Pon tus Bitcoins a salvo: los atracos físicos de criptomonedas se vuelven cada vez más frecuentes

La criptoeconomía ha traído de la mano una mayor seguridad en las transacciones con la contabilidad distribuida, así como la posibilidad del anonimato en las transacciones financieras. En concreto, el poder hacer transferencias y pagos de forma anónima aporta grandes ventajas en pos de la privacidad de los usuarios de criptomonedas.

Pero ya saben que nunca dejamos de advertirles que el futuro siempre es impredecible, y que ningún software (y Bitcoin lo es) puede estar 100% diseñado para el futuro uso que se le vaya a acabar dando. De hecho, el anonimato está demostrando tener también una siniestra cara B, que está empezando a suponer un riesgo para la seguridad física de los Bitcoiners.

El primer caso conocido de atraco físico con robo virtual ocurrió hace unos meses en NYC

La cuestión es que esta supuesta inseguridad física traída por Bitcoin no son etéreas especulaciones sin fundamento: la realidad es que Bitcoin ha traído también nuevas formas de delincuencia. Estas nuevas formas de delinquir no se circunscriben únicamente a los numerosos casos de robo de criptomonedas en internet, o de ransomware que exige un pago en Bitcoins. Ya hay también atracos en vivo y en directo cuyo único objetivo es robarle a la víctima sus preciados (y anónimos) Bitcoins.

Las primeras alarmas saltaron cuando hace unos pocos meses se dio en Nueva York el primer caso de secuestro exprés de una persona con sus criptotokens como objetivo. Los delincuentes sabían que esta persona guardaba una parte importante de su dinero en Ethers, y lo secuestraron con el propósito de que, durante el breve cautiverio, transfiriese sus tokens a una criptocartera controlada por los secuestradores.

Louis Meza, la víctima, se reunió con un amigo suyo en su apartamento por motivos que se desconocen. Posteriormente salió a la calle y se subió a una furgoneta que se suponía que era de una compañía de transporte. La furgoneta no sólo no le llevó a ningún sitio, sino que dentro le esperaba una persona que a punta de pistola le indicó que debía entregarle su cartera (física), sus llaves de casa, y su teléfono móvil.

Acto seguido los delincuentes entraron al apartamento y se hicieron con las claves que les garantizaban el acceso a la cartera virtual de la víctima y a sus ansiados Ethers. Se transfirieron de forma totalmente anónima Ethers por valor de 1,8 millones de dólares a una cartera virtual controlada por los delincuentes. El anonimato de los tokens sirvió de escudo a los atracadores para no dejar traza de su acción, pero la involucración del amigo con el que se reunió la víctima permitió abrir una investigación que se saldó con la detención de los delincuentes que perpetraron el atraco.

Empiezan a proliferar los casos de atracos presenciales en Bitcoins

Pero el caso anterior no ha sido precisamente un caso aislado. Últimamente han proliferado los casos de atracos físicos con robo virtual. Las características de anonimato que proveen las criptomonedas son el caldo de cultivo ideal para esta proliferación, además de la movilidad y disponibilidad de acceso a sus tokens en todo momento por parte de los usuarios.

Unos días después del caso del secuestro exprés en Manhattan, Pavel Lerner, un directivo de un intermediario de criptomonedas, fue secuestrado durante su estancia en Kiev por seis encapuchados armados que le forzaron a subirse a una furgoneta con placas de matrícula robadas. El modus operandi era muy similar al del caso anterior, así como el móvil del secuestro. La compañía de Lerner acabó pagando un rescate en Bitcoins que ascendió al cambio a 1 millón de dólares.

Después ha habido más casos similares, en los cuales las víctimas han sido retenidas contra su voluntad, y sólo han sido liberadas tras transferir sus criptomonedas a carteras virtuales controladas por los delincuentes. El New York Times ha hecho un compendio detallado de la mayoría de ellos, que van desde el secuestro en su habitación de un turista ruso en un complejo vacacional en Phuket (Tailandia) con un rescate que ascendió a 100.000 dólares en Bitcoins, hasta el caso ocurrido en Palm Beach (Florida) con un robo por valor de 28.000 dólares.

Todo pasando también por otros casos como el de un hombre de negocios turco cuyo vehículo asaltaron unos pistoleros en medio de una calle de Estambul y le robaron Bitcoins por valor de 3 millones de dólares, el de un trader residente en Oxford (Reino Unido), o el de un criptointermediario de Ottawa (Canadá). Cada vez hay más y más casos de una forma de delincuencia centrada en las criptomonedas descentralizadas (valga la paradoja).

Las nuevas formas de delincuencia obligan a diseñar nuevas formas de prevenirla (y combatirla)

Como ocurre casi siempre, la legislación y las medidas policiales específicas van por detrás del desarrollo de los acontecimientos. Es por ello por lo que, mientras tanto, lamentablemente recae sobre los ciudadanos y usuarios la responsabilidad de, por su propio bien, adoptar las medidas de prevención más apropiadas a fin de minimizar la probabilidad de poder caer víctimas de este nuevo tipo de delitos.

Muy conscientes de forma temprana de este tipo de problemas, antes de que surgiese con fuerza este nuevo tipo de delincuencia, en El Blog Salmón hace ya unos meses que les escribimos un análisis detallado con título “¿Es seguro el uso de Bitcoins o siempre hay riesgo de robo de carteras de crypto-monedas?. En este interesante artículo analizamos todas las opciones para almacenamiento y custodia de sus criptomonedas, con sus pros y sus contras.

