¿Es la economía también una cuestión ética y cultural?

Uno de los grandes retos a medida que la economía se ha ido formando como un entorno global ha sido que las empresas fueran capaces de conciliar dos grandes diferencias de sus consumidores: el comportamiento social y el cultural. Hay muchas cosas que hablar: los sobornos aduaneros o arancelarios, el trabajo en precarias condiciones, las repercusiones ecologicas, pero los empresarios nos saben muchas veces como sus decisiones respecto a estos temas afectan en cada país, en cada entorno cultural distinto.

Sí, en cada país hay ritmos culturales muy diferenciados y eso afecta de forma real a la ética que cada empresa, y en general la economía entera de dicho país, desarrolla en los mismos. Lo que es algo aceptable en unos países, en otros es algo totalmente inaceptable, ilegal o ambas a la vez. En los últimos años se han puesto ciertas trabas legales muy prácticas, así como convenios internacionales y códigos de comercio internacionales para definir, lo que es en mi opinión algo fundamental en el mundo de la economía tan desarrollada y expansiva la cual tenemos, ya que cada día es más importante el comportamiento deontólogico de las empresas.

Un ejemplo claro es las cuestiones referidas a sobornos internacionales, protección de propiedad intelectual y protección de datos de clientes; no hay una normativa global, pero si se intenta gracias a acuerdos multilaterales entre empresas de gran nivel limar aquellos aspectos significativos y poco éticos para que aunque en algunos países algunas prácticas estén culturalmente aceptas, en otros sean ilegalidades.

A pesar de todo esto como vivimos en un momento que pese a la crisis es de gran desarollo la movilidad de capitales, datos, etc, debemos esperar que ese propia movilidad ayude a un desarrollo sostenible en cuanto al ámbito cultural y ético de la economía.

Rescato una de mis frases favoritas al respecto, de Carlos Arias, famoso empresario americano que comentaba al respecto en una charla en la universidad de Guatemala:

La ética del mercado será siempre clara por mucho que intentemos evitarlo culturalmente. La economía fabricará en aquellos lugares donde sea más barato o más conveniente para sus propios intereses.

Es por tanto fundamental que los sectores económico y financiero como puras instituciones sociales fomenten de forma real unos modelos de desarollo éticos, aunque como apuntaba Carlos Arias eso es muy complejo. y es que la globalización tenía que tener algún riesgo.

Imagen | DeusXFlorida

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