Derechos, deberes y baja maternal: algunas puntualizaciones sobre el caso Soraya


Mi post anterior sobre la baja maternal de Soraya Sáenz de Santamaría ha traído un debate bastante amplio fuera del propio blog. En la mayoría de los casos, las críticas que recibe el post anterior radican en la libertad de elección de la baja maternal, como una opción de Soraya y por extensión a cualquier madre y la segunda más fuerte, sobre el titular y la ausencia de la figura masculina en la crítica. En ambos casos, este artículo de El País recoge las principales polémicas al respecto y os recomiendo su lectura.

Antes de seguir con la exposición, me gustaría refrescar mi posición sobre las bajas maternales. Allá por septiembre del año 2009 señalaba claramente cómo la discriminación positiva para la mujer en las bajas maternales era y es un problema y que el camino real para evitarlos, es la igualdad efectiva entre los progenitores en las bajas maternales. Hoy por hoy, la legislación vigente discrimina de manera positiva a la mujer y de paso, obliga a seis semanas obligatorias en baja maternal a la madre desde la fecha del parto.

Partiendo de esta premisa, no admito en absoluto la crítica de Elena Gómez Pozuelo porque yo no hago la legislación y nunca puedo señalar al padre, dado que Soraya ha tenido que rechazar la baja maternal de facto y por tanto, su marido, si está al cuidado de su hijo no puede ser bajo la cobertura legal de la baja maternal. No sé donde trabaja este hombre ni si ha podido pedir una excedencia, pero haga lo que haga, no ha podido ser bajo una baja maternal.

En el segundo caso, se habla de la libertad de elección de la madre. Por supuesto, la madre (y el padre) es completamente libre de rechazar esa baja maternal y orientar su vida laboral y familiar como buenamente le parezca. Pero no es lo mismo la trabajadora Pepita López, que una persona pública como Soraya.

¿Por qué es importante esta imagen pública? Porque cuando una persona rechaza un derecho que sí tiene libertad para ejercerlo, puede generar un efecto en cadena de rechazo de derechos sobre las bajas maternales de aquellas personas que no tienen la libertad necesaria para desplegar esta opción. Es decir, Soraya sí toma libremente la decisión de incorporarse al trabajo pero una trabajadora cualquiera, puede verse fuertemente coaccionada por la empresa para que rechace dicha baja maternal y se incorpore cuanto antes a su puesto de trabajo, más aún si trabaja en una pyme.

Y no, no puede tener nunca libertad de decisión para rechazar derechos laborales un trabajador sin cualificación o un trabajador cualquiera en un país con 5 millones de parados que persona como Soraya. De ahí que yo le haya pedido a nuestros representantes públicos imagen alineada con los intereses de la mayoría, en este caso las mujeres y su relación laboral en las empresas.

Por último, he visto también críticas por ahí que hacen hincapié a la situación económica en España y que Soraya es imprescindible dentro del esquema del Partido Popular. Craso error porque en todas las organizaciones empresariales, económicas o sociales, todo el mundo es necesario pero nadie imprescindible. Nos hace falta un poco de humildad en este punto porque siempre podemos encontrar otra persona que desempeñe nuestro trabajo mucho mejor que nosotros mismos.

Concluyendo y ya que se ha abierto un debate importante sobre este tema, yo lanzo el siguiente órdago al Gobierno. Cree una baja maternal en la que de entrada cada progenitor pueda tomarse como mucho ocho semanas y que no haya posibilidad de cesión de tiempo de uno a otro. ¿Esa es la igualdad que se pide no? Pues vamos a por ella con todas sus consecuencias.

En El Blog Salmón | Soraya Sáenz de Santamaría no es el ejemplo a seguir por la mujer española

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