Por dos motivos a mi entender. Hace años la sociedad mercantil constituía un dique infranqueable para la Administración, los acreedores o terceros perjudicados en su afán de buscar responsabilidades más allá del patrimonio de dichas empresas. Los socios, administradores y empleados estaban bastante cubiertos. Sin embargo, la legislación y la jurisprudencia han ido cambiando. Las sociedades mercantiles ya no protegen en absoluto a los empleados o administradores, e incluso en ocasiones se ha planteado la conveniencia (teoría del levantamiento del velo jurídico) de, en determinados casos, apurar las responsabilidades incluso con los accionistas. Por otro lado nuestra cultura se americaniza. Y uno de los rasgos fundamentales de la cultura empresarial americana es la litigiosidad (también de la cultura gallega, pero esa es otra historia). Los abogados norteamericanos son expertos en sacar grandes fortunas a las empresas tras largo y costosos pleitos, incluyendo lo que aquí llamaríamos querellas a la catalana. Eso, en la empresa ha conducido a un management defensivo en ocasiones, muy parecido a la llamada medicina defensiva (un fiasco para la sociedad). Y también en gran medida a popularizar estas pólizas que comenta el artículo. A título de ejemplo cubren:
- Responsabilidades tributarias y de seguridad social.
- Daños medioambientales.
- Implicaciones personales en materia de procedimientos concursales.
- Gastos de asesoramiento jurídico.
- Responsabilidades civiles por daños a terceros.
- Responsabilidades sociales frente a accionistas. Es curioso la guasa que tiene el que la propia empresa pague un seguro para los gastos y/o responsabilidades derivados de una actuación negligente para con ella.
- Extradiciones. Fundamental para trabajar en sitios como Venezuela o Bolivia.
Conviene aclarar, para que a alguno no se le pongan los dientes largos, que estos seguros no cubre los casos de dolo. Vamos, que al igual que un seguro de coche no cubre a los conductores que participan en carreras suicidas estas pólizas tampoco cubren al espabilado que conscientemente busca producir o incrementar ese daño.