Mantener las pensiones con más impuestos como propone el PSOE, ¿Buena idea?

Jordi Sevilla, asesor económico del PSOE, ha comunicado en una entrevista en RTVE que desde la formación política plantearán un "esfuerzo solidario", a través de un nuevo impuesto porque con el sistema de la Seguridad Social será insuficiente para mantener las pensiones en el futuro.

Y es que el sistema de pensiones es uno de los temas más controvertidos de las sociedades modernas ya que la sostenibilidad a largo plazo está permanentemente cuestionada por tanto por los datos económicos actuales, como por las proyecciones demográficas en el país.

De hecho, en los últimos cinco años, hemos visto una Seguridad Social deficitaria y en 2015 el saldo negativo ha crecido más del 20% hasta los 16.707,7 millones de euros, que ha sido subsanado echando mano del Fondo de Reserva de la Seguridad Social.

Para Sevilla, el modelo de pensiones más adecuado para España es el francés, en el que tienes una contribución social generalizada, lo que permite es hacer un recargo sobre diferentes modelos. Bajo esta cuestión, se preguntó el asesor del PSOE: ¿Sólo las rentas del trabajo deben financiar el sistema público de pensiones, o bien también deben ser pagadas por el conjunto de la sociedad española?

El sistema de pensiones francés, ¿Un modelo para España?

Para que entendamos lo que pretende Sevilla, en el sistema de seguridad social francés, la mayor parte de los ingresos de la seguridad social provienen de las cotizaciones sociales que recaudan el 19,2% del PIB (España el 12,5%). No obstante, abarca una serie de impuestos complementarios que son los siguientes:

  • Cotización sobre las bebidas alcohólicas: La cotización sobre las bebidas alcohólicas se materializa por el riesgo implica su consumo. El impuesto es de 0,16 ? por decilitro.

  • Contribución adicional a la contribución de la sobre la solidaridad a cargo de las sociedades: Este impuesto debe ser abonado por las sociedades en beneficio del régimen de protección social de trabajadores autónomos, del fondo de solidaridad para la vejez y del fondo de reserva para las pensiones. La tasa fijada anualmente no puede ser superada por el 0,13% del volumen de negocios.

  • Impuesto sobre el patrimonio de inversiones: las personas físicas que residen en Francia deben abonar un impuesto social sobre los rendimientos del patrimonio de las rentas inmobiliarias. La tasa del impuesto es del 2% sobre rendimientos y rentas.

Asimismo, muchos habrán leído que España recauda seis puntos del PIB por debajo de la media comunitaria europea, por esa razón se nos dice que tenemos margen para financiar las pensiones con una subida de impuestos y que actúen de manera complementaria a la financiación de la Seguridad Social. En España, los ingresos públicos totales suponen el 38,6% del PIB, frente al 44,5% de ingresos fiscales promedios en la Unión Europea. Por lo que, si queremos más impuestos ¿Qué impuestos hay que tocar?

Empecemos por los impuestos que no habría que tocar... En España, los impuestos que recaudan más o lo mismo sobre la media comunitaria en relación al PIB son: Impuestos sobre transferencias de capital 0,3% del PIB (el tercer dato más elevado de Europa) frente al 0,2% de la media comunitaria; Impuesto sobre propiedades y construcciones (IBI) supone el 1,2% del PIB, la misma cifra que la media comunitaria.

El diferencial de recaudación entre España y Europa se encuentra concentrado en las rentas del trabajo y el consumo. Sobre el IRPF, España recauda el 7,7% del PIB, mientras que Europa abarca el 9,4% del PIB; El IVA en España recauda el 6,2% del PIB mientras que en Europa por IVA se recauda el 8,5% del PIB; Las cotizaciones sociales en España recaudan un 12,5% del PIB, mientras que en UE la recaudación es del 13,4% del PIB.

