Todas estas campañas llamaban la atención, como mayor o menor acierto, y desde luego con poco buen gusto, sobre el tamaño de las hamburguesas que sirven en dichos restaurantes de comida rápida. Si el objetivo es que se hablara de la campaña desde luego lo lograron.
Hoy he visto que el Ministerio de Sanidad pide a Burger King que retire las campañas de promoción de sus productos más grandes, en esta ocasión la "XXL", ya que promueve el consumo de porciones muy grandes. La hamburguesa aporta 971 kcal, una verdadera barbaridad. Vamos, que con una hamburguesa de esas, un refresco, las patatas fritas y el postre ya se aportan casi todas las necesidades calóricas de una persona. ¡Y en una sola comida!.
Y es que, ¿es lícito el "todo vale" del marketing? ¿Deberían prohibirse este tipo de campañas o los consumidores debemos ser los suficientemente maduros para ver publicidad y que no nos afecte? La sobrealimentación que tenemos ahora generará en el futuro mucho gasto extra al sistema de salud público (si no lo está generando ya), ¿es por tanto deseable que las autoridades intervengan en este tipo de marketing por el bien de nuestro sistema sanitario o de nuestros impuestos?
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