Europa enfrenta la inminente reestructuración y las quitas a la deuda griega

El sistema financiero griego está a punto de implosionar por completo y esto significará el inevitable impago de la deuda soberana griega, como confirmó ayer el Banco Central de Grecia, lo que puede significar la salida del país Heleno de la zona euro. El fantasma de este acontecimiento ha acorralado a Europa para mantener a Grecia en la zona euro a toda costa, y en este juego forzado los líderes de la troika han vivido su día de la marmota desde al año 2010. En estos cinco años la troika ha elaborado numerosas cabriolas para reducir la tensión de la crisis griega, pero todo ha sido externo y artificial. Nada ha llegado a la raiz del problema. La deuda griega, impagable, ha sido justamente el tema más esquivado por los líderes europeos. Y Alemania ha carecido de la voluntad para resarcir a Grecia con las reparaciones de guerra que el nazismo provocó cen la ocupación en la segunda guerra mundial. Ahora Europa enfrenta la inminente reestructuración (y recortes) de la deuda griega.

La falta de voluntad que ha ceracterizado a la UE para resolver la crisis griega puede desembocar a la larga en la salida de Grecia de la zona euro. Este hecho podría arrastrar a Europa, y al mundo, a una nueva crisis financiera de insospechadas consecuencias, Sin embargo, este escenario, después del shock inicial, podría significar una bendición para Grecia. Mucho de lo que los líderes europeos han intentado ocultar manteniendo a Grecia dentro del euro a la fuerza, es justamente el hecho de que una salida de Grecia del euro la puede hacer volver a la prosperidad económica. Se olvida que Grecia es potencia mundial en transporte marítimo y turismo, entre otras cosas. Grecia podría recuperarse rápidamente y esta sola idea resulta letal para los líderes europeos: Otros países europeos podrían seguir ese ejemplo, como Italia, España y Portugal, que cuentan historias muy similares a la de Grecia.

Como muestra esta gráfica preparada con datos del FMI, Grecia, Italia, Portugal y España tenían crecimientos per cápita mucho mayores en los años 80 y 90, cuando luchaban con el dracma, la lira, la peseta o el escudo. Una vez que ingresaron al euro para formar parte de esa "élite privilegiada", el crecimiento de estos países se desplomó. La idea de que la moneda única aceleraría la prosperidad fracasó por los errores iniciales en la implantación de la moneda única (ver documental El gran fraude del euro) y los egoísmos que se fueron urdiendo una vez que la moneda inició su funcionamiento. La gran diferencia entre los años 80 y 90 y el período actual, es que estos países han perdido su soberanía monetaria. Antes del euro, Grecia, España, Italia y Portugal, podían manejar la política monetaria dentro de sus herramientas de políticas macroeconómicas. La implantación del euro dejó a estos países maniatados a los intereses de Alemania y sin soberanía monetaria para enfrentar las turbulencias.

El desastre de la austeridad

A lo largo de estos cinco años de devastación y socavamiento de Grecia, la Troika ha implantado las más nefastas políticas de austeridad para que el país "entre a la realidad del euro". La receta de estos draconianos planes de recortes y disminuciones de empleos y salarios terminaron hundiendo más al país y ni siquiera el informe de Olivier Blanchard, del propio FMI, que reconocía que la institución había subestimado los multiplicadores fiscales, dieron luces a la troika para revertir el camino e iniciar la recuperación griega.

La arquitectura inepta del euro se ha sumado así a la estructura fraudulenta del dólar, haciendo que todo el sistema financiero mundial camine sobre hielo. Por algo Estados Unidos está tan nervioso con el tema griego. El propio presidente Obama ha pedido a Angela Merkel mantener a Grecia dentro del euro para forzar el cerco de la OTAN contra Rusia. Para la primera potencia mundial sería un duro revés que Grecia se salga del euro, acepte el apoyo financiero de Rusia y entre a formar parte de los países Brics.

En estos cinco años, Grecia ha defendido la idea de que la deuda es odiosa, y que gran parte de ella fue promovida por dictaduras e intereses ilegítimos, que no respondían a los intereses del pueblo heleno. Pero Europa ha hecho oidos sordos al clamor griego de reestructurar la deuda y hacer quitas a la deuda pese a que la gran mayoria de esta deuda es con el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Ambos organismos están atrapados en razones legales y políticas para cerrar el cerco a Grecia. Sin embargo, como la presencia de Grecia en la zona euro tiene un rango estratégico, estas dos instituciones deberán bajar la presión y facilitar una reestructuración de la deuda griega en términos razonables.

La economía europea estaría hoy en mucho mejor pie si no hubiese insistido en forzar a Grecia, España, Italia y Portugal a grandes depresiones y alto desempleo con los planes de austeridad. La estructura inherentemente defectuosa del euro, ha requerido que el BCE aplique políticas mucho más agresivas, que sin embargo no han tenido el resultado deseado, y solo han hinchado enormes burbujas de crédito sumándose así a las burbujas desatadas por la Reserva federal de Estados Unidos.

Como la situación griega está llegando al punto límite, puede que avance en forma vertiginosa la idea de un segundo euro para Grecia. Hasta Wolfgang Schauble, el ministro alemán de finanzas, ha accedido a la posibilidad de crear un euro paralelo para Grecia, que significaría en la práctica una nueva moneda indexada a una fracción del euro original. Algo así como un dracma camuflado, pero con la palabra "euro". Este hecho iría acompañado de una quita importante de la deuda.

En los últimos cinco años Grecia siempre había dado los pasos bajo presión. Pero el nuevo gobierno griego fue elegido con un mandato para poner fin a la austeridad y avanzar hacia la estabilidad. Hasta ahora, el gobierno de Syriza se ha mostrado fiel a esa determinación, rechazando las exigencias de austeridad de la troika. Esto está significando un quiebre en el sistema de la UE, dado que la austeridad ha sido una receta inadecuada que ha condenado a muchos países a la miseria. El desafío de Grecia es mostrar que eliminar una parte de la deuda no solo será saludable para el futuro heleno, sino también para el resto de Europa. Si se quita la presión a Grecia y se reestructura su deuda la pesadilla del "Grexit" podría quedar olvidada.

En El Blog Salmón | ¿Qué pasaría si Grecia saliera del Euro? Un escenario negativo, La crisis griega y el destape de los desequilibrios monetarios
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