Queremos órganos, pero no en las catedrales si se pagan con dinero público


El Consejo de Ministros de ayer aprobó la subvención de 515.910 euros para la construcción del nuevo órgano de la catedral de León. El coste total del instrumento asciende a 1,7 millones de euros, que serán financiados por el Ministerio en un 30% (subvención anterior) la Junta de Castilla y León 20%, el Ayuntamiento 10%, la Diputación leonesa 10%, Caja España 20% y por el cabildo catedralicio el 10% restante. En total, un 70% del presupuesto con fondos públicos, el 20% de Caja España, (quasi públicos) y quién ostenta el control del instrumento, el cabildo catedralicio y se favorece de la inversión, sólo un 10%.

Actualmente, la catedral de León cuenta con un órgano en perfectas condiciones, prueba de ello es el Festival Internacional de Organo que se encuentra en su XXVII edición con la que arrancó el día 16, pero creo que ha llegado el momento de que los destinos de los fondos públicos para favorecer la cultura deben destinarse a inversiones en lugares que estén al alcance de todos sin restricciones. Por ejemplo, veo perfecto construir órganos en conversatorios, teatros y auditorios y todos aquellos centros en los que cualquiera pueda acceder al aprendizaje y deleite de la música, de órgano en este caso, sin tener que pasar por las propias restricciones de la Iglesia como copropietaria del instrumento y responsable de la catedral de León.

En este sentido, los que somos músicos sabemos que tenemos vetado en la mayoría de los casos el acceso a los instrumentos que se encuentran en lugares de culto, que los horarios para practicar son muy restringidos y que los conciertos que se programen en dichas instalaciones requieren el visto bueno del programa musical por parte del clero. Lo digo con conocimiento de causa y porque me han vetado determinados temas musicales cuando se ha decidido dar un concierto dentro de una iglesia.

Una institución que “censura” los repertorios o que discrimina el repertorio de la música que se toca solamente a música sacra dentro de sus recintos no debe recibir ayudas públicas para la promoción de la cultura. Si quieren cambiar el órgano de la catedral de León, me parece perfecto, pero que lo pague sólo el cabildo catedralicio y si son las instituciones públicas las que quieren mejorar las condiciones musicales de su certamen, que instalen el nuevo órgano en otras dependencias a las que puedan acceder todos los leoneses a la práctica, deleite y aprendizaje de la música sin restricciones. La cultura musical no tiene barreras y el dinero público no se puede destinar al control de la cultura por parte de la Iglesia, que no está demás recordar, la laicidad del Estado.

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