Schäuble y el BCE confirman los temores de nueva burbuja inmobiliaria global

Las históricamente bajas tasas de interés que mantienen los principales bancos centrales del mundo (BCE, Reserva Federal, Banco de Japón, Banco de Inglaterra) no han hecho más que incubar las enormes burbujas especulativas que señalamos aquí y aquí. Todo hace temer que estamos nuevamente al borde del inminente estallido de una nueva crisis financiera, como anunciamos el año pasado. Quienes ahora confirman la burbuja inmobiliaria que se ha hinchado a nivel global son nada menos que el ministro de finanzas de Alemania, Wolfgang Schauble, y el Vice Presidente del BCE, Vitor Constancio. Constancio advirtió el lunes las devastadoras consecuencias de las políticas implementadas por su propia casa: El dinero barato ha llevado a exagerar las inversiones en bienes raíces, provocando el sobrecalentamiento inmobiliario en varias ciudades europeas.

Europa se encuentra amenazada por la especulación inmobiliaria, y Constancio es el primer banquero que reconoce esta situación públicamente. Los mercados inmobiliarios presentan signos de sobrecalentamiento con significativos aumentos en los precios. Ciudades como Berlin, Hamburgo, Munich, Frankfurt, Stuttgart, Beinging o Shanghai han provocado la inquietud del ministro Schauble dado que los precios inmobiliarios están sobrevalorados entre un 20 y 25 por ciento. Existen evidencias de que los precios se han disparado y esto es resultado de las bajas tasas de interés. Cuando las tasas de interés comiencen a subir y los precios se desplomen vendrá la Madre de las Crisis Financieras 2.0.

Existe una directa correlación entre el aumento en el número de los préstamos hipotecarios (que provoca el aumento de los precios), con el aumento de los riesgos sistémicos, que suelen ser ignorados u ocultados. La política monetaria laxa, ante una caída de la demanda real (efecto desempleo), ha creado una enorme brecha entre los precios de los bienes de consumo (que tienden a caer, provocando la deflación) y los precios inmobiliarios que se disparan al alza (ante las pocas alternativas de inversión y la abultada liquidez de los inversores) provocando las burbujas financieras.

La agonía de la política monetaria

Este hecho confirma la nula interconexión o feedback entre los bancos centrales y la banca privada a la hora de tomar sus decisiones. El alza de los precios inmobiliarios representa un buen negocio para la banca dado que valida la solidez de sus títulos. Desde la perspectiva de los bancos privados el alza de los precios es un fenómeno natural que alienta más inversiones retroalimentando la burbuja. Ni los bancos centrales ni los bancos privados son conscientes del origen y la expansión de la burbuja. Sólo constatan el estallido una vez que éste se ha producido. Esto es porque el precio básico que permitiría "regular el mercado" (la tasa de interés) se encuentra en el nivel de agonía de la política monetaria. Una tasa de interés del 0,15 por ciento no puede dar ningún signo de vida económica, como confirman las históricamente bajas tasas de crecimiento y las proyecciones aún más bajas de crecimiento para el futuro.

De ahí que los bancos centrales estén en un enorme problema, y comiencen a lanzar advertencias de burbujas como lo hizo el lunes Vitor Constancio del BCE o como ya lo hizo el Fondo Monetario Internacional. Esta también es la razón de que los funcionarios de la segunda línea desplieguen su artillería culpando de las burbujas a los bancos centrales locales, como hizo la semana pasada José Manuel Durão Barroso.. El sistema financiero, como un monstruo a la Frankenstein que es, no tiene modo de detectar el origen y la expansión de una burbuja inmobiliaria cuando la tasa de interés real del dinero dista mucho de la tasa impuesta por la hegemonía monetaria que solo busca cuidar las espaldas del sistema financiero.

El reconocimiento de que estamos sobre una gran burbuja inmobiliaria y crediticia que puede reventar en cualquier momento demuestra que el mundo de la "post crisis" es un mundo mucho más inseguro y con mayores riesgos sistémicos que el mundo previo al colapso de Lehman Brothers en 2008 o el estallido de la burbuja inmobiliara de Estados Unidos en 2007. Los bancos centrales deberán reducir los flujos de crédito a los préstamos de bienes raíces y hacer un cambio de política en 180 grados, lo que instalará de nuevo a la economía en el ojo del huracán.

En El Blog Salmón | La maldición del dinero barato: FMI advierte de burbuja inmobiliaria global
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