Facebook Libra puede hacer un mundo con mayores crisis sistémicas

Y por fin llegó el futurista día en el que una red social se ha aventurado a innovar y sacar su propia moneda virtual. En este caso ha sido la red social Facebook, que está desarrollando su mediática criptomoneda que ha denominado Libra. Pero más allá de ideales Cyber-punk sobre la virtualización de las socioeconomías, más allá de los intereses comerciales que obviamente Facebook tiene que tener en todo esto, más allá de la privacidad que ofrecerá Libra, que es un punto especialmente débil tras los escándalos continuos de Facebook al respecto, más allá de todo esto, está la economía.

Y el hecho es que las implicaciones económicas de una moneda virtual con posibilidades reales de adopción masiva, como la que lanza ahora la compañía de Zuckerberg, no es que sean ya relevantes: son implicaciones sistémicas, tan sistémicas como las propias monedas fiduciarias o el propio papel de los Bancos Centrales. Se ha creado “The Bank of Facebook”. Facebook parece ser bastante consciente de ello, afirma entender las preocupaciones de los reguladores, y ha declarado que paraliza Libra hasta que éstos estén satisfechos.

Es un lanzamiento que hoy puede parecer muy trasgresor, pero que desde aquí vaticinamos que iba venir hace bastantes años

A buen seguro que una parte de nuestros lectores salmón se habrán sentido sorprendidos, e incluso profundamente sorprendidos, por el anuncio de Facebook. No es de extrañar, la velocidad de progreso exponencial a la que nos ha llevado la sociedad tecnológica es de vértigo y, aunque la futura sociedad técnica vaya a multiplicar el grado de este progreso, lo cierto es que ya a día de hoy resulta difícil analizar y proyectar todos los frentes abiertos en el progreso tecnológico de nuestra socioeconomía.

Este disruptivo anuncio de Libra a bombo y platillo tal vez pretenda ser un auténtico “bombazo” que coja por sorpresa a todo el sector, pero debo decirles que para un servidor no es ni sorpresa ni “bombazo” alguno. De hecho, es un tema que ya vaticiné allá por Febrero de 2012 en el análisis “The Bank of Facebook o el riesgo sistémico real de las monedas virtuales, en el albor de las redes sociales y viendo el enorme potencial que se abría ante las (por entonces) recién llegadas al panorama tecnológico. Después de más de 7 años, aquel futuro que proyectamos en su día está llegando por fin a nuestra socioeconomía.

No obstante, el tiempo pasa y el mundo socioeconómico se transforma junto con una realidad siempre cambiante, por lo que hemos considerado oportuno retomar aquel tema tras el reciente anuncio de Facebook, y analizarlo actualizándolo al escenario actual y a todo lo que ha cambiado en estos 7 largos años. Estarán de acuerdo en que hoy por hoy, con la velocidad de crucero del progreso tecnológico, 7 años son una auténtica eternidad en la que pueden haber cambiado muchas cosas socioeconómica y tecnológicamente, que les vamos a analizar actualizadamente a continuación.

Libra, esa recién llegada al mundo cripto que viene respaldada por Facebook

Pero realmente, con un número de monedas virtuales que se cuenta por bastantes cientos, y de las que no sabemos a ciencia cierta cuántas ni cuáles sobrevivirán en el largo plazo, a la vista de la rica (de hecho, hasta demasiado poblada) biodiversidad del criptosistema, la pregunta obligada es ¿Pero qué aporta la Libra de Facebook para haber levantado toda esta polvareda mediática? Pues la respuesta más honesta es que no demasiado, de hecho, puede que hasta presente más desventajas que ventajas respecto a otras cripto-monedas presentes ya en el cripto-sistema desde hace algunos años.

Pero no entremos en el análisis comparativo antes de tiempo. Empecemos por introducir a los lectores a las características de Libra y a lo que puede acabar trayéndoles como usuarios de Facebook… o incluso aunque no sean usuarios de Facebook, porque habrá que ver el alcance final que acaba teniendo esta cripto-moneda, y qué acciones y políticas concretas lleva a cabo Facebook para promover su adopción masiva. No descarten que se pueda acabar usando Libra con una simple cuenta de Whatsapp (que también es de Facebook, recuerden).

Porque Facebook es una de esas tecnológicas estandarte de la economía del dato, y que están tan ávidas de datos como materia prima que no dudan en recabarlos incluso de sus no-usuarios con los denominados “perfiles en la sombra”, que crean acumulando información de internautas que ni siquiera tienen una cuenta de Facebook. Este punto, obviamente y con todo el derecho, ha sido motivo de airadas polémicas que siguen de plena actualidad.

