Nvidia e Intel siguen los pasos de BBVA y Sabadell: el riesgo real de alianzas que concentran más poder en pocas manos

Javier Ruiz

En las últimas semanas, dos movimientos en sectores muy distintos han encendido las alarmas sobre la concentración de poder económico. Por un lado, Nvidia ha invertido 5.000 millones de dólares en Intel y se ha asegurado una participación cercana al 4 %, con un pacto para desarrollar, de forma conjunta, varias generaciones de productos de inteligencia artificial en PC y centros de datos.

A su vez, el BBVA sigue intentando asegurar la absorción del Banco Sabadell, y ha mejorado un 10 % su OPA para tratar de cerrar un acuerdo que marcaría un hito en la consolidación bancaria española.

Se trata de operaciones muy distintas —una implica continuar con el proceso de fusión bancaria en el mercado español, donde cada vez hay menos actores, mientras que la otra resulta, principalmente, una alianza estratégica, por ahora—, pero con un patrón común: refuerzan a los implicados y, a la par, apuntan hacia mercados cada vez más concentrados, donde unos pocos actores fijan las reglas del juego.

El pacto Nvidia–Intel

La operación de Nvidia, que está considerado líder indiscutible en chips y tarjetas gráficas para el uso en IA, convierte a la compañía en socio estratégico de Intel, que atraviesa un largo proceso de reestructuración y rescate público-privado.

Según detalla Reuters, la inversión asciende a 5.000 millones de dólares por aproximadamente un 4 % del capital, mientras que la colaboración tecnológica apunta a integrar chips que combinen arquitectura x86 de Intel con capacidades GPU/IA (CUDA/NVLink) en PC de IA y servidores de datos.

Por ahora, la fabricación avanzada sigue en manos de TSMC, pero el pacto envía una señal clara: se consolida un eje tecnológico que podría convertirse en estándar de facto para el futuro de la informática personal y empresarial.

La OPA de BBVA sobre Sabadell

En paralelo, la banca española vive otro capítulo de concentración. Tras meses de tira y afloja, BBVA ha modificado su oferta por Sabadell: en concreto, la mejora de la oferta supone el 100 % en acciones, con el objetivo de lograr neutralidad fiscal siempre que la OPA supere el 50 % de aceptación.

La CNMV ha suspendido el plazo de aceptación mientras revisa los cambios, y el Tribunal Supremo ha admitido el recurso de BBVA contra las condiciones impuestas por el Gobierno —que incluían gestionar ambas entidades de forma separada y prohibir despidos o cierres de oficinas durante varios años.

España ha pasado de contar con más de 50 bancos a mediados de los noventa a apenas una decena de grandes grupos tras fusiones constantes, como las del Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell, que concentran la mayoría de los activos financieros.

Desde FUNCAS , por ejemplo, se ha revisado al detalle qué efecto directo ha tenido sobre el empleo, la red de oficinas y la posibilidad de fijar comisiones en el cliente final. Hoy, 10 grandes grupos controlan el sector y empiezan a absorberse entre ellos.

Mecanismos de concentración

En ambos casos, las operaciones se justifican con argumentos de eficiencia, escala y estabilidad, pero implican dinámicas que tienden a concentrar el mercado: en el mercado tecnológico, Nvidia integra su ecosistema CUDA con la arquitectura x86 de Intel. Esto refuerza su dominio en IA y puede elevar las barreras de entrada para competidores que no accedan a ese estándar.

En paralelo, la fusión de BBVA-Sabadell, consolidaría a otro gigante con capacidad de fijar cambios en las condiciones del mercado, sobre todo, en aquellos territorios donde ambas entidades compiten hoy de forma directa.

Este tipo de concentración abre debates que afectan tanto a la competencia como a la innovación y al servicio al cliente, creando ecosistemas más cerrados y con menos alternativas reales para el cliente: no es casual que la Comisión Antitrust ya esté investigando otros acuerdos de Nvidia por posibles abusos de posición dominante, mientras que en el sector bancario, tradicionalmente se ha traducido en cierre de oficinas, reducciones de plantilla y un aumento de las comisiones.

Si bien el Gobierno intentará mitigar estos efectos con condiciones a la OPA, la experiencia de anteriores integraciones sugiere que los clientes y empleados suelen asumir parte del coste.

En ambas historias, el desenlace sigue abierto. En el sector tecnológico, el pacto Nvidia–Intel puede traducirse en una mayor estabilidad del suministro y en equipos más potentes… o en un ecosistema cerrado y dependiente de un puñado de actores.

En el sector bancario, la integración BBVA-Sabadell puede dar lugar a un banco más sólido y competitivo internacionalmente… o a un mercado menos diverso y más costoso para clientes y pymes.

El resultado dependerá tanto de la ejecución empresarial como de la capacidad de los reguladores para evitar que las alianzas se conviertan en estructuras que concentren demasiado poder en pocas manos.

Ver todos los comentarios en https://www.elblogsalmon.com

VER 0 Comentario

Portada de El Blog Salmón