¿Sirve para algo los servicios públicos de empleo? ¿Cómo funcionan en otros países?

El Sistema Nacional de Empleo (SNE) es la conjunción del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), un organismo que depende del ministerio de empleo y seguridad social, y los Servicios Públicos de Empleo de las diferentes Comunidades Autónomas.

Es relevante recalcar la diferencia entre el SEPE y los Servicios Públicos de Empleo de las Comunidades Autónomas. Y es que mientras que el SEPE se dedica exclusivamente a la tramitación gestión de las prestaciones y los subsidios por los empleos, las Comunidades Autónomas tienen transferidas las políticas activas de empleo, es decir, formación, orientación laboral, y apoyo a la contratación para qué los desempleados consigan integrarse en el mercado laboral (Ceuta y Melilla gestionadas por el SEPE).

Cada Comunidad Autónoma tiene su propio servicio de empleo con un nombre diferente. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid éste se denomina Portal de Empleo de la Comunidad de Madrid, en Cataluña se llama SOC oficina de treball o en el País Vasco, Servicio Vasco de Empleo (Lanbide).

En base en las últimas cifras del INE que descomponen los datos de la EPA, en el año 2015, sólo el 1,7% de los asalariados fueron contratados mediante la intervención del SNE, un total de 249.900 personas. Esta cifra supone tres décimas menos que la colocación efectuada en el año 2014, de 281.000 trabajadores. En comparativa, las empresas de trabajo temporal (ETT), en el año 2015 integraron en el mercado laboral a 430.200 personas, es decir, al 2,9% de los asalariados, lo que supone 180.300 asalariados más que el SNE.

La Comisión Europea ha aconsejado, en varias ocasiones, mejoras en las políticas activas de empleo debido a que se califican como limitadas las capacidades de los servicios públicos de empleo para ofrecerle una ayuda y orientación individualizada en la búsqueda de empleo.

¿Por qué es ineficiente el SNE?

En base a los datos mostrados, el SNE muestra una gran ineficiencia en su cometido. Y es que en España, a diferencia de otros países, nuestro sistema público de empleo se dedica principalmente en la gestión de prestaciones subsidios y el control de demandantes de empleo, quedando de manera residual la intermediación laboral entre empresa y trabajador.

En España, la mayoría de contratos de empleo se forman a través de contactos directos, es decir, conocidos o familiares que envuelven el circulo personal del desempleado o bien echando currículums a las empresas.

Asimismo, los portales de empleo son quiénes substituyen a los servicios de empleo. Por ejemplo, InfoJobs, referente en el mercado laboral en España, logró cerrar en 2015 un total de 831.763 contratos de trabajo. Bajo esta herramienta online, el 62% de las personas que buscan empleo utilizan esta plataforma por delante de otros medios.

Las agencias de colocación colaboran con los Servicios Públicos de Empleo sólo cuando existe un convenio de colaboración que regule esta relación. La colaboración con los Servicios Públicos de Empleo se puede desarrollar mediante contratación administrativa, concesión de subvenciones públicas, o cualquier otra forma jurídica ajustada a la normativa estatal y autonómica.

Toda esta ineficiencia, acompañado de un mercado laboral históricamente rígido, ha permitido que más de 2,2 millones de españoles se encuentren desempleados, llevando dos o más años en la búsqueda activa de empleo.

La colaboración público-privada una combinación que han llevado a cabo diferentes países

En el resto de los países europeos la relación público-privada entre los servicios de empleo públicos y las agencias de colocación privadas es muy estrecha, mejorando la eficiencia del mercado laboral.

Alemania, que ostenta un nivel de desempleo del 4,2%, llegó al primer acuerdo de colaboración en el año 2002. Este acuerdo, se basa específicamente en el intercambio de información. Las agencias de colocación privadas facilitan los datos sobre desempleados y empresas a la vez que éstos pueden acceder a las bases del sistema público. Las agencias privadas alemanas facilitan la búsqueda de trabajo a los parados entre seis meses y un año.

En Francia, la colaboración público-privada se inició en el año 1994. Mediante convenio, se intercambian información sobre las vacantes y los posibles candidatos a un puesto de trabajo, para atender las necesidades específicas de cada potencial empleado.

En Holanda, la colaboración De servicio público y los privados se inició en la década de 1980. Un dato curioso es que las diferentes entidades, pueden incluso compartir el edificio y sala, para así ayudar en la asistencia del desempleado.

El Reino Unido, un ejemplo a seguir

En el Reino Unido, con su Work Programe, obtiene una tasa de éxito muy superior a la española. Y es que a los tres meses el 50% del demandantes de empleo consiguen un trabajo, el 70% a los seis meses y el 86% antes de un año. Como contrapunto, en España, 1.400.200 personas llevan tres o más años sin empleo, un tercio del mercado laboral.

El Work Programe se elabora mediante la combinación del sector público, el sector privado y organizaciones voluntarias para ayudar a personas que corren el riesgo de convertirse en desempleados de larga duración. Este programa tan efectivo se basa en tres pilares:

  • Premiar el éxito de las agencias de empleo. Los proveedores de empleo son pagados principalmente por los resultados que obtienen, no existe los pagos por adelantado en los últimos años de los contratos. Los incentivos están diseñados para alentar a los proveedores de servicios de empleo para ayudar a los desempleados en la obtención de un trabajo sostenido. El incentivo para las agencias de empleo reside en mantener el mayor tiempo posible a ese trabajador en el puesto.

  • Libertad para los proveedores de servicios de empleo. Los proveedores locales pueden identificar, de manera más eficaz, en el trabajo sostenido, con absoluta libertad, sin que el gobierno imponga un camino a seguir. Asimismo, los requisitos para los proveedores se han minimizado la medida de lo es posible, lo que les permite innovar y concentrar sus recursos donde son mejores.

  • Un compromiso a largo plazo. Los contratos de cinco años proporcionan a los proveedores de empleo una base firme sobre la que construir asociaciones a largo plazo. El incentivo para las agencias de empleo reside en mantener el mayor tiempo posible a ese trabajador en el puesto.

En último lugar, cabe recordar que la flexibilidad y el dinamismo son fundamentales para el funcionamiento del mercado de trabajo del Reino Unido: Niveles relativamente bajos de regulación del mercado laboral y de impuestos, lo que concede a las empresas incentivos para crear nuevos puestos de trabajo junto con nuevas oportunidades de negocio.

Imagen | No man´s land

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