Las características de Libra, qué nos aportan, y si suponen realmente alguna novedad

Las características principales de Libra que ha desvelado Facebook hasta el momento son varias según se recoge en su libro blanco, y algunas de ellas no se puede negar que son de futuro. Tras el estallido de la cripto-burbuja sobre el que les advertimos desde estas líneas, y en cuyo análisis además también les expusimos la posibilidad de que Bitcoin estuviese cerca de un (por ahora) suelo, tal y como ha resultado ser tras tocar mínimos en el entorno de los 4.000$ y haberse revitalizado hasta tocar en unos pocos meses los niveles actuales alrededor de los 11.000$, seguimos advirtiendo ante la gran volatilidad, especulación y manipulación que sigue habiendo en el cripto-sistema. Por ello, que Libra sea concebida como una “Stablecoin”, es decir, una moneda que trate de ser estable y reducir drásticamente la volatilidad de otros cripto-activos, es una cualidad que debe ser altamente apreciada por analistas y futuros usuarios. Otra cosa es en qué medida lo consiga y el gran reto que supone (que ya analizaron en Xataka), un tema que vendrá determinado por su arquitectura lógica y socioeconómica, pero que ya han adelantado que Libra vendrá respaldada por un fondo de monedas fiat incluyendo divisas como el Dólar, el Euro o el Yen.

Efectivamente, una cierta estabilidad es más que necesaria para cualquier moneda virtual que tenga ambición de acabar siendo de uso masivo, porque un punto (muy) flaco de Bitcoin de cara a su adopción masiva siempre fue que prácticamente casi ningún comerciante quería asumir el riesgo de que cada día el valor de los Bitcoins que cobraba a sus clientes variase de forma muy importante, repercutiendo en las cuentas de su negocio, pudiendo amenazar su rentabilidad, e incluso pudiendo repercutir sobre su salud cardiaca (sirva el tono jocoso para advertirles ante la alta volatilidad de cualquier activo que la sufra). Con unos cobros denominados en Bitcoins, pero con una vida real de monedas fiduciarias de uso masivo (todavía), la contabilidad y el establecer los precios de venta de cualquier negocio en Bitcoins era y es una tarea harto difícil. Y eso para un comerciante lógicamente son palabras mayores.

Pero es que, además, Libra no es ni mucho menos la primera cripto-moneda concebida como “Stablecoin”: ya hay en el cripto-sistema unas cuántas. Pero lo cierto es que estas altcoins han corrido diferente suerte, y algunas son incluso objeto de justificadas polémicas por permitir crear dinero virtual de la nada sin apenas contar con reservas que justifiquen su valor, lo cual ha sido una puerta abierta (y traspasada) para la manipulación masiva del cripto-mercado. Si Facebook es capaz de garantizar un valor real para su Libra con reservas reales, garantizando a la vez un suministro de flujo monetario acorde a la economía real que haya tras su cripto-moneda, y poniéndose a salvo de la dañina especulación y la codiciosa manipulación, entonces Libra tendrá un importante valor añadido sobre lo mayormente existente en la actualidad.

Otra característica de futuro de Libra es que está basada en Blockchain. Efectivamente, desde estas líneas siempre hemos afirmado que Blockchain era una tecnología de (gran) futuro que había llegado a nuestras socioeconomías para quedarse de una u otra forma. Sin tener que implicar ello necesariamente que cualquier moneda virtual basada en Blockchain tenga por qué tener garantizada su supervivencia per sé, lo cierto es que, tokens aparte, desde que escribiésemos aquellas líneas ha habido muchos y disruptivos anuncios y adopciones de tecnología Blockchain para grandes compañías y para usos muy dispares, pero la mayoría de ellos con gran futuro. Aunque hay que decir también que Libra no implementa un Blockchain estándar como sería el de Bitcoin, sino que Facebook ha optado por utilizar HotStuff, el Blockchain específico de VMWare

Desde ejemplos de adopción de Blockchain como las transferencias internacionales hechas por grandes bancos con Blockchain, hasta iniciativas para atajar el fraude en la venta de vehículos de segunda mano, pasando por el control de las cadenas de suministro y de transporte 4.0, o la misma certificación y garantía de los derechos de autor, Blockchain ha demostrado tener tanto futuro y tanta potencialidad de adopción como polifacética y segura es su tecnología de contabilidad distribuída. Siempre les hemos dicho que Blockchain ha sido la aproximación más inteligente y disruptiva a la seguridad y la veracidad desde la invención de internet, que lejos del inalcanzable ideal informático de garantizar la seguridad de un único servidor centralizado, Satoshi Nakamoto optó visionariamente por que Blockchain distribuyese la información entre miles de nodos, con la imposibilidad material (con el permiso de la computación cuántica) de hackearlos todos a la vez para falsificar una transacción.

