¿Tienen sentido los concursos de emprendedores?

Cuando alguien toma la decisión de arriesgar y montar su propia empresa, algo que merece admiración, suele fijarse en los concursos que se celebran para emprendedores como un importante objetivo. Sin embargo, ¿merecen la pena? ¿Son útiles? ¿Cuál es su verdadero sentido?

Todo aquello que sirva como plataforma para presentar y dar a conocer tu proyecto de empresa y el plan de negocio se debe ver cómo una oportunidad, y ese es el verdadero sentido de todo concurso dirigido a emprendedores. Me explico, el dinero que se obtiene si se gana no es más que una pequeña ayuda para la parte administrativa, el verdadero sentido del concurso es permitirte ponerte en contacto con posibles inversores de entre los miembros del jurado a los que tu proyecto les ha parecido realmente interesante y que pueden servir para tender puentes ante inversores reales.

La otra razón es la experiencia acumulada en la preparación de la presentación, y todo con vistas a cuando de verdad se tenga que realizar algo parecido ante inversores serios, a los que convencer en poco más de 10 minutos, y que son quienes pueden dar de verdad el empujón definitivo. Digamos si uno tiene ya todo atado.

Por el contrario, si el concurso se enmarca dentro de lo que sería el modo enseñanza o que se use para mostrar al emprendedor los pasos necesarios para realizar el plan de negocio o desarrollar en profundidad la idea. Aquí se debe valorar el plus que eso supone, siempre pensando en mejorar los conocimientos de los emprendedores,si son primerizos, y porque además, es donde se suele apoyar con más fuerza a las ideas ganadoras.

Es decir, los concursos de emprendedores no se deben ver como una competición donde si uno no gana lo mejor es enterrar la idea. Se debe ver como una oportunidad, donde el premio y el concurso en sí es lo de menos, y donde el objetivo real es lograr hacer más contactos de un plumazo de los que se consiguen en el día a día. No es la panacea, es otro paso más en el camino a culminar un sueño.

Otra cosa, es si se trata de un concurso de investigación que puede suponer el germen de una idea empresarial. Ahí el factor económico sí tiene sentido, como reconocimiento a un trabajo. Es la diferencia importante a la hora de valorar el presentarse a uno de estos concursos.

Lo cierto es que el concurso de verdad sucede en el día a día, tocando puertas y moviendo el proyecto al mayor número de personas posibles. El dinero se agradece como ayuda, pero la verdadera inversión la debe de hacer uno, se ganen o no concursos, se presente o no uno a ellos.

Vía | Miguel Angel Ivars Mas

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