Las agencias de calificación amenazan ahora al núcleo duro y disciplinado de la eurozona

La agencia de calificación Standard & Poor´s asignó a 15 de los 17 países de la zona euro una perspectiva negativa, amenazándoles con perder la calidad crediticia máxima de “triple A” (AAA). Esta amenaza incluye a Francia y Alemania, países que esta vez no han podido escapar a los vilipendios del mercado, y han comenzado a salir en la foto de la zona de peligro. Lo que hasta hace unos meses solo afectaba a la periferia derrochadora del sur, ha comenzado a llegar al núcleo duro y disciplinado del norte. Esto demuestra que Alemania no está inmune y que también puede naufragar.

El anuncio de la agencia es un duro golpe para Alemania, dado que este país siempre ha tenido una obediencia servil frente a estas agencias. Y asì como durante décadas aceptó las recomendaciones de S&P, Fitch y Moody’s, ahora es de mal gusto venir a decir “no les creo”. Algo así intentó hacer Jean Claude Trichet, el anterior mandamás del BCE, que tras los anuncios de castigo de las agencias, señaló que “el BCE no seguirá estas recomendaciones”. Tarde, por decir lo menos. Y casi de pillos, pretender cambiar las reglas del juego cuando las cosas no le acomodan. Hace tres años, cuando se fue a la quiebra Lehman Brothers, era el momento de hacerlo. Lehman Brothers, señores, ostentaba en lo alto del firmamento su “triple A”... y así y todo se fue a la bancarrota y desapareció del mapa, con triple A y todo. Este solo hecho demuestra que “la verdad” de estas agencias no vale nada.

En esos momentos, nadie pidió una rendición de cuentas a las agencias de calificación. Y eso que el caso no era nuevo pues ya, durante ese agitado 2008, habían quebrado Bearn Stearns, Fanny Mae y Freddie Mac, Wachovia, Merryll Lynch, Washington Mutual… Y todos tenían triple A. Ese era el momento indicado para demandar a esas agencias y exigirle todo tipo de explicaciones a Estados Unidos. Pero los líderes europeos no hicieron nada.

Nadie se acuerda a estas alturas que todos los paquetes de hipotecas fraudulentas y negocios turbios realizados por la banca pasaron a ser “obligaciones de deuda colateralizada”, (CDO), y que fueron timbradas con triple A por las agencias de calificaciòn. Ningún banco ni ningún lider europeo reclamó cuando se descubrió que todos esos CDO eran activos tóxicos o “armas financieras de destrucción masiva” como las llamó Warren Buffett.

Y ahora esas agencias, que timbraron con triple A toneladas de basura y desperdicio, aplican el gran castigo a los países europeos con la rebaja en su calificación de crédito. Creo que lo justo sería aplicarles esa nota a la mediocridad de los líderes europeos, incapaces de contener el tsunami tras tres años de alertas, claxones y luces rojas. Todos estos señores han estado muy ocupados en vigilar la inflación, olvidando que el tema central es el empleo si lo que interesa es cuidar la democracia.

Un elemento central a tener en cuenta a la hora de juzgar el comportamiento de estas agencias, es quien paga por sus servicios. Si bien las tres grandes vienen desde los inicios del siglo XX y prestaban una gran cantidad de servicios sociales, es entre los años 80 y 90 del siglo pasado cuando pasan a ser socias de los grandes bancos, convirtiéndose en su infantería de guerra. La labor de estas agencias es degradar la calidad de la deuda de algunos países o sectores, para incentivar el retiro de las inversiones de estos países o sectores y trasladarlos a lugares donde estas agencias consideran que “son más seguros”, como Estados Unidos.

Pero, ¿puede alguien creer que Estados Unidos, un país que se desangra por una burbuja en derivados de 700 billones de dólares, es un refugio seguro?

En El Blog Salmón | Las armas financieras de destrucción masiva, Las agencias de calificación, por fin bajo sospecha

Imagen | TheTruthAbout

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