Tensión de altos vuelos en el sector turístico español. La pugna por el mercado aéreo patrio ha entrado en una nueva fase. Tras meses de tensiones entre Ryanair y AENA, con advertencias de recortes de rutas y asientos en aeropuertos regionales, otra aerolínea ha movido ficha.
La española Volotea, con una estrategia de expansión medida y meditada, se prepara para ocupar el espacio que la compañía irlandesa empieza a dejar vacante en distintos puntos de la geografía nacional.
El verano ha confirmado que la española de bajo coste atraviesa un buen momento. No solo ha crecido en pasajeros y rutas, sino que ha definido un rumbo claro: aprovechar la debilidad de sus rivales para reforzar su presencia en el territorio.
Un paso adelante donde Volotea no solo busca consolidar su modelo, sino posicionarse como un actor determinante en la conectividad regional. ¿Lo conseguirá? También aquí Ryanair tendrá mucho que decir.
La ofensiva de Volotea en España
El cierre de la temporada estival ha dejado cifras que respaldan la ambición de la compañía. Entre junio y agosto, Volotea operó más de 25.000 vuelos en su red, con 4,2 millones de asientos ofertados y más de 4 millones de pasajeros transportados.
España destacó de manera especial, con 6.700 vuelos, 1,1 millones de asientos y más de un millón de pasajeros. La ocupación se situó en un récord del 95%.
Durante los últimos meses, Volotea ha ampliado su oferta con seis conexiones desde distintos aeropuertos españoles: Barcelona–Burdeos, Sevilla–Burdeos, Murcia–Marsella, Asturias–Jerez, Mallorca–Rodez y Madrid–Ancona. Estos movimientos se alinean con su filosofía de conectar ciudades medianas y secundarias, evitando competir de manera directa en los grandes hubs. Vamos, como Ryanair.
La compañía ya ha anunciado que ofrecerá 3,6 millones de asientos en España al cierre de 2025, un 10% más que en 2024. Esta cifra supone un incremento del 149% frente a 2019, lo que confirma su ambición para una destacada expansión territorial.
El objetivo no es únicamente crecer en volumen, sino afianzarse en mercados donde otros retroceden, como puede ser el caso de Ryanair.
Un modelo flexible frente a la rigidez de Ryanair
La estrategia de Volotea contrasta con la de Ryanair. Mientras la low cost irlandesa denuncia el marco tarifario español y anuncia recortes, la aerolínea española apuesta por un modelo dinámico que le permite ajustar rutas según la demanda.
En informes recientes, la compañía reconoció que gestiona actualmente unas 420 rutas activas frente a las 450 de meses anteriores. Lejos de suponer una pérdida, esta reducción responde a una política de selección: concentrarse en trayectos con alta ocupación y eficiencia.
Mientras, Volotea mantiene un factor de ocupación medio del 90% en vuelos regulares, un indicador de que su apuesta por la flexibilidad da resultados.
Este dinamismo le permite adaptarse con rapidez a cambios del mercado, aumentar frecuencias en rutas que funcionan o suspender temporalmente aquellas que no ofrecen resultados.
Con esta fórmula, Volotea se sitúa en posición privilegiada para poder absorber la demanda que queda descubierta tras los recortes anunciados por Ryanair.
Aeropuertos regionales como eje estratégico
Uno de los puntos más polémicos en el debate actual del sector aéreo en España es la viabilidad de los aeropuertos secundarios. Ryanair ha insistido en que el sistema de tarifas de AENA es insostenible para instalaciones con menor tráfico.
La irlandesa asegura que ha eliminado unas 12 rutas y 800.000 asientos este verano debido al incremento de tasas y la falta de apoyo regulatorio. Y Eddie Wilson, consejero delegado de la compañía, ha reiterado que los recortes continuarán si no hay cambios.
Según sus cálculos, para este invierno se eliminará un millón de plazas adicionales, lo que afectará a la conectividad de ciudades medianas y pequeñas. Este discurso de inviabilidad ha generado presión política, al advertir que las comunidades locales serán las más afectadas.
Y aquí está la oportunidad de Volotea
En este contexto, Volotea enfoca su estrategia precisamente en esos aeropuertos secundarios.
Aunque no opera en todos los afectados por la retirada de Ryanair, sí mantiene vuelos en plazas como Santander, Zaragoza y Canarias, y planea nuevas conexiones como Santander–Granada y Asturias–Madrid.
Desde su base en Asturias, la compañía busca consolidar un hub regional que refuerce la conectividad interna.
Más allá de la competencia entre aerolíneas, lo que está en juego es la conectividad territorial. Volotea defiende que su modelo no solo responde a criterios de rentabilidad, sino también al impacto que tiene en el tejido económico.
Conectar ciudades medianas y pequeñas significa facilitar el turismo, atraer inversiones y ofrecer alternativas de movilidad que de otra manera dependerían de largos desplazamientos terrestres o de escalas en aeropuertos mayores.
En este sentido, la compañía resalta su relación fluida con AENA y con administraciones locales, lo que le permite detectar oportunidades de manera ágil.
De cara a finales de este año 2025, el plan es seguir aumentando capacidad y reforzar la presencia en mercados secundarios. La decisión de Ryanair de recortar asientos, unida al incremento de las tasas aeroportuarias aprobado por AENA, ha creado un terreno fértil para que Volotea gane espacio.
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