El campo español amenazado: esto implicaría la entrada de Ucrania en la UE

El sector agrícola español atraviesa una situación crítica motivada por tres factores condicionantes: la elevada inflación, la pertinaz sequía y la situación de preferencia de Ucrania en la comercialización de ciertos productos como el cereal.

En los últimos meses son varios los países de la Europa del Este que han manifestado públicamente sus quejas frente a las ayudas de la UE hacia la agricultura ucraniana. Tras más de 17 meses de guerra, la exención arancelaria concedida a los cereales ucranianos en el verano de 2022 ha provocado un ‘reventón’ en la política de precios.


Los gobiernos de Polonia, Eslovaquia y Hungría han manifestado su deseo de vetar la entrada de grano ucraniano en sus mercados, lo cual podría poner en tela de juicio el sólido apoyo a Kiev por parte de los Veintisiete. La situación del campo español es menos preocupante, ya que necesita de esos cereales para satisfacer la demanda. No obstante, sí que preocupa en el sector agrícola nacional la llegada sin medida del grano ucraniano que podría condicionar los precios del cereal.

A largo plazo, Ucrania podría valerse de esta posición preferente, una vez que entrase en la UE, para cosechar beneficios económicos al atraer inversión extranjera, convirtiéndose en uno de los bloques comerciales más ricos del planeta en materia agraria.

Impacto en el precio del cereal español

Tras China, España es el país que más cereales ha importado procedentes de Ucrania desde el inicio del conflicto armado. De hecho, desde que Naciones Unidas y Turquía alcanzaran un acuerdo en julio de 2022 con Rusia para permitir el acceso de cereal ucraniano mediante un corredor seguro por el Mar Negro, España ha importado 4,9 millones de toneladas de cereal (trigo, maíz, cebada y aceite de girasol). Le sigue Turquía, con un total de 3 millones de toneladas.

Es cierto que a diferencia de otros países del este de Europa, la llegada de cereal ucraniano beneficia para abastecer el mercado, ya que no se cuenta con la suficiente producción nacional. No obstante, el hecho de que el cereal llegue libre de aranceles destruye las limitaciones del mercado y empuja a que los productores españoles se vean obligados a bajar los precios de sus productos.

José Robles, responsable nacional de cultivos herbáceos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), asegura que en un año normal el mercado español importa aproximadamente la mitad de los cereales que consume, dedicados tanto a la producción alimentaria como al pienso de la ganadería. Así pues, la moderación de precios durante los últimos meses los ha devuelto a niveles previos a la guerra. Según datos de COAG, Ucrania es proveedor del 28% del maíz, el 13% del trigo, el 31% de las tortas de aceite vegetal y el 16% de las leguminosas.

Como país importador, España no marca el precio de los cereales en un mercado atenuado por los fuertes vaivenes de la especulación. De este modo, si el grano de Ucrania se está vendiendo, por ejemplo, a 200 euros, el campo español se ve imposibilitado a vender el suyo por 205, tiene que venderlo sí o sí.

Todo apunta a quese renovará el pacto, pues se sospecha que Moscú no querrá acabar con la actual ‘rueda del mercado’. No obstante, durante las últimas semanas los precios del trigo blando han caído en un 2,6%, del maíz en un 1,78% y de la cebada en un 2,56%. En lo que va de año, el trigo blando ha bajado un 22,79%, el trigo duro un 21,17%, el maíz un 19,72% y la cebada un 24,86%.

Según datos de ACCOE, para la cosecha de cereales de otoño-invierno se prevé un descenso notable de la producción con respecto a 2022, de tal modo que se superarán por poco las 8 millones de toneladas, siendo la peor producción final de las tres últimas décadas. Será incluso inferior a los niveles récord de 1995 y 2015 donde apenas se superaron los 11 millones de toneladas. Los rendimientos medios serán de 1.530 kilos por hectárea frente a los 2.430 kg/ha de 2022 y los 3.320 kg/ha de 2021.

Situación crítica en el campo español

Hay que esperar para ver si el pacto se prorroga, pero las limitaciones de las cuencas hidrográficas están llevando a que el 76% de los campos españoles se vean perjudicados por la ausencia de precipitaciones. Se trata de algo que afecta especialmente a los cultivos de secano como el cereal. Y es que el olivar, el viñedo y los cereales representan más del 50% de la superficie de cultivo de España.

La respuesta que precisa España

El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Córdoba (UPA), Miguel Cobos, asegura que la solución para el campo español pasa por acabar con el trato preferente concedido al grano ucraniano por parte de Bruselas.

El objetivo debe ser apoyar la Ley de la cadena agroalimentaria, que supondría una rebaja laboral y fiscal a los agricultores, mejoraría las infraestructuras y potenciar el uso del agua y del regadío sostenible, entre otras propuestas eficientes. España manifiesta su posición de respaldo a Ucrania, pero el campo solicita que se impongan los mismos aranceles y requisitos que se exigen a otro países de fuera de la UE.

Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, asegura que se trata de una excepción significativa que afecta al funcionamiento del mercado único y que debe justificarse adecuadamente. En 2022, España importó casi 2.000 millones de euros en grano procedente de Ucrania, sobre todo maíz, por lo que no puede permitirse prescindir del grano ucraniano.

Las próximas horas serán claves para conocer si se cumple con las exigencias de los países de Europa del Este de que el grano fluya y no se paralice en su territorio, así como de otros gobiernos como España, que respaldan a Ucrania y que precisan de su producción como apoyo al campo español, especialmente en tiempos de sequía.

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