Otra característica de futuro que incorpora Libra es el dar soporte para los esenciales contratos inteligentes, que ya les analizamos en su día, y que prometían y siguen prometiendo erigirse en un vehículo legal e inalienable para estructurar relaciones comerciales, de negociación de acciones, de acuerdos entre particulares, de constitución de hipotecas, de compra-venta de pisos, y así hasta un etcétera tan largo como versátil es esta polivalente cripto-herramienta. También les expusimos siempre la gran ventaja de futuro de alternativas a Bitcoin como el Ethereum de Vitalik Buterin, que incorporan funcionalidad para esos disruptivos contratos inteligentes desde sus inicios. Otras características de futuro destacables de Libra son que es de código abierto, o que incluye el lenguaje de programación propio “Move”: ambas características son fundamentales para catalizar la creación de un ecosistema de desarrolladores alrededor de Libra, que genere nuevos y disruptivos servicios y funcionalidades.

Y el lado oscuro de Libra es…

Bueno, pues inevitablemente debemos decir que el principal punto débil de Libra es el que era a la vez su punto fuerte: su procedencia. Si bien que Libra venga de la mano de Facebook (y con la participación clave de otras grandes empresas) de cara a su expansión es una cierta garantía de éxito sobre todo para sus probabilidades de adopción masiva, no es menos cierto que tener precisamente el apellido de "Facebook” en su carta de presentación es un mal augurio en temas clave para lo que es el concepto y la proyección final de una moneda digital como Libra.

Efectivamente, Facebook trae tras de sí una larga lista de escándalos encadenamos en torno a no haber respetado la privacidad de sus usuarios, por no hablar de ciertos fallos de seguridad bastante graves. Esto sienta muy muy mal precedente para una cripto-moneda cuya confiabilidad es una de las bases más fundamentales tanto de cara a su adopción, como a la posterior seguridad que deberá aportar (tanto de datos privados como ante" hackeos"). Hoy por hoy, que Facebook simplemente nombre la palabra privacidad y el anonimato ya es motivo de sorna en muchos círculos “techies”, con lo que pensemos qué no dirán cuando haya que valorar la nueva cripto-moneda con todo lo que ello supone. Aquí hay que decir que Libra como tal no requiere identificación del usuario, pero sí lo hará el monedero digital oficial Calibra (de nuevo, esto es a día de hoy y sobre el papel).

Otro tema “oscuro” es que, por el momento, agrupando a sus fundadores, está la denominada Asociación Libra, que lidera y dirige los designios de la futura cripto-moneda, y por lo tanto es su principal responsable a día de hoy. Por mucho que se hayan molestado en dotar a la configuración organizativa y legal de Libra de una estructura que trata de ser abierta e independiente en el futuro, el hecho que ya resaltaban nuestros compañeros de Xataka es que, a día de hoy, esta estructura todavía no está vigente en los términos de apertura e independencia con los que ha sido diseñada sobre el papel. Y aunque esté así concebida, tampoco hay ninguna garantía ni roadmap de obligado cumplimiento que nos pueda asegurar que finalmente vaya a ser efectivamente llevada a cabo, o al menos hacerlo en los mismos términos en los que está planteada hoy por hoy (y que son básicamente adecuados y de futuro).

Obviamente, esto trasgrede uno de los principios más idealistas de los Cyber-punks de los 90 y de buena parte del cripto-universo, puesto que esa Asociación Libra es un ente obviamente centralizado, por lo que parece que literalmente lo de la descentralización lo dejan para más adelante (en el mejor de los casos, obviamente), un objetivo que dicen que está entre sus intenciones que son simplemente eso: una mera declaración de intenciones a día de hoy. Y en este sentido, simplemente apuntar a que la asociación estima que cuando Libra salga a la calle (o a los cables ópticos) sus miembros alcanzarán la centena, pero a día de hoy son tan sólo 28: un núcleo duro extremadamente reducido para la potencialidad masiva de esta moneda, y que suponen un grupo de interés muy fácilmente manipulable para cuantos despropósitos monetarios se les puedan ocurrir incluso a ustedes mismos.

