La doble vara de medir de Ryanair. Abandona algunos aeropuertos de España, pero gana un 20% más tras subir tarifas en un verano récord

Sergio Delgado

¿Está jugando bien sus cartas Ryanair? mientras presume de resultados históricos, la mayor low-cost del continente está retirándose de varios aeropuertos -no solo españoles- donde hasta ahora era un actor clave.

La compañía irlandesa ha celebrado un verano de ingresos disparados y márgenes reforzados, pero, al mismo tiempo, cierra bases y elimina rutas alegando tasas elevadas y falta de competitividad.

Una diferencia entre su discurso y sus movimientos reales, que ha reabierto el debate sobre hasta qué punto sus decisiones responden a estrategias operativas o a una presión directa sobre los gestores aeroportuarios.

Sus resultados semestrales reflejan una notable fortaleza comercial que invita a cuestionar si las razones expuestas se alinean realmente con la capacidad de expansión que demuestra en otros mercados europeos.

Un verano excepcional que dispara los ingresos

La última temporada alta ha consolidado un escenario especialmente favorable para la Ryanair.

El volumen de viajeros transportados entre abril y septiembre registró un incremento, situándose por encima de los 119 millones de pasajeros. A ello se sumó un factor de ocupación del 95%, próximo al máximo que permite la estructura operativa actual.

Uno de los elementos que más ha influido en el aumento de la rentabilidad ha sido la evolución de la tarifa media, que alcanzó los 58 euros tras un incremento interanual significativo.

Los ingresos totales del semestre superaron los 9.800 millones de euros, impulsados tanto por la subida de precios como por la ampliación de ingresos complementarios vinculados al equipaje, la elección de asiento y otros servicios adicionales.

Estos ingresos auxiliares alcanzaron cifras récord, lo que evidencia una estrategia de diversificación que refuerza la dependencia de elementos distintos al billete tradicional. El control riguroso de los gastos operativos, que solo avanzaron de forma moderada, contribuyó a ampliar el margen y a favorecer un beneficio semestral que supera los 2.500 millones de euros.

Proyecciones de tráfico excelentes

La compañía prevé cerrar su ejercicio fiscal con más de 207 millones de pasajeros transportados, manteniendo el ritmo de crecimiento pese a la incertidumbre en el mercado aéreo europeo.

Las reservas para el tercer trimestre continúan en niveles importantes, aunque la aerolínea reconoce que la comparación con el tramo final del año anterior será más exigente.

Además, factores externos como la inestabilidad en Europa del Este y Oriente Medio podrían alterar tanto precios de combustibles como itinerarios de vuelos.

A pesar de ello, la empresa confía en sostener un crecimiento razonable del beneficio neto, apoyado principalmente en su fortaleza financiera.

Con más de 3.000 millones de euros en efectivo bruto y un nivel de deuda contenido, la aerolínea mantiene capacidad para afrontar inversiones, recompras de acciones y pagos de dividendos. Esta situación contrasta con la presión que ejerce sobre organismos aeroportuarios para revisar tasas en determinadas regiones.

Expansión de flota y adaptación operativa

El grupo continúa ampliando su capacidad con la llegada de nuevos aviones de la familia Boeing 737. La incorporación progresiva del modelo 8200 está permitiendo aumentar la eficiencia por asiento y reducir consumo energético por pasajero transportado.

En paralelo, la aerolínea avanza en su plan de adquisición del modelo MAX-10, con el que pretende mejorar la relación entre volumen de pasajeros y recursos operativos durante la próxima década.

A corto plazo, la empresa lo tiene claro: ajustará su capacidad en función de la competitividad de cada mercado nacional. Durante el invierno, reforzará sus operaciones en países que ofrecen incentivos al crecimiento, mientras recorta conexiones en aquellos donde considera que se enfrentan a una estructura de tasas elevada.

El desplazamiento de aeronaves hacia mercados con menores cargas fiscales marca una tendencia que la compañía justifica como necesaria para preservar su estrategia de bajo precio.

Tensiones con los aeropuertos españoles

El anuncio de nuevos recortes de capacidad en aeropuertos regionales españoles ha generado inquietud en distintas comunidades autónomas.

La aerolínea argumenta que el incremento de tasas aeroportuarias dificulta la viabilidad de sus operaciones. La reducción prevista alcanza más de un millón de plazas, lo que supone un reajuste notable en la oferta estival del próximo año. En algunos casos, la retirada implica la pérdida total de conexiones, como ocurre con rutas que quedarán anuladas en Asturias.

La empresa pública encargada de la gestión aeroportuaria ha defendido que el nivel de tasas en España se mantiene entre los más competitivos de Europa y ha calificado las presiones de la aerolínea como una estrategia recurrente.

En varios aeropuertos afectados ya se observa que otras compañías han comenzado a ocupar los huecos dejados, lo que sugiere que la demanda existe y que la decisión de la aerolínea responde a criterios estrictamente internos más que a la realidad del mercado español.

Y también retrocesos en otros países europeos

El ajuste no se limita a España. En mercados como Alemania, Francia o los países bálticos también se han anunciado reducciones de capacidad o incluso abandonos totales de determinadas rutas.

En Alemania, la aerolínea disminuirá su oferta en varios aeropuertos alegando incrementos en los gastos operativos y menor competitividad de ciertas instalaciones. Situaciones similares se observan en Francia, donde se han cancelado conexiones estacionales y rutas de invierno en regiones del oeste y del este del país.

La tendencia se repite en Estonia, Letonia o Austria, donde los recortes afectan tanto a rutas nacionales como internacionales. Aunque la compañía expresa que ciertas instalaciones han elevado en exceso sus tarifas, los reguladores locales han señalado que estas variaciones son asumibles y que responden a procesos normales de actualización.

Mientras tanto, otros operadores aéreos están sustituyendo rápidamente las conexiones suprimidas, lo que pone de manifiesto que la demanda de movilidad se mantiene estable.

La pregunta es: ¿está jugando con fuego Ryanair? ¿su “rebeldía” actual propiciará que a medio plazo sean otras compañías quienes se queden con sus asientos en Europa para siempre?

Imágenes  | Pixabay, Pixabay

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