Por lo que, si queremos parecernos a Europa, el Estado debería exprimir aún más las rentas del trabajo y gravar aún más los bienes y servicios con un mayor IVA, lo que significa una "vuelta de tuerca" para asfixiar, más aún, a la clase media.

La historia de las pensiones españolas en democracia

Dada la falta de sostenibilidad histórica de las pensiones a largo plazo, los diferentes gobiernos de España han tenido que implementar una serie de reformas/recortes con las que ir ajustando ese "contrato social" entre generaciones que suponen el sistema público de pensiones. De hecho, la actual reforma de las pensiones tienen muy poco que ver con el sistema de pensiones anterior al año 1985.

Si echamos la vista atrás, antes de 1985 los salarios de referencia para el cálculo de la pensión sólo suponían los últimos dos años y para cobrar el 100% de la pensión necesitábamos 10 años cotizados. Asimismo la edad de jubilación eran los 65 años y la sanidad estaba incluida dentro de las cotizaciones sociales.

En la reforma del Felipe González en el año 1985, para el cálculo de la pensión se utilizaban los salarios de referencias de los últimos ocho años y se necesitaron 15 años cotizados para llegar a cobrar el 100% de la pensión.

Entre 1980 y 1995 el gasto de las pensiones contributivas pasó del 5,6% del PIB al 8,4% y la relación a afiliados/pensionistas disminuyó desde 2,7 hasta 2,1. Esta situación llevó al conocido como Pacto de Toledo que fue plasmado en 1997, con el gobierno de José María Aznar, en la Ley de Consolidación y Racionalización del Sistema de Seguridad. En esas reformas, los salarios referencia para el cálculo de pensión pasaron a ser los últimos 15 años y los años necesarios para cobrar el 100% de la pensión pasaron de 15 años a 35 años cotizados. Sin embargo el cambio más notorio es que la sanidad dejó de incluirse en las cotizaciones sociales.

En último lugar, con las últimas reformas en el sistema de pensiones del último Gobierno de Zapatero y de Rajoy, los salarios de referencia para el cálculo de tensión ya suponen contabilizar los últimos 25 años y para llegar a cobrar el 100% de la pensión son necesarios 37 años cotizados. El cambio más notorio quizá sea que las pensiones dejaron de quedar indexadas a la evolución del IPC y que la edad de jubilación pasara de los 65 a los 67 años.

Otros modelos a estudiar: Mixto y Capitalización

Como hemos visto en España durante los últimos años, nos hemos centrado en un modelo de reparto del sistema de pensiones que ha fracasado sucesivamente, por ello se han aplicado diferentes "parches" a través de reformas.

Dada la evolución demográfica española, que tenderá en 2050 a una ratio futura de un trabajador por un pensionista (a no ser que esperemos una oleada de inmigración), será inevitable llevar reformas si queremos continuar con este modelo de reparto. O bien con intensos recortes en las pensiones, vía nuevas reformas o mediante una inflación futura, o con un fuerte aumento de la presión fiscal. Pase lo que pase el problema seguirá siendo sistémico.

Muchos países están ya en una fórmula mixta de reparto y capitalización y otros están más vinculados a la capitalización. El modelo de pensión basado en la capitalización implica que es el propio ahorrador quién deposita su dinero en un fondo para para planificar finalmente su jubilación.

El modelo mixto de Suecia es un modelo que puede ser integrado perfectamente en España. Este modelo combina el sistema de reparto y el sistema de capitalización para sostener en el largo plazo el sistema de pensiones suecos. Este tiene tres aspectos fundamentales:

  • Mínimo garantizado: Sí un sueco ha vivido en el país durante al menos 40 años, se le reconoce unos ingresos mínimos, lo que en España serían las pensiones no contributivas.

  • Cuentas nocionales: La clave del sistema de pensiones sueco son las cuentas nacionales ya que sus cotizaciones sociales se dividen en dos partes: el 16% se dirigen Inkomstpension, mientras que el 2,5% se dirigen al Premium Pension Scheme.