Otros “peros” que podemos poner a Libra están entre los que ya citaban nuestros compañeros de Xataka en el enlace anterior. Entonces ya destacaban cómo el hecho de que Libra no haya adoptado un Blockchain estándar es ya de por sí una evidente desventaja, especialmente en un mundo cripto que se está agrupando preferentemente en torno a la interoperabilidad que en algún momento será más que esencial. Al menos Facebook ha sido rotunda al afirmar que Libra no va a estar relacionada de ninguna manera con el ecosistema de aplicaciones de Facebook (otro punto pendiente de comprobación en el futuro). Un último “pero” sería el gran riesgo que decían en Xataka, y que ya apuntábamos antes nosotros también, de que con Libra pasemos de depender de los designios de los bancos a depender de los designios de un reducido grupo de grandes corporaciones. Mismo perro, distinto collar, y pienso con forma de unos y ceros en vez de bolitas de papel fiduciario.

Pero el lado todavía más oscuro y tenebroso viene desde muy adentro del bosque cripto

El lado más oscuro de Libra viene de su carácter más sistémico en el caso de que sobrevenga una adopción masiva, que resulta ser una de sus principales ambiciones. Para empezar, hay que referirse inevitablemente a la gran polémica que ha habido en la cripto-esfera con otras stablecoins que han sido utilizadas para crear dinero de la nada. Alguna de ellas ha sido instrumentalizada para manipular el cripto-mercado, inflando una burbuja para beneficio de unos pocos con ambición desmedida, y que fuimos uno de los primeros medios en analizarlo antes de que fuese noticia generalizada.

En uno de aquellos casos, una de las fuentes de polémica e irregularidades fue una incorrecta gestión de los fondos de reserva de moneda fiduciaria que se suponía que respaldaban cada token de stablecoin emitido. El asunto es que la reserva de fondos, así como la gestión que hace Libra de los mismos, es bastante opaca y mayormente con un alto grado de indefinición, a pesar de ser algo tan esencial en este tema, como ha quedado patente en la breve vida del cripto-sistema. Y ello no sólo puede restar credibilidad a la cripto-moneda, sino también estabilidad (y remarcamos que pretende ser una stablecoin), e incluso transparencia. Vamos, el trio calavera para un cripto-activo.

Estos riesgos tan importantes no han pasados desapercibidos para los dirigentes mundiales y reguladores del mundo financiero, que si ya miraban de reojo a Bitcoin y las altcoins, la certeza de que Facebook puede llegar a hacer de Libra una moneda digital con adopción verdaderamente masiva, les ha hecho reaccionar. Esa actitud de los Bancos Centrales de esperar y ver, que les analizamos hace ya algunos años desde estas líneas, hoy ya ha pasado a mejor vida, y los organismos monetarios y reguladores han decidido que no podían dilatar más el pasar a (algún tipo de) acción. Pero siguen sin regular y, como no podía ser de otra forma, ante el comprensible temor a regular un cripto-sector del que desconocen más sus últimas consecuencias que son capaces de predecirlas, su acción preventiva ha sido forzar la inacción. Efectivamente, el Comité de Servicios Financieros de EEUU ha sido de los primeros en pronunciarse raudo y veloz, y posicionarse claramente ante Libra con este comunicado oficial, según analizamos ya en el Blog Salmón. Simplemente recordar aquí que, tal y como hemos explicado en la introducción, Facebook parece entender las preocupaciones de los reguladores (¡Qué remedio!), y ha anunciado que paraliza Libra hasta que éstos se sientan cómodos con el proyecto.

Dicho comité de la administración estadounidense ha dictaminado dejando meridianamente claro que por imperativo Facebook y sus socios han de dejar con carácter inmediato la implementación de Libra, hasta que el Congreso y los reguladores puedan analizar el asunto y tomar acciones apropiadas. Además, amenaza con el riesgo de que, de no hacerlo así, el sistema socioeconómico en su conjunto se arriesga a acabar en un sistema financiero “a la suiza”, que sería otro de esos casos temidos y caros (sobre todo para el contribuyente) de “too big to fail”. Pero, sin quitar ni un ápice de valor al razonamiento de los riesgos sistémicos aún por conocer que un experimento financiero masivo como Libra puede tener, lo cierto es que también las preocupaciones de los dirigentes del sistema pueden ir por el camino de que se les escapen las riendas del poder económico, como añadido a que el carro financiero se vuelva ingobernable.

