Bruselas revisa a la baja las previsiones para España, todos los detalles

La economía española va a menos, es una realidad. Si analizamos las principales magnitudes económicas, evolución del PIB y creación de empleo, nos damos cuenta que se está produciendo una desaceleración al paso de los trimestres (un término que el pasado fue utilizado por Zapatero como eufemismo de crisis).

En esta ocasión no es que solo que España este "soltando el pie del acelerador", sino que Bruselas está revisando sus previsiones económicas para España a la baja frente unas previsiones más optimistas por parte del Gobierno español. En las siguientes líneas repasamos cómo ve Bruselas a España.

Menos crecimiento de la economía

En el quinto año de expansión, la economía española comenzó a mostrar signos de una leve desaceleración ya en el primer semestre del año. Según las cuentas nacionales, el crecimiento del PIB real se situó en el 0,6% intertrimestral tanto en el primer como en el segundo y tercer trimestre, datos que ya son ligeramente inferiores a las previsiones. Esto implica de facto un menor impulso de crecimiento para 2018 en su conjunto.

La economía española está perdiendo tracción rápidamente y la Comisión Europea se ve forzada a ir ajustando la capacidad de crecimiento del PIB español para los próximos años. Si en la anterior previsión se esperaba un crecimiento del 2,8% para este año, del 2,4% para 2019 y del 2,4% para 2020, hoy quedarían así: 2,6% (2018), 2,2% (2019) y 2% (2020).

La desaceleración está impulsada principalmente por una desaceleración en el consumo privado, a medida que los precios del petróleo siguen aumentando, por lo que sería causado por un factor externo esencialmente. Desde mayo el IPC escaló fuertemente y en los últimos meses se ha mantenido por encima del 2% (2,3% en el mes de octubre)

Sin embargo, a pesar del viento en contra, Bruselas señala que la todavía fuerte expansión del empleo deberían seguir respaldando el crecimiento de la renta disponible durante el horizonte temporal previsto. Como resultado, se prevé que la tasa de ahorro, que se espera alcance un mínimo histórico en 2018, repunte en 2019 y aumente ligeramente en 2020.

Bruselas prevé un menor ritmo de creación de empleo

Durante los últimos años hemos asistido a una fuerte creación de empleo con crecimientos alrededor del 3%. Pues parece que hay que olvidarse de estos datos porque irán a menos. Para este año, se espera un crecimiento del 2,4%, del 1,7% en 2019 y del 1,5% en 2020.

Desde la Comisión Europea se espera que el crecimiento del empleo se desacelere como consecuencia de la desaceleración de la demanda final, así como del efecto moderador del aumento previsto del salario mínimo hasta los 900 euros que si finalmente no se pone en marcha por Presupuestos entraría por decreto. No obstante, el desempleo seguirá disminuyendo, hasta el 13,4% en 2020 que supondría su nivel más bajo desde 2008.

Según los últimos datos de la EPA, la tasa de desempleo en España cayó a 14,6% en el tercer trimestre, su nivel más bajo desde el último trimestre de 2008, después de una temporada turística muy activa que impulsó el empleo en el sector servicios.

El Gobierno de Sánchez que se postuló firmemente para la derogación la reforma laboral, carece de apoyos parlamentarios para alcanzar ese objetivo. Por lo tanto, a pesar de que se experimentará una desaceleración en la creación de empleo, será menos intensa que en un escenario de alteración legislativa del marco laboral.

Bruselas no se cree las cuentas de Sánchez

El principal foco de atención en materia presupuestaria está siendo Italia por desafiar abiertamente los objetivos de déficit acordados, pero paralelamente el Gobierno Español de Pedro Sánchez se lleva su buen tirón de orejas desde Europa.

Recordemos que se presentó un borrador de los Presupuestos de 2019 y Bruselas envió el mes pasado una carta al Gobierno que echaban por tierra estas cuentas y no se creen los objetivos de déficit. ¿Qué decía esa carta?

En primer lugar se quejan de unas cuentas poco detalladas.

"Sería importante proporcionar el Comisión Europea con toda la información necesaria sobre las distintas medidas, en particular sobre en lo que respecta a sus repercusiones presupuestarias, con el fin de facilitar nuestra evaluación".

Unas cuentas que para la Comisión Europea están mal elaboradas y no se ajustan a los objetivos planteados.

"Tomamos nota de que los Presupuestos proyectan una tasa de crecimiento nominal de los gastos primarios netos del 1,7%, lo que supera el aumento máximo recomendado del 0,6%. El esfuerzo estructural planeado en 2019 asciende al 0,4% del PIB. Este esfuerzo está por debajo del 0,65% del PIB exigido en la recomendación del Consejo del 13 de junio de 2018. Basándonos en la limitada información disponible, no podemos excluir el riesgo de alguna desviación del esfuerzo requerido".

¿Por qué este mayor déficit frente a los objetivos? Según relata Bruselas, el ritmo algo más lento de reducción del déficit se debe a las medidas incluidas en la ley de presupuestos de 2018, a saber, la mayor revalorización de las pensiones, el aumento de los salarios de los empleados públicos y, en menor medida, el recorte de impuestos para los trabajadores de bajos ingresos.

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