Alimentación forzosa publicitaria

Después del vergonzoso episodio del canon AEDE uno creía haberlo visto todo. Pero no, para nada. Y es que la misma lógica que impulsó a los editores españoles ( y antes a los alemanes, belgas, franceses,...) a intentar cobrar un canon por enlazarles es la que anima una nueva linea de actuación de los medios tradicionales, que podíamos llamar una alimentación forzosa publicitaria ( parafraseando a Aviador Dro, los anuncios son nutritivos).

En efecto, uno lee artículos como éste de Enrique Dans, La publicidad es un enfermo terminal, y se pregunta qué concepto tienen algunos medios de su público. En mi caso las respuestas oscilan entre cajeros automáticos, siempre prestos a sacarnos la pasta, o las pilas humanas de Matrix, siendo nuestra existencia accesoria de la suya.

En el primer caso que comenta Dans, el de Dish Network, la plataforma televisiva con un software que permite a sus clientes saltarse la publicidad cuando graban sus espacios favoritos, uno puede entender que, siendo feo, las distintas cadenas que han perdido sus pleitos con la plataforma opten, como medida de presión, por la no difusión de sus contenidos a través de la misma. Uno es muy libre de distribuir su trabajo a través de los canales que considere más adecuados.

Lo que ya resulta mucho más difícil de digerir es la persecución por los editores de herramientas como Adblock Plus. ¿Quiénes se creen que son estos Señores de la prensa para decidir el software instalado en mi equipo?, ¿quién les ha dado veda para decidir mi dieta publicitaria?

Como resulta dicil de justificar el decirte eso, los caballeros persiguen al proveedor, aduciendo que son extorsionados y que si no pagan son bloqueados, lo que viene ser una simplificación de dichos acuerdos económicos que mueve a la risa. ¿Extorsionan ellos a sus anunciantes al no aceptar publicidad gratuita?

Y es que la clave del asunto radica en que los que deben decidir si esas compensaciones económicas tienen la naturaleza que dicen unos o la que sostienen otros no son, ni los editores, ni los jueces, ni ningún político acomodaticio. Son los usuarios que instalan estas aplicaciones los que deben valorar si son útiles o no dichos filtros (existiendo la posibilidad de bloqueos radicales). En definitiva, una vez más, es el mercado el que debe autorregularse y el que está desarrollando herramientas como los bloqueadores para ello, por mucho que les fastidie a los mismos que han exprimido a sus clientes a costa de su paciencia y de su ancho de banda.

Para estos "hombres de negocios", lo ideal sería poder desarrollar alguna tipo de herramienta para que nos tengamos que tragar sus anuncios, sus campañas, nos guste o no nos guste, emulando aquellos abre-párpados que se le aplicaban al protagonista de La Naranja Mecánica. Y si para ello es necesario el auxilio estatal, por la vía administrativa o judicial, que así sea.

PD: me gusta la publicidad, en muchos medios es incluso mejor que el supuesto contenido oficial y entienda su necesaria participación en la financiación de distintos proyectos (por ejemplo este mismo), pero el desprecio de cierta parte de la industria hacia sus clientes ha alcanzado el punto de saturación.

Más información | marketingdirecto.com, Softzone

En El Blog Salmón | Google News cierra en España, ¿tiro en el pie de la prensa?, El carnet de bloggero http://getpocket.com/a/read/786220195

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