Dinamarca sube la edad de jubilación a los 70. España: este es el futuro

La decisión de Dinamarca de aumentar la edad de jubilación hasta los 70 años ha encendido el debate en toda Europa sobre el futuro de las pensiones. Esta medida, impulsada por el Parlamento danés y con aplicación prevista para el año 2040, representa un paso significativo que pone de manifiesto un denominador común: el desafío que enfrentan los países europeos ante el envejecimiento de la población y la sostenibilidad del sistema de pensiones.

En España, donde la edad ordinaria de jubilación alcanzará los 66 años y 6 meses en 2026, esta noticia reabre el debate sobre cómo adaptarse a un nuevo escenario demográfico sin tener que recurrir a recortes en las prestaciones.

Aumentar la edad de jubilación es, políticamente, una solución más viable que reducir las pensiones, aunque también genera tensiones entre los trabajadores que ven alejarse el momento de su retiro.

El modelo danés y su vínculo con la esperanza de vida

Dinamarca no ha tomado esta decisión de forma improvisada. Desde hace más de una década, ha vinculado legalmente la edad de jubilación con el aumento de la esperanza de vida. Cada cinco años, el país revisa estos datos y ajusta la edad de retiro laboral de manera progresiva. Actualmente fijada en 67 años, pasará a 68 en 2030, 69 en 2035 y alcanzará los 70 en 2040. Esta modificación afectará a quienes hayan nacido después del 31 de diciembre de 1970.

La ministra socialdemócrata Mette Frederiksen ha reconocido que este sistema, aunque automatizado, debe revisarse y adaptarse a las realidades sociales y laborales. No todos los empleos pueden prolongarse fácilmente hasta esa edad, especialmente los que implican un gran esfuerzo físico. Esta es una de las principales críticas que ha surgido en la sociedad danesa tras la aprobación de la ley.

Dinamarca contenta, pero no mucho

Las manifestaciones en contra no se han hecho esperar. Sindicatos, trabajadores manuales y futuros pensionistas han alzado la voz para mostrar su desacuerdo. Muchos argumentan que seguir trabajando hasta los 70 no es viable en ciertas profesiones y que, en la práctica, impide disfrutar del retiro tras décadas de esfuerzo.

Un techador de 47 años entrevistado por la BBC explicaba que, aunque comprende que un oficinista pueda llegar a esa edad trabajando, las personas que desarrollan oficios físicos simplemente no podrán resistir. Desde su perspectiva, la medida es injusta y excluyente.

La situación en España y Europa

En el contexto europeo, la edad media de jubilación es de 65 años. Cada país ha adoptado su propio ritmo de ajuste. Italia mantiene la edad en 67 años, mientras que en Suecia se pueden solicitar beneficios desde los 63. Reino Unido y Francia también han implementado reformas para elevar la edad de retiro, aunque estas medidas han sido ampliamente contestadas en las calles.

En Francia, el reciente cambio de los 62 a los 64 años provocó huelgas y protestas masivas, evidenciando que la jubilación no es solo una cuestión técnica o económica, sino también profundamente emocional y política.

La sostenibilidad de las pensiones en España

España enfrenta un problema estructural en su sistema de pensiones. Según datos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), el envejecimiento poblacional, junto con la baja natalidad y la creciente esperanza de vida, están poniendo en riesgo la viabilidad del modelo actual. La relación entre trabajadores activos y pensionistas se está estrechando, lo que complica el equilibrio financiero del sistema.

Hoy por hoy, el sistema se sostiene gracias a transferencias del Estado y a un aumento progresivo en el número de años cotizados requeridos para acceder a una pensión completa. Sin embargo, los expertos advierten que estas medidas no serán suficientes a largo plazo si no se acometen reformas de mayor profundidad.

¿Es este el futuro para España?

Aumentar la edad de jubilación en España podría parecer inevitable a medio o largo plazo. No se trata solo de una decisión política, sino de una necesidad estructural si se quiere mantener el nivel actual de prestaciones sin comprometer el equilibrio económico.

Aunque existen mecanismos como los planes de pensiones privados o los sistemas mixtos, la Seguridad Social sigue siendo la base sobre la que se apoya la mayoría de la población al llegar a la vejez.

En este sentido, el modelo danés puede servir de inspiración, aunque requiere matices. España debería considerar una fórmula flexible y progresiva, que tenga en cuenta las diferencias entre profesiones y condiciones laborales. Al mismo tiempo, es importante vincular la edad de jubilación a la esperanza de vida de forma gradual, evaluando sus consecuencias sociales y económicas.

El debate continúa

La pregunta sobre a qué edad debemos jubilarnos sigue abierta. Mientras algunos defienden que trabajar más años ayuda a mantener la productividad y el sistema económico, otros reclaman su derecho a un retiro digno tras décadas de aportaciones. Lo que está claro es que Europa, y en particular España, debe afrontar este debate con una visión a largo plazo, sin dramatismos, pero con responsabilidad y conciencia social.

Dinamarca ha mostrado un camino posible, no exento de controversias. España deberá decidir si seguir esa senda o buscar una alternativa propia porque lo último que quieren los ciudadanos y los políticos es recortar las pensiones. En este sentido, el drama sería otro.

Imágenes | Unplash, Pixabay

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