Un ejemplo que podría apuntar en este sentido es cómo otros reguladores y dirigentes como los europeos se están planteando ya seriamente la futura adopción de una cripto-moneda de cuño (permítanme el sustantivo-oxímoron en el caso de una moneda virtual) de carácter público europeo. Está claro que lo público (al menos lo europeo y de otros países) no es enemigo de lo cripto, sino que más bien lo público quiere ser de alguna manera dueño de lo cripto. El Euro digital (y otros) no duden de que llegará: es cuestión de tiempo; y ya pueden asegurar que la FED puede estar muy probablemente en las mismas. Y esto también juega en contra de Libra, sobre todo en el plano más global.

Y nuestros últimos pensamientos sobre Libra antes de sumirnos en el sueño más críptico son…

Nos guste o no a los más cripto-entusiastas, Libra es la primera “cripto” que verdaderamente tiene opciones de acabar siendo de uso masivo, por el respaldo de un gigante del sector tecnológico como es la omnipresente Facebook. La ventaja clara de Libra de agranda cuando además cuenta con el apoyo de grandes compañías como Visa, Mastercard, Paypal o eBay para su expansión, y especialmente el hecho de que varias de estas empresas sean de medios de pago. Esto ayudará a que se pueda acabar aceptando en más comercios y negocios, y por tanto se amplíe su uso, potencialmente llegando a un público masivo meramente usuario, que hasta la fecha no se había aventurado en el mundo de las cripto-monedas.

Un tema también clave que no hemos citado hasta el momento, pero que también es sistémico a más no poder, es el hecho de que una Libra global, y de adopción masiva a nivel mundial, supone unir y entrelazar las economías de todo el planeta a través del vaso comunicante de una única cripto-moneda. Hace ya siete años (toda una eternidad en tecnología) que les analizamos en nuestro artículo ya enlazado antes cómo, desde una perspectiva algo diferente, este riesgo de hacer las veces de vaso comunicante puede llegar a favorecer el fácil contagio de crisis de una economía a otra como en un dominó. Y eso, además de una nueva amenaza sistémica y socioeconómica sin ponderar, es también literalmente un nuevo paradigma socioeconómico en toda su plenitud y aun por explorar (con todos los riesgos que ello implica).

Obviamente, las políticas de los bancos centrales habrá ocasiones en las también tendrán su juego de intereses, y a veces adolecerán incluso de falta de búsqueda del interés común, como toda institución de naturaleza humana. Pero, ¿Es ésta la solución? ¿Entregar la llave de las políticas monetarias a una compañía como Facebook? ¿O en el mejor de los casos a un “selecto” y reducido grupo de 100 empresas a nivel mundial? Si la alternativa disfrazada como disruptora va a ser precisamente ésa, para eso, o bien nos quedábamos como estábamos, o bien es el momento de volver a desempolvar el idealismo monetario más descentralizado, que un servidor en concreto nunca ha dejado que críe polvo (al menos como opción a considerar).

Libra es un nuevo instrumento financiero que intenta llevar al mercado de masas muchas innovaciones financieras embebidas, y el riesgo mayúsculo es que la adopción tecnológica exponencial de nuestros tiempos puede convertirla de uso masivo antes siquiera de tener una buena regulación al respecto. Porque no duden de que muy probablemente hay un mundo mejor tras varios de los planteamientos Cyber-punk más idealistas, pero tampoco duden de que todo nuevo invento financiero puede incluso funcionar a las mil maravillas en circunstancias normales, pero puede llevar al caos en cuanto sobrevuela nuestra socioeconomía uno de esos “cisnes negros” que nos visitan periódicamente, y que llenan nuestros mercados de situaciones “nunca vistas” en la breve historia de los nuevos productos financieros, pero que acaban teniendo severas consecuencias incluso para los ciudadanos de a pie.

La descentralización también tiene sus riesgos, no se puede negar, siendo uno de los principales la imposibilidad de intervención monetaria en la economía ante esos “cisnes negros” que requieran estabilizar la situación. Pero tampoco se puede negar que la descentralización es una de las alternativas sobre la mesa a tener muy en cuenta, y que ese idealista modelo debería tener una importante influencia en el diseño monetario final. Desde estas líneas consideramos que ese diseño debería ser una solución híbrida que combine algunas de las ventajas tanto de la centralización como de la descentralización: hay un punto de encuentro a explorar por mucho que ambos modelos puedan parecer antagónicos a primera vista.

Con lo cripto estamos diseñando la socioeconomía del futuro, y la decisión en el aire ahora mismo es en manos de quién la vamos a poner. “Descentralizar o no descentralizar, ésa es la cuestión”. Bueno, eso y, si centralizamos, en manos de quién centralizar: “ésa es la otra cuestión”. El momento cripto más clave (y apasionante) se acerca inexorablemente…

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