  • Premium Pension Scheme: El importe destinado que supone el 2,5% del salario puede ser invertido en centenares de fondos que existen en Suecia, incluso también existe la alternativa de acceder a un fondo público gestionado por el gobierno con un perfil más conservador. Éste fondo a partir de los 61 años se puede empezar a reembolsar. Incluso, los beneficiarios pueden ser el cónyuge o bien los hijos.

El modelo de pensiones de Chile se acerca a un modelo de capitalización puro. Los cotizantes chilenos están obligados a aportar el 10% de su salario a un fondo de pensión. Pueden invertir hasta cinco tipos de fondos de pensiones, según su perfil de riesgo ocupando por una variedad de gestores diferentes, así como otras modalidades de pago. También, existen tensiones básicas para aquellos trabajadores en las que existen algún tipo de lagunas en sus contribuciones o no hayan estado afiliadas en el sistema privado.

Los trabajadores chilenos hasta la fecha han conseguido una tasa de retorno real promedio superior al 9% anual entre los años 1981 y 2012. Sobre este ahorro chileno se le atribuye un tercio del crecimiento del país chileno desde el año 1981.

Una humilde propuesta para mantener las pensiones en España

En España, la idea para prepararse para nuestra jubilación, sería mediante un plan de pensiones privado o incluso un fondo de inversión que pudiéramos manejar durante nuestra vida laboral, ambas son una forma de ahorro. Sin embargo, como hemos reflejado en anteriores artículos, existe una gran bancarización en el sistema de gestión de activos, con altas comisiones y menor rentabilidad frente al índice bursátil, por lo que esta fórmula de ahorro no es la más idónea, mientras la industria de gestión de inversiones no cambie.

Por esa razón, con estos productos financieros determinados, no está claro que a largo plazo sean beneficiosas por los partícipes del fondo, sino más bien para la industria bancaria. Asimismo, los inversores tienden a tener un elevado sesgo emocional, por el que suelen comprar en momentos de sobrevaloración del mercado y vender en momentos que el mercado está infravalorado, en fase de pánico.

Mi propuesta de capitalización puede ser empleada tanto en un sistema mixto como un sistema de capitalización puro. Esta propuesta consiste en la diversificación global de los activos (tanto geográfica como por sectores) y por lo tanto, de los riesgos vinculados, y la utilización de una de las técnicas más recomendadas de inversión, promediar el coste monetario o dollar cost averaging, basada en una aportación periódica mensual fija, aunque al paso de los años lo recomendable es ajustarla vía inflación.

Con esta estrategia de importe fijo, estaremos comprando el mundo y su diversificación. En aquellos momentos en que el mercado global esté más sobrevalorado nos obligaremos a exponernos en menor medida. Por el contrario, conseguiremos obtener una mayor exposición cuando el mercado haya caído y se visualicen elevados descuentos.

Existe un índice bursátil llamado MSCI World Index que engloba a las compañías cotizadas más importantes de los países desarrollados. Se trata de uno de los selectivos con mayor cobertura en todo el mundo. Incluye a 1.658 empresas que forman parte de los índices bursátiles de las 24 economías más desarrolladas del mundo. Uno de los datos más destacables es que este índice tiene una rentabilidad media del 9,4% anual.

Para ello, una buena alternativa es utilizar el ETF, Lyxor UCITS ETF MSCI World D-EUR, que replica la evolución del MSCI World Index y tiene unos gastos realmente bajos, del 0,30% frente a los fondos de inversión que tienden a tener comisiones entorno al 2,5%. Con este fondo diversificado tenemos podemos beneficiarnos del crecimiento mundial. Las cinco mayores posiciones geográficas son las siguiente: Estados Unidos 58,28%, Eurozona 11,38%, Japón 8,70%, Reino Unido 7,56% y Europa (sin contar la Eurozona) 5,74%.

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