¿En qué quedamos con el rescate?


Seguimos dándole vueltas al tema del rescate a España: unos dicen que es necesario y otros que la tormenta ya ha pasado. ¿En qué quedamos? Rajoy se encargó ayer de aclarar un poco las dudas (o de sembrar otras nuevas, según se mire) al asegurar en el Pleno del Congreso que había tomado la decisión de no solicitar el rescate, aunque dejaba la puerta abierta a acudir al mismo en un futuro ya que según él, la opción estaba ahí.

Lo que está claro es que nuestro país tiene la imperiosa necesidad de acceder a la financiación en condiciones razonables y seguir avanzando hacia una solvencia a largo plazo de las cuentas públicas. La prima de riesgo ha sido nuestro aférrimo enemigo durante unos meses pero en las últimas semanas observamos una relajación moderada de la misma que está consiguiendo que el fantasma del rescate se aleje poco a poco. La pregunta que debemos hacernos es: ¿cuál ha sido el punto de inflexión en este comportamiento?

El pasado mes de julio Dragui abrió las puertas a la intervención del BCE en nuestro país y desde entonces la situación se ha moderado sustancialmente. España está logrando acceder a la financiación sin problemas, aunque a unos tipos de interés aún demasiado elevados en comparación con nuestros vecinos europeos. De hecho, incluso los países rescatados están pagando menores intereses por los préstamos recibidos de la UE. Ante este panorama cabría hacerse la pregunta: ¿deberíamos pedir el rescate para que el coste de nuestra financiación se reduzca?

Nuestros dirigentes han de decidir entre acceder a una financiación más barata y someterse a la tiranía de una troika, lo que casi con toda seguridad se traduciría en nuevos y muy dolorosos ajustes; o por el contrario, intentar hacer el ajuste por nosotros mismos hasta lograr que los mercados vuelvan a confiar en nuestra solvencia y que de esta forma la prima de riesgo se reduzca considerablemente.

En mi opinión y a pesar del preocupante año 2013 que nos espera en lo que a temas de financiación de deuda se refiere, considero que tal vez la mejor opción a priori sea la segunda: no pedir el rescate. No me fío de la fría supervisión europea y creo que nuestro país saldrá más fortalecido de la crisis si es capaz de salir de la misma sin la intervención de la troika. La cuestión es: ¿lo conseguiremos?

En El Blog Salmón | España debe 817.164 millones de euros, toma burbuja, Los cimientos de nuestro país tiemblan con la deuda pública y ¿Los brotes verdes paralizan el rescate?
Imagen | sermarr erGuiri

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