Sobre la base de ese análisis, particularizamos ahora la forma más adecuada (dentro de lo posible) de tomar medidas ante estos secuestros exprés o atracos con móvil virtual. Lo primero a hacer es evitar tener acceso instantáneo u online al grueso de sus criptomonedas. Desde luego que este punto es incómodo y poco ágil, pero le garantiza un nivel de no-inmediatez que puede echar bastante para atrás a los amigos de sus Bitcoins.

La infraestructura que los criminales necesitan para hacerse con sus tokens si usted puede acceder a ellos en cualquier momento pasa por retenerle unos minutos en una habitación o vehículo. Si por el contrario usted dificulta su propio acceso a sus criptomonedas, dificulta también (y mucho) la facilidad e inmediatez de un posible atraco o secuestro, aumentando considerablemente los riesgos a asumir por los delincuentes. Seguridad versus incomodidad: ése es ni más ni menos el canje.

Las medidas más adecuadas que puede usted tomar como criptousuario

En el análisis anterior les hablamos de opciones de almacenamiento en frío con tokens custodiados en búnkers bajo tierra, y con acceso en diferido a sus criptomonedas tras haber solicitado su retirada. Esta opción, si bien añade un grado de dificultad para los delincuentes, puede ser un arma de doble filo, puesto que usted puede seguir accediendo a sus Bitcoins desde cualquier lugar, incluyendo desde donde usted esté retenido por sus captores.

La retirada en diferido puede acabar consiguiendo el efecto contrario, y resultar en que los delincuentes vayan a prolongar la agonía de su secuestro durante el día o dos que usted tarda en poder retirar sus tokens desde su Smartphone, y disponer de ellos para transferirlos a la cartera virtual controlada por los criminales.

Efectivamente, si usted tiene su dinero en una cuenta de un banco, con ayuda de la banca online, está usted expuesto a un riesgo (aparentemente) similar. Pero no es exactamente el mismo. El hecho de que la banca tradicional esté compuesta por entidades centralizadas, hace que éstas monitoricen intensivamente las transacciones sospechosas, y contacten a los clientes y tengan protocolos para verificar la situación. Esto en la criptoeconomía no puede ocurrir, puesto que es descentralizada por naturaleza, y ninguna entidad supervisa sus transacciones hoy por hoy.

No obstante, contando con ello, se puede pensar en aprovecharse de las ventajas de las monedas descentralizas, sin renunciar a la seguridad de tener una entidad tradicional depositaria. En el análisis anterior sobre almacenamiento de tokens, les expusimos como opción más segura la del almacenamiento en frío en un papel impreso o “paper wallet” que usted debe custodiar adecuadamente.

Efectivamente, esto no habría evitado el anterior caso de atraco de Ethers en Nueva York, pero si usted almacena ese “paper wallet” en una caja de seguridad alquilada en una oficina bancaria como también les sugerimos en su día, añade usted un grado de seguridad física e interfaz tradicional que puede resultar clave para que los delincuentes elijan otra víctima.

La operativa consistiría en tener una cartera virtual reducida para los gastos corrientes (o excepcionales) que vaya usted necesitando hacer, y por otro lado ese “paper wallet” custodiado de forma física. La incomodidad es que periódicamente, conforme usted necesite más fondos, deberá acudir a su oficina bancaria, abrir la caja de seguridad, y retirar unos tokens más a su cartera virtual. Pero esta incomodidad no dista mucho del proceder habitual con la banca tradicional, y estarán ustedes de acuerdo en que le da una esencial seguridad extra.

Y recuerden, la medida más efectiva es la prudencia y el ser reservado

Cerraremos el análisis de hoy sacando a relucir cómo muchas veces otras medidas (muy efectivas también) son de simple sentido común, ese sentido común tan poco frecuente, y que ya recogían muchos dichos que nos repetían una y otra vez nuestros abuelos. Les digo esto porque recuerdo el caso de una vecina a la que, en los noventa, siempre le robaban reiteradamente en su piso mientras estaba de vacaciones de verano. Cuando comentábamos que otra vez le habían vuelto a robar a la misma vecina, mi abuela siempre me hacía notar que “en boca cerrada no entran moscas”, y que esta vecina, dos meses antes de irse de viaje estival, ya iba anunciando por todo el barrio dónde y cuándo se iba.

Sin duda, el caso del secuestro de Nueva York guarda similitud con estas actitudes tan poco reservadas, puesto que la víctima de Manhattan obviamente había ido predicando cómo y dónde guardaba sus Ethers, hasta que llegó a oídos de quién no tenía que llegar, y actuó en consecuencia diseñando un plan de actuación viable. Una imprudencia que le costó un buen susto, sus Ethers, y que incluso podía haberle costado la vida.

No olviden que la prudencia ha sido siempre ha sido una buena consejera, además de la mejor aliada de la seguridad personal. No cometan el error de ir diciendo alegremente si uno tiene todo su dinero en Bitcoin o en la criptomoneda que sea, y menos cómo lo almacena o cuánto tiene. Pero claro, el tema está en que pasará cuando todo ciudadano pase a tener todo su dinero en tokens. Entonces los amigos de lo ajeno sabrán perfectamente que cualquiera al que asalten por la calle es una víctima potencialmente propicia.

Ahí es donde entraría el “paper wallet” en la caja de seguridad que les proponíamos. A los delincuentes se les complica bastante el panorama si deben conseguir que usted entre a su agencia bancaria y saque de ahí sus tokens al estilo de operativa más tradicional: supone más posibilidades de que usted pueda dar la señal de alarma y alertar a los cuerpos de seguridad. Y no olviden que la principal ecuación de los delincuentes también es la misma que para todo negocio (legal o ilegal): la ecuación de beneficio-riesgo.

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