BlaBlaCar y el cobro de comisiones: ¿Cambia el escenario?

Entraba dentro del guión pero no por eso lo hace menos importante. BlaBlaCar ha comenzado a cobrar las primeras comisiones a los pasajeros que comparten viaje y gastos con el conductor del vehículo. Un 10%, como lleva varios meses haciendo en Francia. Este paso llega en un momento clave para este sector y vuelve a poner un interrogante sobre una posible competencia desleal al sector del transporte 'tradicional'.

Partimos de una diferenciación clara entre BlaBlaCar y el servicio UberPop de la startup norteamericana. El primero se basa en compartir gastos de traslados en coche, normalmente entre ciudades. El segundo no es más que un servicio de transporte con conductores no profesionales que cobran y generan beneficio, al igual que hacen los taxistas.

Esa diferencia deja algo evidente: los taxistas y los conductores de UberPop (y la propia empresa) no juegan bajo las mismas reglas y no están en igualdad de condiciones. No hay pago de tasas, ni de las prohibitivas licencias oficiales. Hasta ahora, incluso el propio Ministerio de Fomento quiso hacer una distinción en su 'amenaza' de sanciones, dejando al margen a BlaBlaCar.

BlaBlaCar, excluido de posibles sanciones

¿La justificación para excluirlo? El motivo para esa sanción, según el departamento del Gobierno, era que había que demostrar "una actividad económica, una remuneración por la prestación de estos servicios y también una actividad empresarial". Hasta ahora, ninguno de ellos afectaba a la compañía francesa, pues ni ésta cobraba, ni tampoco lo hacían (en teoría) sus conductores que sólo reclamaban a sus compañeros de coche la cantidad justa para sufragar los gastos del viaje.

Sin embargo, ahora sí existen pagos (con los que BlaBlaCar construye su modelo de negocio) y, por tanto, beneficio económico en juego. Un 10% que no se le cobrará al conductor, sino al compañero que comparta el viaje. Eso implica una actividad económica y una remuneración, aunque no sea por el servicio de transporte en sí pero sí por lograr que éste tenga lugar, a través de la intermediación.

Dejando claras esas diferencias con otros servicios de transporte profesional y teniendo en cuenta el vacío legal existente en esta materia, puede que esta comisión, que ya había sido anunciada por la compañía tiempo atrás, abra la puerta a ese rechazo. No hay un servicio de transporte como tal y sí una intermediación tecnológica, pero existe remuneración por ello.

¿Y ahora qué?

Esta introducción del pago se produce en un momento de especial convulsión en el sector. En pleno debate sobre servicios como UberPop y con la Comisión Nacional del Mercado Nacional de Mercados y Competencia preparando la comunicación de una postura oficial respecto a estos servicios. De hecho, se esperaba que en esta semana se hiciera oficial.

¿Será este pago un impedimento para que BlaBlaCar pueda seguir al margen del debate sobre estos servicios de transporte alternativo? Habrá que verlo. Las bazas que utilizará, tal y como señalan en El Confidencial, tienen también parte de razón: los conductores no están autorizados a generar beneficio económico (sólo recaudar lo que cuesta el viaje) y la existencia de una intermediación y no de un servicio de transporte como tal.

No es un asunto sencillo. A BlaBlaCar le toca ahora convencer a Fomento de que, pese a no ser definitivamente igual a UberPop, es un servicio que no hace competencia desleal ni genera desigualdad de condiciones. Especialmente con las empresas de transporte colectivo en autobús. Semanas y meses muy interesantes donde el debate continuará.

En El Blog Salmón | La curiosa "denuncia" contra Blablacar, una gota en los transportes en el océano de pasajeros, La arriesgada (¿y equivocada?) estrategia de Uber para aterrizar en España

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