El asalto de Goldman Sachs, al descubierto


A medida que los hechos comienzan a tomar un giro cada vez más sorprendente (nunca antes se había ejecutado una acción contra un banco como la del viernes), las hipótesis sobre la mala gestión de los bancos, sus trampas, sus fraudes y sus negocios reñidos con la ética y las buenas costumbres, quedarán al descubierto dando cuenta de cómo lo ilicito se impuso como forma de vida. Hasta Robert Rubin y Lawrence Summers, que transitan entre la banca pública y la banca privada urdiendo una trama de negocios turbios, tendrán que rendir cuentas. Ellos son los creadores de Las armas financieras de destrucción masiva.

Amparados en la complejidad de algunas operaciones del sistema financiero pero, sobretodo, en el uso de algunos sofisticados instrumentos, algunos banqueros manejaron el sistema a su antojo quedándose con la gran tajada de la torta, haciendo perder a los inversionistas privados y a los fondos de pensiones. Por eso que las acusaciones de la SEC contra Goldman Sachs señalan un hito crucial, un antes y un después que puede marcar el rumbo del gobierno de Obama. En Las razones de Obama para el asedio a la banca, señalé la clara intención de Obama de acosar a quienes hicieron de esta crisis un fenómeno tan grave y profundo, y de aún insospechadas y oscuras dimensiones. Obama señaló “si quieren guerra, la tendrán”, porque “Nunca más seremos rehenes de los bancos demasiado grandes para caer”.

“Rehenes de la banca”, fue el resultado de una banca que se dedicó a especular y ganar a manos llenas mientras le cerraban el crédito a la economía productiva que es la que crea empleo. Así fue como se destruyó empleo en el mundo. Las acusaciones de la SEC contra Goldman Sachs, por incurrir en fraudes millonarios en la creación y venta de activos tóxicos entre sus inversionistas, a sabiendas de que perderían su valor en poco tiempo, exhibe la dimensión intrínsecamente irracional, corrupta y depredadora del libertinaje financiero que prevaleció en Wall Street en las últimas décadas y del cual la película del mismo nombre que dirigió Oliver Stone en 1987 fue una clara demostración. En ella se popularizó la frase “la codicia es buena”, sólo que aquí la llevaron a los excesos. Y como la banca financiaba las campañas de demócratas y republicanos, no sólo era la dueña del casino, sino de la justicia, la policía y el propio gobierno.

La denuncia de ese asalto perpretado por Goldman Sachs, via derivados financieros, al parecer tendrá secuelas. Bancos de Europa, como el RaboBank y ABN Amro han señalado que acusarán a otros bancos estadounidenses por este saqueo que los llevó a invertir en instrumentos que se irían a pique en forma programada. En principio los bancos son JP Morgan y Merrill Lynch. Por eso que las denuncias contra la banca están recién comenzando, así como nuevas caídas bursátiles. De ahí el sorprendente giro que han tomado los acontecimientos desde el viernes, que puede implicar severas sanciones para una banca irresponsable que hizo y deshizo a su antojo, convencida de que era “la mano de Dios”. De hecho, Lloyd Blankfein señaló que los banqueros hacían “el trabajo de Dios”.

¿Será porque la Iglesia atraviesa por momentos de nula credibilidad y confianza que cualquiera que se arroje algo divino cae bajo sospecha? En lo concreto, esto recién comienza.

En El Blog Salmón | Las razones de Obama para el asedio a la banca, Las armas financieras de destrucción masiva
¿Qué son los derivados financieros?
Imagen | debaird

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