El mercado laboral español está viviendo una transformación silenciosa pero constante. Tras la pandemia, las dinámicas de contratación han cambiado de manera acelerada y el protagonismo recae cada vez más en los trabajadores que llegan de fuera de nuestras fronteras.
Los últimos datos oficiales revelan que el llamado “sueño español” empieza a consolidarse como una realidad que marca totalmente la diferencia en Europa.
De hecho, en lo que llevamos de 2025, seis de cada diez nuevos puestos de trabajo han sido ocupados por extranjeros. Este fenómeno no solo explica buena parte de la capacidad de creación de empleo en España, sino que también abre un debate sobre el impacto de la inmigración en el sistema productivo, las pensiones y la evolución de la tasa de paro en los próximos años.
El motor de los flujos migratorios en la afiliación laboral
Entre enero y agosto de 2025, la Seguridad Social registró un incremento de 328.240 afiliados, de los cuales 188.450 eran extranjeros.
El aumento relativo de este grupo es del 6,5%, frente al 1,5% del conjunto de los trabajadores. Gracias a este impulso, el número de empleados foráneos ha superado ya los tres millones de cotizantes, una cifra equivalente al total de autónomos que hay en España.
El balance es especialmente positivo para los no comunitarios, cuyo crecimiento interanual ha sido del 7,5%, mientras que los procedentes de países de la Unión Europea han avanzado un 4,5%.
Quiénes lideran el sueño español
Dentro del colectivo extranjero, Marruecos sigue siendo el país con mayor representación en la Seguridad Social, con más de 343.300 afiliados. Le sigue Rumanía con 334.900 y Colombia con 252.500, aunque en términos relativos destaca el espectacular avance de Catar, con un crecimiento del 288% en lo que va de año.
El perfil de los trabajadores que protagonizan este fenómeno es muy diverso: desde ocupaciones en el sector agrario y la hostelería hasta empleos cualificados en la sanidad o la tecnología.
El reflejo en la Encuesta de Población Activa
Los datos de la Seguridad Social encuentran eco en la Encuesta de Población Activa (EPA), aunque con matices. Según el Instituto Nacional de Estadística, siete de cada diez nuevos empleos del primer trimestre de 2025 fueron ocupados por personas extranjeras.
Entre abril y junio la tendencia se moderó, con una mayor participación de los nacionales, pero volvió a girar en verano, reforzando la idea de que el sueño español se mantiene en expansión.
Este contraste entre fuentes se debe a diferencias metodológicas: la Seguridad Social mide relaciones laborales registradas y la EPA se basa en encuestas. Aun así, ambas confirman que la inmigración es una pieza central en el actual ciclo de creación de empleo.
Una tendencia que se extiende desde 2019
El crecimiento de los trabajadores extranjeros no es una moda pasajera. Desde agosto de 2019, el número de empleados con otra nacionalidad se ha disparado un 43,9%, frente al 12,1% del conjunto de trabajadores. Esto significa que en los últimos cinco años han aportado el 39% de todos los puestos generados.
Si se toma como referencia el último año, la diferencia es aún más marcada: desde agosto de 2024, los afiliados foráneos han crecido un 6,9% frente al 2,2% del total. En la práctica, eso significa que el 41,6% del aumento en la afiliación a la Seguridad Social corresponde a extranjeros. Una cifra que confirma el peso decisivo del sueño español en la recuperación postpandemia.
Consecuencias para el empleo y las pensiones
El gobernador del Banco de España ha señalado recientemente que este fenómeno explica la evolución contenida de la tasa de paro. Con la llegada de trabajadores de fuera, el mercado laboral evita tensiones de oferta que sí se observan en otros países europeos.
Sin embargo, la contrapartida es que la reducción del desempleo será más lenta en los próximos años, ya que la población activa sigue creciendo.
El debate se extiende también al ámbito de las pensiones. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha advertido que, a partir de 2029, la población activa española comenzará a descender.
La inmigración será clave para sostener las cotizaciones y evitar que el sistema se tambalee. Según las proyecciones de Eurostat, España, Italia, Francia y Alemania perderán 11 millones de habitantes de aquí a 2050, un descenso que solo se compensará parcialmente con la llegada de 24 millones de extranjeros.
La combinación de empleo, migración y sostenibilidad social sitúa a España en una posición particular dentro de Europa. Mientras en otros países se habla de escasez de mano de obra, el llamado “sueño español” está permitiendo mantener la actividad y reforzar sectores críticos.
A la vez, plantea el reto de integrar a estos trabajadores en un mercado cada vez más diverso y en un sistema de protección social que depende (como no) de sus cotizaciones.
Ver todos los comentarios en https://www.elblogsalmon.com
VER 0 Comentario