Los que predicen que en el futuro el trabajo va a ser escaso de momento se equivocan

Llevamos ya unos años oyendo hablar de que el futuro del trabajo va a ser incierto. Las noticias sobre automatizaciones sorprendentes de ciertos trabajos, con tintes de ciencia ficción, son abundantes. Esto ha llevado a muchos a predecir que en el futuro el trabajo será escaso. Todo lo que sean tareas monótonas pueden ser automatizas, pero con la Inteligencia Artificial (IA) incluso los trabajos creativos están en peligro.

Pero, ¿tenemos alguna señal macroeconómica de que este es el futuro que nos espera? ¿Están las empresas automatizando sus tareas de tal forma que el trabajo tal y como lo conocemos está ya empezando a cambiar? ¿Cómo podemos medirlo?

Productividad laboral

El parámetro que debería estar apuntando a este cambio de paradigma es la productividad laboral de las economías desarrolladas, que son los países en los que las empresas pueden dar primero el salto a una automatización mucho mayor.

La productividad no es más que los bienes y servicios producidos por cada trabajador utilizado. Es una medida macroeconómica básica que se lleva midiendo desde hace décadas en las economías avanzadas.

Si los robots y la IA están sustituyendo al factor humano esto sigifnicaría que los trabajadores de las empresas pueden rendir más. Por ejemplo, si en un almacén tienen 100 trabajadores para dar un servicio determinado y gracias a robots y a una mejor gestión del inventario por parte de la IA logran hacer el mismo servicio con 20 empleados, la productividad es mucho mayor.

La productividad lleva creciendo desde la revolución industrial

Después de siglos sin apenas crecimiento económico la revolución industrial elevó el crecimiento de la economía mundial de una forma exponencial. La clave fue que la productividad, gracias a las máquinas, se elevó con fuerza. Lo que antes era una producción artesanal y lenta, ahora podía ser rápida y en una cadena, con cada trabajador especializándose en un trabajo concreto.

Desde entonces la productividad no ha dejado de aumentar. Cada época tiene sus motivos: máquina de vapor, electricidad, investigación y desarrollo sistemática en las empresas, ordenadores centralizados, ordenadores personales, Internet, smartphones, etc.

Pero lo cierto es que los grandes crecimientos de productividad que se vieron al principio de la revolución industrial no han vuelto.

La productividad en EEUU

EEUU es un país con buenas estadísticas y sin problemas estructurales en su mercado de trabajo, mucho mejor que España para sacar conclusiones (aquí la productividad sube cuando sube el paro y viceversa).

Si miramos la curva de productividad del trabajo desde 1947 se puede ver que desde la gran recesión (2007-09) la productividad se ha estancado, alcanzando valores medios de incremento entre 2007 y 2017 de solo un 1,1%, los más bajos desde que existe la serie histórica (que va llega a 1947).

Sin embargo es también cierto que en 2018 la productividad se ha recuperado algo (ha llegado al 2%, por debajo de la tendencia del 2,2% del largo plazo) y que 2019 apunta a una mejoría.

¿Dónde están los robots y la IA?

Lo cierto es que estos datos (incluso con las mejoras de 2018 y 2019) no son nada espectaculares. La productividad no está aumentando de una forma disparatada ni mucho menos. Y esto indica que la gran revolución que supuestamente llegará de la mano de los robots e Inteligencia Artificial de momento no se nota en el mercado de trabajo.

Mientras la productividad siga estancada o creciendo a ritmos normales vistos en el pasado no podremos decir que estas nuevas tecnologías han llegado para quedarse y sustituir de una forma masiva a la raza humana.

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