¿Y? Podría pensarse que este es un indicador un tanto subjetivo, que no indica nada. Pero un indicador de confianza tiene su importancia, ya que refleja el estado de ánimo de los empresarios. Y ese estado de ánimo se supone que no deriva de una "ventolera" mañanera de los empresarios, sino que viene del análisis individual que cada empresario realiza respecto de las perspectivas de su propio negocio: "soy optimista porque la información que tengo me lo permite".
Y además de ser un indicador que fluye desde el conocimiento de los empresarios, tiene un elevado componente de profecía autocumplida (aquello del efecto Pigmallón): como soy optimista respecto al futuro, invierto más. Y como invierto más, contribuyo a hacer que ese futuro optimista se haga realidad.
Así que si los empresarios de la "locomotora europea" están contentos, mejor.
Vía | Expansión