Lo que no era tan claro es que este mensaje publicitario causa un cambio fisiológico en el consumidor para hacerle reaccionar y responder a ese mensaje. Es decir, si pensamos que algo es mejor o más caro, nos sabe mejor su consumo.
Un estudio sobre el consumo de vino demuestra que, si el que lo prueba piensa que el vino es más caro o de mejor calidad, recibe una satisfacción mayor cuando lo prueba.
No debe sorprender. En el mundo farmacéutico, han utilizado el poder de la mente y la sugestión desde hace tiempo cuando miden el impacto de sus drogas, el efecto placebo.
Las agencias de publicidad tendrán que contratar, no sólo a psicólogos pero a científicos genéticos para diseñar, preparar y medir sus campañas de publicidad.
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