El "Helicóptero Ben" y la nueva inyección del billón de dólares


Al igual que hace dos años, ayer volvió a salir a escena el Helicóptero Ben. Es el apodo que se tiene bien ganado Ben Bernanke al poner en práctica la receta cuantitativa de Milton Friedman para superar las crisis financieras: tirar la plata en helicóptero. Para Friedman las crisis financieras respondían a una contracción monetaria por lo que la solución del problema estaba en inyectar dinero en cantidades abundantes. De ahí la metáfora del helicóptero, que hace dos años se inauguró con un programa de 600.000 millones de dólares que fue ascendiendo hasta llegar a los 1.8 billones de dólares.

Esta vez, el programa anunciado por Ben Bernanke arranca con una suma similar: la compra de deuda pública por valor 600.000 millones de dólares, y una reinversión de otros 300.000 millones de dólares de la cartera hipotecaria, ambos planes realizables hasta el segundo trimestre del próximo año, lo que da un promedio mensual de 112.500 millones de dólares. Pero no cabe duda que Ben Bernanke se esforzará para redondear la suma en el billon de dólares. Sea como sea, la Fed apuesta a que esta vez la flexibilización cuantitativa dará resultado.

El propósito de esta inyección monetaria es dar un empuje a las tasas de interés a largo plazo para estimular el crédito y la inversión. La Fed intenta reactivar a la economía de Estados Unidos, que mantiene un desempleo oficial de 9,6% mientras el real supera el 17%, es decir, 26 millones de desempleados. Las empresas cada día despiden a más gente, y cada día los bancos hacen menos operaciones de préstamos a empresas o personas.

La economía se ralentiza y la Fed cree que bombear dinero a los bancos es la solución, como si los bancos fueran los mejores asignadores del recurso. No toma en cuenta que este mes, lo banqueros de Wall Street se repartirán la friolera de 144.000 millones de dólares en bonos, ¿ganancias de qué?: de los préstamos de los propios contribuyentes. Esto demuestra que la Fed no intenta reestablecer la economía a través de sólidos principios financieros, aquello que se conoce como la economía monetaria de la producción, sino simplemente con la creación de nueva deuda, es decir, con un nuevo esquema ponzi.

Desde este punto de vista, si la economía no se recuperó con la inyección de 1,8 billones de dólares, ¿porque la Fed piensa que esta vez se recuperará con la inyección de 900.000 millones de dólares?. Porque apuesta a las burbujas de activos y toma asiento en primera fila en la guerra de divisas. Esta flexibilización cuantitativa puede debilitar al dólar en un 20% y tensionar a las otras monedas, partiendo por el euro. El resultado es más deflación para Europa.

Como vemos, es un juego altamente peligroso el que propone la Fed. Los precios del petróleo, el oro, la plata, y los alimentos básicos se dispararán, lo que será un impuesto silencioso para los trabajadores, y generador de ganancias adicionales para los especuladores, amenazando con acentuar la brecha social y generar mayor inestabilidad. Además, pone en riesgo el propio futuro del dólar como divisa internacional y reserva de valor, haciendo que sus días estén contados. Con este plan de Bernanke el dólar está cada día más cerca de ser “basura tóxica”.

En El Blog Salmón | ¿Quien gana en la carrera por la devaluación de monedas?, Rescatando al capitalismo en helicóptero
Imagen | Guilherme Scholz

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