En el Financial Times ha dicho que la explosión de la burbuja inmobiliaria (ya la llama abiertamente así después de dejar su cargo) va a ser más dura de lo que mucha gente se piensa, con caídas que pueden llegar a superar los dos dígitos, es decir, un 10%.
A su vez ha criticado la falta de previsión de los riesgos que han hecho muchas entidades y señala que hubo una especie de adicción a productos muy rentables. Es como si se hubiera olvidado que una inversión muy rentable conlleva mayor riesgo que una menos rentable. Lo que no dice es que la burbuja inmobiliaria y la aversión a productos financieros más clásicos fue creada, en parte, porque él fijó unos tipos de interés inusitadamente bajos, llegando al 1%. En esas condiciones todo el mundo quiere endeudarse o invertir los ahorros en productos que den más que unos bonos que ni llegan a compensar la inflación.
También ha dicho cosas bastante interesantes sobre los tipos de interés. Por un lado mantiene que se avecinan tormentas a largo plazo, debido a que la inflación va a ser más difícil de contener. Para tener una inflación del 1-2% habrá que situar los tipos en el 10%, cosa no vista desde su antecesor, y si los tipos se bajan para calmar a los mercados se podría llegar a tener una inflación en la nada recomendable zona del 4-5%.
Vía | El País, El Economista