Sí, en cada país hay ritmos culturales muy diferenciados y eso afecta de forma real a la ética que cada empresa, y en general la economía entera de dicho país, desarrolla en los mismos. Lo que es algo aceptable en unos países, en otros es algo totalmente inaceptable, ilegal o ambas a la vez. En los últimos años se han puesto ciertas trabas legales muy prácticas, así como convenios internacionales y códigos de comercio internacionales para definir, lo que es en mi opinión algo fundamental en el mundo de la economía tan desarrollada y expansiva la cual tenemos, ya que cada día es más importante el comportamiento deontólogico de las empresas.
Un ejemplo claro es las cuestiones referidas a sobornos internacionales, protección de propiedad intelectual y protección de datos de clientes; no hay una normativa global, pero si se intenta gracias a acuerdos multilaterales entre empresas de gran nivel limar aquellos aspectos significativos y poco éticos para que aunque en algunos países algunas prácticas estén culturalmente aceptas, en otros sean ilegalidades.
A pesar de todo esto como vivimos en un momento que pese a la crisis es de gran desarollo la movilidad de capitales, datos, etc, debemos esperar que ese propia movilidad ayude a un desarrollo sostenible en cuanto al ámbito cultural y ético de la economía.
Rescato una de mis frases favoritas al respecto, de Carlos Arias, famoso empresario americano que comentaba al respecto en una charla en la universidad de Guatemala:
La ética del mercado será siempre clara por mucho que intentemos evitarlo culturalmente. La economía fabricará en aquellos lugares donde sea más barato o más conveniente para sus propios intereses.
Es por tanto fundamental que los sectores económico y financiero como puras instituciones sociales fomenten de forma real unos modelos de desarollo éticos, aunque como apuntaba Carlos Arias eso es muy complejo. y es que la globalización tenía que tener algún riesgo.
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