  • Operaciones de fabricantes globales en suelo británico, en mi opinión Toyota, Nissan, Honda y Ford los más importantes.
  • Pequeños fabricantes de nicho como McLaren, Morgan, Caterham… La historia y situación actual de cada da para un libro.

Así que si queremos preguntarnos el motivo de la falta de un gran grupo de la automoción británico yo diría que una combinación de mala gestión durante décadas, junto una atomización del sector.

La industria del automóvil ha ido estando sometida cada vez más a más presión y la concentración en grandes grupos centrados en su ventaja competitiva es fundamental, pero muchos dirigentes de la industria y el gobierno británico no fueron capaces de darse cuenta, o de implementar una estrategia con visión a largo plazo.

En El Blog Salmón | Fabricantes de coches chinos dispuestos a comerse el mundo

Más información | The Daily Mail, The Telegraph, The British Motor Industry, 1945-94 : A Case Study in Industrial Decline: 1945-1994 Escrito por Timothy Whisler (en Google Books).

Imagen | Fotorus

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