La natalidad se pospone y se derrumba en España en un solo gráfico

La natalidad se pospone y se derrumba en España en un solo gráfico
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En Europa en general y en España en particular apenas se oyen nanas. La caída de la natalidad en nuestro país y en buena parte del viejo continente ha adquirido dimensiones estructurales.

Los datos de Eurostat son contundentes: en 2023 nacieron en la Unión Europea 3,67 millones de niños, un 5,4% menos que el año anterior, y casi la mitad de los que nacieron en 1964. Una catástrofe para todo: para el relevo generacional, para la sostenibilidad de las pensiones…

La tasa de fecundidad total ha caído hasta 1,38 hijos por mujer y en España esa cifra apenas alcanza el 1,12. A ello se suma el retraso en la edad de maternidad: hoy es tan raro tener un hijo con 25 años como antes lo era tenerlo con menos de 18 o con más de 41. La edad media de las madres primerizas en España ya supera los 31 años.

El gráfico de Our World in Data lo ilustra claramente: en España, las generaciones nacidas entre 1930 y 1975 tendieron a tener hijos antes de los 30, mientras que desde los años 80 en adelante el pico de fecundidad se ha desplazado a los 30-34 años.

El derrumbe de la natalidad europea

Europa avanza hacia una sociedad sin apenas niños. El retroceso de la natalidad iniciado en la década de los 60, lejos de frenarse, se acelera. Los nacimientos de 2023 son la mitad de los que se registraron en 1964, el año en que se alcanzó el máximo histórico: 6,8 millones.

Desde entonces, la natalidad europea cayó de forma sostenida hasta un mínimo de 4,36 millones en 2002. Posteriormente, hubo un leve repunte hasta 2008, con 4,68 millones de nacimientos, pero la tendencia volvió a caer desde entonces con muy pocas excepciones.

La tasa bruta de natalidad ha seguido la misma lógica descendente: en 1970 era de 16,4 nacimientos por cada mil habitantes, bajó a 12,8 en 1985, a 10,5 en el 2000 y ha caído al 8,2 en 2023. Un desplome que pone en jaque no solo el crecimiento poblacional, sino también la sostenibilidad de los sistemas sociales y laborales.

España, en los puestos más bajos de fecundidad

La tasa de fecundidad en España fue de solo 1,12 hijos por mujer en 2023, la segunda más baja de la Unión Europea tras Malta (1,06). En el extremo opuesto están Bulgaria (1,81), Francia (1,66) y Hungría (1,55), pero ninguno alcanza el nivel de reemplazo generacional estimado en 2,1 nacimientos por mujer.

Según Eurostat, otro dato relevante es que el 46,4% de los niños nacidos en la UE lo fueron de madre primeriza, una cifra que en países como España, Portugal, Malta o Luxemburgo supera el 50%. La mayoría de las mujeres que deciden ser madres, lo son una única vez, y solo el 6% de los nacimientos en Europa corresponden a cuartos hijos o más.

El retraso de la maternidad se consolida

Una de las tendencias que más se ha consolidado es el retraso de la edad de maternidad. En 2023, la media de edad al tener el primer hijo fue de 29,8 años en Europa. En países como Italia, se acerca ya a los 32; en Irlanda y España, supera los 31. En contraste, Bulgaria (26,9) y Rumanía (27,1) presentan las edades más bajas.

Esta tendencia es visible también en el gráfico de Our World in Data. Las generaciones nacidas en los 90 y los 2000 concentran su fecundidad entre los 30 y 35 años, algo que contrasta radicalmente con lo que ocurría en generaciones anteriores. Las cohortes de mujeres nacidas en los 50 o 60 alcanzaban su máximo de fertilidad entre los 23 y 27 años.

Riesgos de la maternidad tardía

Este retraso en la maternidad tiene implicaciones no solo demográficas, sino también sanitarias. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) advierte de que los embarazos a partir de los 35 años se consideran de mayor riesgo. A partir de los 40, las probabilidades de complicaciones como diabetes gestacional, hipertensión, parto prematuro o anomalías cromosómicas aumentan de forma significativa.

Según datos del Ministerio de Sanidad, los partos de mujeres mayores de 40 se han duplicado en la última década en España. Al mismo tiempo, la tasa de tratamientos de reproducción asistida también ha crecido, lo que refleja una dificultad creciente para concebir de forma natural a edades avanzadas.

Un entorno desfavorable para la maternidad

El contexto económico, la inestabilidad laboral, la falta de medidas efectivas de conciliación y el elevado coste de la vivienda son factores que dificultan que muchas personas puedan tener hijos cuando lo desean. Según el Barómetro Juvenil de la Fundación SM, el 67% de los jóvenes españoles afirma que le gustaría tener hijos, pero no se ve en condiciones de hacerlo.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señala que España es uno de los países europeos con menor inversión pública en apoyo a las familias. La falta de guarderías gratuitas, permisos de maternidad y paternidad insuficientes o la escasa flexibilidad horaria son algunos de los factores que contribuyen a este entorno poco propicio.

La falta de relevo generacional compromete el futuro de las pensiones, el dinamismo económico y el equilibrio territorial. Y pone de relieve la urgencia de implementar políticas públicas que favorezcan la estabilidad, el acceso a la vivienda, la conciliación y el apoyo a la maternidad.

Europa ya ha encendido todas las alarmas. En España, aún estamos a tiempo de revertir la tendencia. Pero las nanas seguirán en silencio si no se actúa con determinación y urgencia.

Imágenes | Pixabay, Instagram

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