La musicalidad de las “telecos”

Hoy he empezado el día de una manera muy agradable. He llamado a Ya.com, a uno de esos teléfonos 902 que cuestan no sé cuánto para informarme sobre el nuevo servicio de ADSL que vienen anunciando a precios interesantes.

Música barroca al otro lado de la línea para empezar la jornada. Estupendo. ¿Qué otra cosa mejor puede pedirse mientras una ojea los periódicos de la mañana? Sin quererlo te relajas y te preparas psicológicamente para la atareada faena que tienes por delante.

Así es que sin darme cuenta me he metido en un estimulante artículo sobre la vuelta del carbón como fuente energética limpia, gracias a su combustión con oxígeno. Un sistema avanzado por E.on, la gigante alemana de la energía, que ha depurado una técnica cuyos antecedentes son la combustión del mineral con biomasa (casi siempre un tipo de bambú). Lo que permite que se minimicen las emisiones sulfurosas. Vaya, que con todos los temores que hay ante la vulnerabilidad de las reservas del crudo y el escaso impulso que reciben las energías renovables (al menos su impacto es prácticamente, si no totalmente inexistente, en la factura de la luz), la noticia es como una bocanada de aire fresco. Y nunca mejor dicho.

En fin, que entre una cosa y otra, sin ser consciente de ello habían pasado 16 minutos y seguía en línea de espera amenizada por Vivaldi. Entonces he caído en la cuenta que el concierto me iba a salir un poco caro, sobre todo por la calidad de los altavoces del teléfono, que no son precisamente de alta fidelidad.

He decidido colgar el aparato, a pesar de no haber conseguido la información que buscaba e incluso estar dispuesta a suscribir un nuevo contrato de telecomunicaciones. Y he pensado: o son unos aprovechados más que se benefician de este tipo de llamadas; o tienen una plantilla patética y les sobrepasa la demanda (me extraña que sea tan abundante a primera hora de la mañana); o los empleados están tan desmotivados que necesitan más margen para meterse en harina cuando llegan a la oficina.

Ninguna de las opciones es positiva, pero menos aún la factura que me pasará Telefónica de la llamadita al 902. Será casi de concierto en el Liceo. Eso sí, en la misma seguirán cargando una vez más los gastos del mundo ADSL por un servicio que cancelé hace meses y meses. No importa. Lo siguen cobrando. Es lo bueno que tiene el libre mercado. Al menos su 1004 es gratis. Claro, que la aburrida sintonía que te ofrece no se puede comparar con el conciertazo de Ya.com.

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