Menos mal que nos queda Portugal

Galicia, año 1984. Siniestro total lanza uno de sus grandes hits: Minha terra galega, impagable versión hispanocelta del Sweet home Alabama. El album en el que se incluye es Menos mal que nos queda Portugal.

Pues bien, ante la desaparición de la Ley Beckham que nos comentaba Alejandro hace unos días, algo asi habrán dicho ya no los futbolistas famosos, ni los científicos de los que también se han hablado. No. Como bien señalaba Onésimo, seguro que dicho título de canción ha pasado por las cabezas de los ejecutivos de las multinacionales que superen los 600.000 euros de ingresos, de paso por España y que, frente a la populista decisión del Gobierno español, habrán visto con agrado la del país vecino (gobernado igualmente por socialistas): una tasa para los nuevos residentes del 20%.

Como bien señala McCoy en Cotizalia, esto no solo puede atraer a dichos ejecutivos. Sin duda que más de un profesional, de un empresario español, estudiará la posibilidad de afincarse en tierras lusas. Y entre nosotros, y aquí viene el segundo efecto, es posible que ese ejecutivo guiri o español, acabe forzando, por comodidad, el cambio de domicilio social y fiscal de las empresas a través de las cuales ejerce sus labores. Con lo que ya no solo rascaríamos el 43% de 0, gran logro, si no que que se perderían buen parte de los ingresos fiscales de dichas actividades empresariales.

¿Qué clama al cielo que un residente español deba tributar al 43% y un agraciado por la ley al Beckham al 24%? Pues si, posiblemente. Pero es que quizás lo que resulta sangrante en si es pagar, tan solo de IRPF un 43%. Consecuencia: como muchos de los damnificados por estos tipos fiscales no pueden o no quieren votar con los pies, prefieren no ser los únicos en ser los paganinis del sistema.

Vía | Cotizalia
Más información | Decreto Ley portugués, La fiscalidad explicada con sencillez

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