La tragedia griega llega a su fin: Grecia a punto de salirse del euro

La historia vuelve a repetirse. Con la diferencia de que si la primera vez fue en tono de comedia, hoy lo hace en tono de tragedia. Y de tragedia griega. ¿Cuánto estarían hoy dispuestos a pagar nuestros audaces inversionistas por las obras de Sófocles o Esquilo?. Daría gusto ver a Warren Buffett destinar parte de los dos millones de dólares que recibió por un almuerzo, por la gran gesta del drama griego. Y entendiendo que sólo hablamos de los dramas clásicos: de esos que tienen más de dos mil años. Porque del drama actual, ni el gobierno de Papandreu, que como reseña Remo, se apronta a tirar la toalla, ni la troika UE/BCE/FMI, tiene algo que decir.

La actual tragedia griega adquiere proporciones surrealistas, dignas del mejor Dalí o Buñuel. Una vez más se repite la historia. Sólo que esta vez, la comedia ha sido olvidada, para dar paso a la simple tragedia. Y aquí podemos confundirnos entre los dramas incestuosos de Sófocles, o los dramas sangrientos de Shakespeare. Lo cierto es que este 2011 se está impregnando de esa extraña fatalidad que sobreviene a los cambios epocales. No cabe duda que estamos en un período de transición y la deriva es ¿hacia donde? A estas alturas uno puede reirse a carcajadas de los experimentos que llamaban a superar la crisis por la vía de la inyección monetaria. Nada han resuelto los trillones de dólares inyectados por la Fed y el BCE al sistema financiero. Sólo han aumentado el problerma dado que el dinero ha llegado a los más ricos, justamente quienes menos lo necesitan. ¿Es ese el camino correcto?

Estas medidas antojadizas son una de las causas de que la economía no logre la reactivación soñada: ni en crecimiento ni en empleo. Los datos son patéticos dado que estamos frente a uno de los grandes cataclismos sistémicos en el cual no es solo el modelo económico el que se derrumba sino toda la historia y el futuro planeado de la humanidad. Los recursos no son infinitos y hemos llegado al tope en la depredación y el agotamiento del planeta. Hemos chocado con esa gran muralla que nos demuestra que la idea del crecimiento exponencial ha llegado a su fin y ahora tendremos que valernos por la propia realidad, sin fantasías.

Se sabe desde hace tiempo que la quiebra de Grecia es inminente, pero los bancos franceses y alemanes han dispuesto de todo el tiempo del mundo para ordenar sus cuentas y salir del paso en forma digna, sin bochornos ni reclamos, evitando el impacto de un impago masivo. Desde el comienzo de la crisis se sabía que los bancos alemanes y franceses eran los más comprometidos con la deuda helena, y la situación actual ha demostrado que la deuda griega puede seguir dando rentabilidades al euro. El punto es, ¿hasta cuando?

En El Blog Salmón | Cómo el sistema financiero creó la deuda y nos arrastró a donde estamos ahora

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